"Solo Dios nos conoce y en Él siempre estamos invitados a poner nuestra confianza" Dios no está atado ni por la apariencia ni por quien pretende despreciar oprimiendo

El fariseo y el publicano
El fariseo y el publicano

"No sabemos la historia de cada persona, no sabemos sus luchas, sus sufrimientos, sus posibilidades, sus caídas, sus intentos por levantarse"

"Se nos olvida que la iglesia es una familia de familias, con todas las variantes y riqueza que se presenta en ella"

"A veces nos sentimos dueños de las cosas de Dios cuando solamente estamos llamados a ser servidores"

"En la iglesia vemos diferentes grupos que se quieren o pretenden adueñar en sus procedimientos de Dios o de la iglesia"

El retrato que nos transmite el evangelio de Lucas de este domingo 30 del tiempo ordinario nos invita a reflexionar en lo siguiente: que hay quienes desearían obstaculizar la salvación a los que son despreciados por ser publicanos, por ser huérfanos, viudas, humildes o porque no son de los nuestros.

No sabemos la historia de cada persona, no sabemos sus luchas, sus sufrimientos, sus posibilidades, sus caídas, sus intentos por levantarse.

El juzgar a los demás se presenta de muchas formas; constantemente nos sentimos con el derecho de juzgar al otro cuando en realidad nunca hemos recibido ni recibiremos de Dios el derecho de juzgar al otro.

El fariseo y el publicano
El fariseo y el publicano

Lo que, si recibimos de Jesús, es que nosotros somos hermanos. En una familia se presentan muchas variantes en la forma de pensar, de actuar y aunque haya errores en nuestras familias y a quienes son parte de nuestra familia si los toleramos, los perdonamos, los aceptamos, aunque haya divorciados, o tengan otra orientación de vida. Muchas veces decimos son de nuestra familia y hay que ser tolerantes y aceptarlos. Ah, pero los demás, que no son de nuestra familia si nos sentimos con el derecho de excluirlos y de juzgarlos muchas veces.

Se nos olvida que la iglesia es una familia de familias, con todas las variantes y riqueza que se presenta en ella.

La iglesia siempre está llamada a la santidad, pero una santidad que camina con comprensión compasiva para hacer un camino de libertad y liberación donde la gracia de Dios nos va conduciendo en un amor que guía nuestra libertad en la verdad que hace libres.

Dios no está del lado de los que suelen despreciar de muchas maneras. ¿Cuántos de nosotros miramos en diferentes espacios de nuestra vida con desprecio a los demás?

Jesús nos enseña a ver la vida de las personas en profundidad y en su discurso siempre estará al centro la libertad y la liberación.

Iglesia servidora del mundo
Iglesia servidora del mundo

Muchas veces ponemos obstáculos o dificultamos el tránsito de vida a los demás; nos falta dejar espacios de libertad en los que los demás puedan llevar a cabo sus diferentes servicios.

A veces nos sentimos dueños de las cosas de Dios cuando solamente estamos llamados a ser servidores.

¡Nadie es dueño de las cosas de Dios! ¡todos somos servidores! Que tentación tan grande de sentirnos dueños de las cosas de Dios, cuando sólo Dios es el único que puede ver el corazón de cada persona y entender su historia.

En la iglesia vemos diferentes grupos que se quieren o pretenden adueñar en sus procedimientos de Dios o de la iglesia y, no entienden que la presencia carismática de cada bautizado y cada comunidad, tiene en su corazón carismático, el servicio que permite que se comunique la fuerza de la gracia que el espíritu de Dios transmite en el mismo carisma que se hace y se vive en servicio.

Que hermoso es escuchar hoy el evangelio de Lucas y el libro del Eclesiástico, porque nos hace ver que a Dios hay que hablarle con la sinceridad de reconocernos pecadores, implorando su perdón y, hacerlo con humildad confiada e insistente.

Siguiendo la temática de las lecturas del domingo pasado, la liturgia de la palabra de este domingo nos invita una vez más a fijar nuestra mirada en oración a Dios, reconociendo que Dios es Justo y que nadie de nosotros lo puede engañar o manipular y, que su palabra penetra hasta lo más profundo de nuestro ser para dejar al descubierto nuestros pensamientos e intenciones. 

Vidriera
Vidriera Josh Eckstein

Solo Dios nos conoce y en Él siempre estamos invitados a poner nuestra confianza.

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