Algunas preguntas a teólogos/as

Semana Santa, días para la reflexión
Semana Santa, días para la reflexión

La semana Santa es un tiempo de interiorización. Es fácil que surjan preguntas o reaparezcan las que uno lleva dentro desde tiempo atrás.

Un blog no parece el lugar apropiado para hacer preguntas. Pero no siempre tiene uno cerca alguna persona a la que pueda preguntar. Preguntar individualmente a algún teólogo puede hacerse de vez en cuando, si es amigo-a o conocido.

Estas preguntas están hechas con la mejor intención. Unas son recientes y otras vienen conmigo de lejos, sin que haya sabido darles todavía alguna respuesta o explicación.

  1. Autonomía del mundo y Jesús. ¿Se puede aplicar a Jesús la teoría de la autonomía del mundo? Me parece haber leído que algún personaje importante de la Iglesia Católica, visitando el cementerio del Holocausto, se preguntaba dónde estaba Dios cuando ocurría todo aquello. Me sorprendía, porque pensaba que habría que aplicar también a ese caso la citada autonomía, con todo el respeto debido  a personas perseguidas, que, además, son como nuestros ancestros, pertenecientes a la primera alianza. 

Ahora la pregunta se me plantea en relación con Jesús. Sin mayores conocimientos teológicos, mi inclinación va en la línea afirmativa: que hay que aplicar también a Jesús la autonomía del mundo. ¿No sería una arbitrariedad que la aplicáramos a tantos sufrimientos humanos y no a Jesús? Por otro lado pienso: pero se trata de Jesús –el Hijo de Dios- y puede haber reflexiones y datos que desconozco.

Si se acepta la autonomía también para el caso de Jesús, dejarían de tener sentido muchas de nuestras exclamaciones, como cuando nos preguntamos: ¿Cómo pudo Dios permitir tantos y tales sufrimientos como padeció Jesús? Y mucho menos si decimos que Él se los impuso. Lo hizo pecado, etc. Ello no querría decir que no lloráramos por Jesús y que no le agradeciéramos su entrega absoluta y radical. Jesús seguiría siendo la luz del mundo y su salvador. Pero tengo la impresión de que cambiarían muchas cosas.

Resumiendo. ¿Se puede aplicar la autonomía del mundo a la vida de Jesús y a sus sufrimientos? Porque supongo que la autonomía del mundo se aplica no solo a la ciencia, sino también a los hechos sociales de todo tipo, a nuestras enfermedades, etc.

  1. Pregunta relacionada. ¿Se puede aplicar la autonomía del mundo a ciertas enseñanzas espirituales, como : que Dios nos envía enfermedades y cruces para purificarnos?  Con la autonomía del mundo, no lo veo. No veo que podamos seguir diciendo que Dios le envió tales y tales pruebas para purificarlo y santificarlo. Y no le quita nada al amor de Dios, porque una cosa es que Dios no sea intervencionista y otra distinta que está cerca de nosotros, compartiendo nuestros dolores y también nuestras alegrías.

  1. La víctima inmolada. Prácticamente en toda la cuaresma, uno está leyendo en la misa textos que hablan, de una u otra forma, de la víctima inmolada. Frases como esta: Dios quiso que su Hijo pasara por el suplicio de la cruz. Me parece que, si me pusiera a recogerlas, al cabo de un mes recogería más de una por día. Y pregunto. ¿Puede querer Dios eso?

Si la respuesta es que Dios no pudo –no puede- querer eso, me resulta incomprensible que lo digamos un día y otro con toda tranquilidad a lo largo de toda la cuaresma, en todas las eucaristías. Y reconozco francamente que no me ayuda nada para orar, sino que me estorba.

En una plegaria eucarística muy alabada por estudiosos de liturgia, se pide a Dios Padre que reconozca en la ofrenda de su Iglesia “la Víctima por cuya inmolación quiso devolvernos su amistad”. Ante ese texto me hago las mismas preguntas. Para devolvernos su amistad ¿exige Dios la inmolación de Jesús? ¿No es como si volviéramos al sacrificio de Abraham y a los sacrificios humanos? Y en caso de que no estemos de acuerdo con esa afirmación, ¿cómo es que la soportamos días, meses y años? Los responsables de la Iglesia y los teólogos ¿no tienen nada que decir al respecto? O ¿existe la orden de no tocar este punto? Hace años hablé con un obispo sobre esto. Él zanjó la cuestión con la siguiente frase más o menos textual: ´Mire, son textos redactados con tanta precisión, que no se puede cambiar ni una sola palabra’. Me callé, pero el problema ha seguido dentro hasta hoy mismo.

  1. Es necesario, era necesario (dei, edei, en griego). Una dificultad parecida siento con estas palabras, que aparecen, por ejemplo, en Lucas 24,26.44. Y en el V, 45 dice que les abrió el entendimiento para que comprendieran las escrituras, por lo tanto, esas expresiones también. Me pregunto y pregunto. ¿Para quién era necesario? ¿Para Dios? ¿Para Jesús, para que su vida tuviera efectividad? ¿Para nosotros, para motivarnos más a la conversión? La verdad es que me pierdo ante estas preguntas. Con la autonomía del mundo, no las veo. En cambio, desde la autonomía del mundo, me resuenan y me ayudan. Lo veo así. Jesús tuvo un determinado comportamiento, sobre todo con el templo. Los jefes del templo se vieron atacadas y vieron atacado el orden religioso establecido. En consecuencia, lo entregaron a los Romanos. Etc.

Y añado una pregunta. ¿No estaría mejor traducir era inevitable (dada la situación del mundo), aunque no sea una traducción precisa? Me da la impresión de que la necesidad remite a Dios, mientras que la inevitabilidad remite a las causas sociales.

  1. El siervo de Yahveh. Es posible que en este número, algún experto me diga  que lo que tengo que hacer es estudiar más. Puede tener razón. Pero me ocurre que hago una lectura muy atenta del texto de Isaías y veo más desemejanza que semejanza en relación con Jesús. Veo la siguiente diferencia fundamental. Jesús lucha por la gente, se solidariza con ella, se arriesga ante el Imperio Romano y ante los jefes del templo, se hace uno con la gente pobre, que ha perdido sus tierras por no poder pagar los impuestos. Jesús está luchando contra esa situación, empeñado en formar un grupo o equipo de discípulos que prosiga su causa después de Él, una causa que es la de esa gente por la que lucha. ¿No es ese el compromiso radical de Jesús por el Reino de Dios? En cambio al Siervo de Yahveh Dios lo carga con los pecados de la gente, pero él no se ha identificado con esa gente, no ha luchado por ellos, no se ha arriesgado por ellos, no parece que haya asumido su causa porque no se ve que haya ahí una causa, como se ve en la acción de Jesús. Claro que también Pablo dice que Dios lo hizo pecado, y esto se parece a lo del siervo de Yahveh, pero no a la práctica combativa de Jesús. Posiblemente en el texto del Siervo de Yahveh haya cosas que ignoro. Por ahí va mi pregunta. Porque hoy por hoy no me ayuda, no me acerca a Jesús, no me sirve para conocerlo mejor y orar, sino lo contrario.

Hasta aquí las preguntas

  1. Al margen de las preguntas, un comentario con sonrisa sobre las penitencias cuaresmales, que diariamente mencionan los textos de la misa. Añaden que nos ayudan a refrenar nuestras pasiones, etc. Pero ¿dónde están las penitencias cuaresmales? Toda la cuaresma con esta canción. Toda la cuaresma sin ver penitencias que refrenen nuestras pasiones. Inevitablemente me sonrío. ¿Por qué se mantienen estas frases, que son falsas, además de inútiles? Aquí, en El Salvador, la parroquia en la que ayudo está rodeada de puestos de comida. Y toda la gente, que pronto entrará a la celebración, no para de comer. ¡Grandes penitencias que refrenan nuestras pasiones. Cuando me toca leerlo, me sonrío. El doc de Liturgia prometía mucho. Pero los textos litúrgicos me hacen reír.

  1. Al margen también de las preguntas, me he decidido a imprimir aquí un texto sobre la expiación, que  lleva muchos años en mi ordenador. Creo que lo hice público una vez, y después no me he atrevido a  usarlo ni en catequesis ni en documentos. Por fin, este año me he atrevido a presentarlo a un amigo teólogo, que me ha empujado a publicarlo. Y me dice: “Provoca,  porque destruye la teoría teológica, catequética y espiritual que mayor daño ha hecho al cristianismo, a la cristología  y al Dios de Jesús, que no es un Dios sádico sino doliente”. Con los ánimos que me ha dado este teólogo, aprovecho la llegada del 3 de mayo –Exaltación de la Santa Cruz- para publicarlo aquí.

EXPIACIÓN

¿Qué vale que un hombre muera por otros, si no ha jugado con ellos antes la apuesta de la gran liberación? ¿Qué quiere decir la muerte, si es dar porque sí la vida, por un destino fatal, y no el fruto de una lucha? ¿Acaso a alguien se le ocurre dar su vida por parados, pensando que por su entrega tendrán trabajo y comida? O ¿es que Dios es un tirano, un resentido patrón, que exige contra la ofensa que muera el mejor hermano? ¡Oh Cristo, Cristo!, cosieron tus huesos a la madera, como crueles carpinteros, los poderes de la tierra. Y te clavaron más fuerte, en el papel y en las mentes, los interpretes del cielo. Te hicieron un superhombre. Y así te fosilizaron. Tú que nunca imaginaste tu vida como expiación, ¿por qué no quieres bajar nuevamente a nuestro mundo, para destapar su trampa y quitarles el retrato de robot, que te han sacado? ¿Por qué no bajas? Levántate, alza tu cabeza, quítate los hierros, y suelta amarras. Ven de nuevo a nuestra tierra, a tender puentes y rutas entre las islas cerradas y los montes orgullosos; a quebrar las torres altas y terraplenar sus fosos; ven a abrir las propiedades que cierran la puerta a Lázaro. Y te clavarán de nuevo. A ver si una vez por todas te interpretan rectamente. Porque si no, hasta el demonio va a parecer más humano que el Dios santo y verdadero.

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