Primer domingo del año, solemnidad de la Madre de Dios María, con humildad confiada en el Señor de principio a fin

María
María

"En este primer domingo y día del año 2023, nuestra celebración de fe se dirige a Ella, la Madre que invade de amor y de presencia nuestro corazón, el de todos sus hijos que le acogen"

"Ella siempre humilde, ha experimentado tan plena y profundamente a Dios que se muestra dócil en todo a Dios. Podemos afirmar que en Maria ha encontrado Dios a la criatura perfecta para hacer su obra"

"Ser morada de Dios, es recordar aquellas palabras que nos transmite el Evangelista Juan: el que me ama hace caso de mi palabra; y mi Padre lo amará, y mi Padre y Yo vendremos a hacer nuestra morada en Él"

"Los sencillos y humildes que Dios ama, porque son dóciles a su obrar, es la mejor manera de que se revele esa Encarnación y manifestación de Dios entre nosotros para contar lo que hemos visto y oído"

En este primer domingo y día del año 2023, en la solemnidad de la Madre de Dios, nuestra celebración de fe se dirige a Ella, la Madre que invade de amor y de presencia nuestro corazón, el de todos sus hijos que le acogen. 

Ellahace camino con nosotros para que se realice la obra grande que Dios quiere llevar a cabo en cada uno de nosotros.

Ella, la humilde, pequeña y sencilla que dirá a su prima Isabel: porque ha mirado la humildad de su esclavo.

Una mirada de Dios que siempre estará con Maria hasta la eternidad, porque ella, como nos recuerda el libro de los Números de esta liturgia: “El Señor te bendiga y te proteja, haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda su favor, te mire con benevolencia y te conceda La Paz”

En María es traducida esa bendición de Dios de forma plena, en ella, la hija de Israel, se traduce el rostro de Dios divino en rostro humano para mostrarnos su resplandor como en el monte de la transfiguración, el monte Tabor. Y como ella misma dice en el magníficat: desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones porque el poderoso ha hecho obras grandes en mi, el que todo lo puede y cuyo nombre es santo.

Ella siempre humilde, ha experimentado tan plena y profundamente a Dios que se muestra dócil en todo a Dios. Podemos afirmar que en Maria ha encontrado Dios a la criatura perfecta para hacer su obra. Porque no hay deleite más grande para Dios que encontrar alguien totalmente dócil a su voluntad para realizar su obra y, esa criatura es María!

Nuestro camino de santidad está en esa obediencia renovada a la voluntad de Dios. Renovada, porque cuando caemos por nuestra fragilidad o por una libertad conducida muchas veces lejos de la voluntad de Dios, podemos de nuevo acercarnos a la oportunidad que nos da Dios para conducirnos libremente en su voluntad, que seguro nos llevará a sentirnos plenos, aunque tengamos que despojarnos de nosotros mismos para que sea Dios el que viva y actúe en nosotros, como ya lo dice San Pablo: ya no soy yo el que vive, es Cristo quien vive en mi.

De María nace el hijo de Dios que nos dice: mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado; quien en la oración del Padre nuestro nos enseña: hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Ser morada de Dios, es recordar aquellas palabras que nos transmite el Evangelista Juan: el que me ama hace caso de mi palabra; y mi Padre lo amará, y mi Padre y Yo vendremos a hacer nuestra morada en Él.

María
María

Los sencillos y humildes que Dios ama, porque son dóciles a su obrar, es la mejor manera de que se revele esa Encarnación y manifestación de Dios entre nosotros para contar lo que hemos visto y oído.

Así en el evangelio de Lucas de esta solemnidad, con María que guardaba todas estas cosas en su corazón y los pastores venidos a Belen que constatan todo lo que les fue dicho por los Ángeles, se confirma una vez más la importancia en nuestro caminar de fe, de vivir una vida de bautizado al estilo y ejemplo de María y los pastores, con sencillez y humildad , garantizando que siempre estará con nosotros la mirada de Dios , su bendición y su favor, como nos recuerda el libro de los Números. 

De esta manera, el espíritu de Jesús que se manifiesta en nuestros corazones, como nos recuerda la segunda lectura de los Gálatas, nos hará experimentar esa comunión plena de sentirnos en La Paz de Dios como sus hijos verdaderamente amados, buscando y haciendo el bien a la manera de Jesucristo.

Bendecido año 2023, ¡que traiga paz y mayor bien en el amor a este mundo de hoy!

Esta Navidad, Religión Digital

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