¿‘SE NOS MURIÓ LA PATRIA’?

La situación en España se hace día a día más irrespirable. Quien llegó a Moncloa a caballo de la mentira, ahora quiere protegernos y salvarnos de la falsedad y la desinformación.

Se cometió, por todos, un gravísimo error de cálculo. Fueron muy pocos quienes estuvieron a la altura de lo que estaba en juego. ¡Fuimos irresponsables!

Se sabe con certeza cuáles son los objetivos de este Gobierno social comunista, apoyado además por quienes quieren destruir este país. Lo han proclamado de modo explícito. Se lleva demasiado tiempo ahondando en la división y el enfrentamiento. 

Si se consuma el engendro, sólo nos librará la Europa, vilipendiada  por Vox.  Nos esperan días de gloria. A ustedes, amigos de izquierda, les aguardan muchos ratos de vergüenza ajena. Se les va a poner la cara roja, como un tomate.

Está, no obstante, en sus manos ahorrarse semejante bochorno. Les bastaría con tomar nota y ser algo que no son: consecuentes. ¡Coraje!, amigos de izquierda, que está en juego la libertad.

“Es esencial y crucial, (…), luchar contra las ‘fake news’. Estamos en un momento en el que partidos de derecha y ultraderecha basan su discurso en la mentira”. Y, los partidos de izquierda y  ultra izquierda¿en qué basan su discurso? ¿En la verdad?  No me hagan reír. Quién nos defiende frente a la poderosa máquina de la mentira y la desinformación, presuntamente, manejada y alentada desde el Gobierno?

Especialmente, los obispos católicos. Es muy triste comprobar a diario su silencio, cobarde o interesado. Cuando se violan derechos fundamentales del pueblo, cuando se insiste en la división y separación del mismo, cuando está en juego la verdad y la libertad en muchas de sus manifestaciones, los obispos de la Iglesia católica, hablamos en general, guardan silencio.

Tengan, señores obispos, el coraje de secundar, de modo abierto y con todas las consecuencias, el mensaje de Franciscoa Sánchez:  “Y es muy triste cuando las ideologías se apoderan de la interpretación de una nación, de un país y desfiguran la patria. Me viene a la mente en este momento el poema de Jorge Dragone: ‘Se nos murió la patria’. Es el réquiem más doloroso que yo he leído y de una belleza extraordinaria. Ojalá nunca nos suceda a nosotros”.

Como es archisabido, la situación en España se hace día a día más irrespirable. Llevo bastante tiempo en que preferiría no tener que escribir mi colaboración habitual. Se me hace muy cuesta arriba. Sin embargo, manda la actualidad y mi compromiso con este medio de comunicación. ¡Me duele España!, que ya  exclamó Unamuno.  Por el camino que llevamos, acabaremos mal, muy mal. Descarrilaremos.

Es curioso. Quien llegó a Moncloa a caballo de la mentira, ahora quiere protegernos y salvarnos de la falsedad y la desinformación. Lo que hay que ver. Nos  quiere tutelar como si fuéramos bobos y estúpidos. ¿Recuerdan que nos dijo que jamás pactaría con Bildu o las pesadillas que le producía la idea de tener que formar Gobierno con P’s? Pues, ahí los tienen. Sánchez, sin inmutarse. El presunto falsario, capaz de plagiar su tesis doctoral y ocultar la cifra de muertos en su gestión del Covid, ahora pretende crear un  ‘orwelliano’ Ministerio de la verdad. Cuenta, sin duda, con un alto cupo de envidiosos,  aprovechados e ingenuos. Pero, por desgracia, así es España y así se escribe la historia.

No aprendemos. Se veía venir. Fueron múltiples las advertencias y llamadas. ¡No lo creímos! Pero, ahí está. Se cometió, por todos, un gravísimo error de cálculo. Fueron muy pocos quienes estuvieron a la altura de lo que estaba en juego. ¡Fuimos irresponsables! Ya no valen escusas. Se sabe con certeza cuáles son los objetivos de este Gobierno social comunista, apoyado además por quienes quieren destruir este país. Lo han proclamado de modo explícito. Se lleva demasiado tiempo ahondando en la división y el enfrentamiento.  Por extraño que parezca a tanto ingenuo ideologizado, que favorece a sus promotores es así.  Sin embargo, quienes no lo compartimos, lo hemos aceptado por cobardía. Es más, lo vemos como algo natural. Cuando despertemos, ya será demasiado tarde.“¡Cuán grande es la ignorancia que os extravía!”!, que ya dijo Dante.

Lo siento por la buena gente de izquierdas. Pero, es lo que han apoyado y secundado con su voto y con su silencio. Es lo que aparentan creerse. ¿Hasta cuándo? No disimulen y ni hagan ver que están de acuerdo. Me resisto a creer que así sea. Estoy convencido que, a muchos de ustedes, les da vergüenza que se restituya la censura. ¿No decían, con razón, que esto es propio de dictaduras? Y, ahora, que pretende  restaurarla un gobierno socialcomunista, presidido por Sánchez, ¿qué nos dicen? ¿Acaso tenemos que pensar que este país está gobernado, presuntamente, de modo dictatorial?  ¡La coherencia produce, a veces, dolor de cabeza!

Les guste o no, bajen la vista o miren para otro lado, que de todo hay, en España la inquisición puede volver de nuevo al poder, traída, por cierto, por un gobierno de izquierda radical. Y, en frase coloquial, lo que te rondaré morena. Estamos en un incontrolado descenso al abismo. Decía Baltasar Gracián, en El arte de la prudencia, que “muchos se van o por las ramas de un razonamiento inútil o por las hojas de una cansada verborrea sin llegar a lo sustancial del asunto. Dan cien vueltas alrededor de un punto, cansándose y cansando, y nunca llegan al centro de gravedad. Así actúan las cabezas confusas que no se saben aclarar”. Y, así nos luce el pelo.

Si se consuma el engendro, sólo nos librará la Europa, vilipendiada  por Vox.  Nos esperan días de gloria. A ustedes, amigos de izquierda, les aguardan muchos ratos de vergüenza ajena. Se les va a poner la cara roja, como un tomate. Pues, siento decírselo, ustedes se lo han buscado  y lo mantienen, de momento, con más moral que el Alcoyano. Son claramente responsables. Está, no obstante, en sus manos ahorrarse semejante bochorno. Les bastaría con tomar nota y ser algo que no son: consecuentes. ¡Coraje!, amigos de izquierda, que está en juego la libertad.

Por muchas falsas justificaciones que aleguen, desde el Gobierno y los partidos que lo sustentan y desde la complicidad mediática de tanto pesebrista  como pulula por sus alrededores, al final salen a relucir las verdaderas intenciones. “Es esencial y crucial, según el líder de P’s en Castilla y León, luchar contra las ‘fake news’. Estamos en un momento en el que partidos de derecha y ultraderecha basan su discurso en la mentira”. Gracias amigo. Ha quedado, por si había alguna duda, muy claro: Censura, ministerio de la verdad, inquisición. Y, los partidos de izquierda y  ultra izquierda ¿en qué basan su discurso? ¿En la verdad?  No me hagan reír. ¿Quién nos defiende frente a la poderosa máquina de la mentira y la desinformación, presuntamente, manejada y alentada desde el Gobierno?

Lo siento. Están en lo de siempre: el pensamiento único y la superioridad moral. Sólo ustedes, hombres de izquierda, se creen semejante milonga cuando gobiernan los suyos. Se les ha consentido demasiado al respecto por cobardía. Si se le hubiese ocurrido tal felonía antidemocrática a la derecha, ¿qué no estarían clamando, ustedes    hombres de izquierda? ¡La que ya abrían armado y con razón! Es triste ver a buena gente de izquierda mirar para otro lado cuando se conculca, presuntamente, la verdad y la libertad. ¡Qué pena!

En todo este vergonzoso lío, no pueden llamarse andana los líderes de las confesiones religiosas en España. Especialmente, los obispos católicos. Es muy triste comprobar a diario su silencio, cobarde o interesado. Cuando se violan derechos fundamentales del pueblo, cuando se insiste en la división y separación del mismo, cuando está en juego la verdad y la libertad en muchas de sus manifestaciones, los obispos de la Iglesia católica, hablamos en general, guardan silencio. ¡Ahora no es el momento!, que dijo el cardenal Omella. ¿Qué tiene que pasar para que salgan de su letargo e insensibilidad cómplices?  ¡Cuánta ingenuidad atesoran! El gobierno social comunista les pasará por encima y lo hará, precisamente, en lo que más les interesa: la educación. ¡Vaya papelón que están protagonizando!

Me atrevo a pedirles, señores obispos, en esta hora triste y llena de problemas, que tengan el coraje de secundar, de modo abierto y con todas las consecuencias, el mensaje de Francisco en sus palabras al Presidente del gobierno en la pasada visita al papa:” Y es muy triste cuando las ideologías se apoderan de la interpretación de una nación, de un país y desfiguran la patria. Me viene a la mente en este momento el poema de Jorge Dragone: ‘Se nos murió la patria’. Es el réquiem más doloroso que yo he leído y de una belleza extraordinaria. Ojalá nunca nos suceda a nosotros”.

¡Vaya troyca! Calvo, Redondo y Oliver. Independientes e imparciales donde los haya. Como lo es el perro del amo, que lo alimenta. La verdad y la información van a estar aseguradas. ¡Já, já, já!

Gregorio Delgado del Río

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