EVANGELIO VIVO

Solemnidad Santísima Trinidad, 

Hoy, domingo 16 de junio, Solemnidad Santísima Trinidad,

Leemos el evangelio de San Juan 16, 12-15

12 Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello.

13 Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y les explicará lo que ha de venir.

14 Él me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo explicará a vosotros.

15 Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y os lo explicará a vosotros.

PALABRA DEL SEÑOR

COMENTARIO

Amigas y amigos: Culminamos el Tiempo Pascual con la celebración de la fiesta de la Santísima Trinidad. : La vía del amor es la única que puede darnos  a conocer, como experiencia personal, algo de este misterio inexplicable. Cuando no buscamos captarlo en conceptos con el entendimiento y nos dejamos convencer y querer por el Amor que lo hace uno y plural, entonces conseguimos conocer, sin saber, algo de esta cumbre del misterio, de donde parte y a donde vuelve la historia de la salvación. Vivimos sumergidos y protegidos en este nido de amor, formado por el Padre, el Hijo y el Espíritu. Ojalá experimentemos en este día algo del incomprensible amor, que nos engendra y da vida.

Han escuchado esta palabra de Dios. ¿Qué les parece? Es un texto breve, pero profundo. En él aparecen el Padre, el Hijo –Jesús- y el Espíritu Santo. Este pasaje pertenece, como otros anteriores, al coloquio de Jesús con sus discípulos y discípulas después de la última cena, en el evangelio de Juan. En ese coloquio Jesús les promete a los discípulos cinco veces el Espíritu Santo. Nos lo dará con la resurrección.

Jesús lo llama aquí el Espíritu de la verdad. Es una denominación importante. Frente a la mentira que envuelve muchas veces al mundo, el Espíritu viene a traernos la verdad. Es un privilegio, porque, entre tanta confusión, hemos recibido la verdad por la misericordia de Dios.

No es la verdad de la ciencia, sino la verdad de Dios, la verdad sobre el ser humano y la sociedad correcta, la verdad sobre los auténticos valores. Son los valores que nos comunican los evangelios. Pero el Espíritu nos los aclara por completo.

No es que el Espíritu añada nuevas enseñanzas al evangelio, sino que nos las hace entender correctamente. Sobre todo nos las hace experimentar y vivir, porque sus aclaraciones no son sólo intelectuales, sino vitales. Nos lleva a vivir auténticamente según el evangelio.

Por eso, el Espíritu es el verdadero guía de las comunidades cristianas y de sus componentes; es la verdadera madre de la Iglesia. Hemos de escuchar a nuestros pastores. Pero hemos de escuchar también al Espíritu, que nos habla dentro de nuestro corazón. Ello exige una purificación profunda. Recuerden esta sugerencia: Déjate conducir por el Espíritu. Sólo él es el guía definitivo. Escucha a los demás, pero no los adores ni los tomes como definitivos. Todos los seres humanos sin excepción somos débiles y pecadores. Por eso, hermana, escucha sobre todo al Espíritu; déjate conducir por él.

Jesús dice a continuación que el Espíritu lo glorificará. ¿Cómo lo hace? Revelándonos  quién es este hombre misterioso llamado Jesús, hombre pleno e Hijo de Dios. Él nos muestra quién es Jesús. Y también nos muestra el verdadero rostro del Padre, que está tan distorsionado, incluso por los predicadores. Ese Padre que es amor, siempre amor, sólo amor, y amor incondicional.

Nuestro mundo necesita unas gotas de amor y unos besos de madre. ¡Qué belleza tener el Amor Trinitario, que sabe poner flores sobre el asfalto y miel entre los sables! Apoyando, claro está, la lucha por la justicia con toda su energía. Porque la Trinidad es el monoteísmo plural, que nos lleva con cariño de madre en su infinito seno.

PLEGARIA

En un hogar libre y maternal

Espíritu Consolador,

la verdadera Madre de la Iglesia,

su única madre,

que nos haces ser hijas de Dios Padre,

y hermanas de Jesús.

Padre, que nos regalas el Hermano mayor.

Hermano, que nos diste un Padre-Madre,

y un Espíritu, que es todo un Océano,

seno materno ilimitado,

embarazo infinito,

nido donde existimos y crecemos.

Tres que son uno y uno que son tres.

No empieces a contar, que yerras.

Gracias por descubrirme que no soy la huérfana;

que tengo una familia,

donde me quieren y no pueden no quererme,

donde me nutren con la más sabrosa leche maternal,

donde me guardan con la máxima seguridad

y siempre me acompaña mi mejor Amigo.

Gracias por darme vuestra casa,

el más cálido hogar,

el que nunca se rompe ni se desarticula,

el que me eleva la auto estima,

me educa como libre,

me forja como adulto

y me hace hermana solidaria

de las empobrecidas y de todo el mundo.

Gracias.

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