.“El sistema va a generar una desigualdad como nunca antes se había visto” (F. De Vicente) El gran fracaso educativo

Educación
Educación

"Preguntas que tienen respuesta: ¿Cómo ha sido posible propiciar tanto bandazo educativo? ¿Cómo se ha llegado a la nefasta situación actual?  ¿Cómo es que nos hemos entretenido ingenuamente en tirar piedras al propio tejado? ¿Por qué hemos sido cómplices de lo que se ha calificado, y con razón, como el gran fiasco de la democracia?"

"El catolicismo presente en la sociedad ha venido  presionando, desde la derecha política, a favor de un ideario de creencias, principios y valores, que la izquierda siempre ha considerado, no sin cierta razón, como adoctrinamiento, algo que, al parecer, repelía instintivamente"

"El error  del adoctrinamiento en el que se ha venido incurriendo en cada reforma  debería desterrarse para siempre del panorama educativo en España, sea del signo que sea"

"La gran aportación de la izquierda a la educación: nivelar por la base, despreciar las evaluaciones objetivas y priorizar la educación emocional"

Dada su trascendencia humana, personal y social, me parece oportuno volver a tratar ciertos aspectos de la educación en España. Quiero hacerlo mediante la  formulación de algunas preguntas: ¿Cómo ha sido posible propiciar tanto bandazo educativo? ¿Cómo se ha llegado a la nefasta situación actual?  ¿Cómo es que nos hemos entretenido ingenuamente en tirar piedras al propio tejado? ¿Por qué hemos sido cómplices de lo que se ha calificado, y con razón, como el gran fiasco de la democracia? 

Quizás tan monumental fracaso se contenga, gráficamente, en el embrollo que ha supuesto la existencia de las nueve Leyes orgánicas que se han parido: Lge, Loece, Lode, Logse, Lopeg, Loce, Loe, Lomce y Lomloe. El dato, impensable en cualquier otro país de Europa, pone de manifiesto la incapacidad de las fuerzas políticas para consensuar unos mínimos que den estabilidad al sistema y el propio desentendimiento ciudadano respecto al ejercicio de sus responsabilidades cívicas, que las tiene (soberanía).

Educación

Todo ello se ha vuelto demasiado enmarañado desde los inicios mismos. Por una parte, el catolicismo presente en la sociedad ha venido  presionando, desde la derecha política, a favor de un ideario de creencias, principios y valores, que la izquierda siempre ha considerado, no sin cierta razón, como adoctrinamiento, algo que, al parecer, repelía instintivamente. ¡Qué curioso! Los otrora enemigos del adoctrinamiento se han convertido ahora en la piedra angular de su defensa y puesta en práctica,  aunque, eso sí, de signo diferente. Error este del adoctrinamiento en el que se ha venido incurriendo en cada reforma y que debería desterrarse para siempre del panorama educativo en España, sea del signo que sea. Por otra parte, el Gobierno, desde un planteamiento político y no de consenso educativo, ha usado el propio sistema  como moneda de cambio, vergonzosa instrumentalización, para conseguir el apoyo nacionalista. ¡Lo que faltaba!

A todo ello, habría que añadir una problemática de fondo, que sigue constituyendo, por desgracia, la gran aportación actual de la izquierda socialista a la educación en este país. Como ha subrayado , en su libro Conversaciones con mi maestra, el socialismo acepta e insiste en “nivelar por la base, despreciar  las evaluaciones objetivas, fomentar el antiintelectualismo  y dar un peso desproporcionado a la didáctica sobre los conocimientos y a la educación emocional  sobre la racionalidad”. Si por algo se distingue el sistema anglosajón, trasplantado a España por Rubalcaba con Logse en 1990, es por  poner la escuela al servicio del proyecto social y político de turno, es decir, de la izquierda política. En estos momentos, con la Ley Sánchez, al servicio, a partir de los socios cuyo apoyo es indispensable para la permanencia del propio Sánchez en la Moncloa, de un izquierda absolutamente radicalizada en todos los ámbitos. El aula se ha convertido, para vergüenza de quienes lo propician y apoyan, en una poderosa ‘herramienta política’.

L'Ecuyer

Digamos que, desde entonces, en España, en la que todo está polarizado, siguen chocando en materia educativa dos modelos irreconciliables: el  constructivista, que antepone  la felicidad  del alumno a todo lo demás (izquierda) y el clásico, que trasmite conocimientos y exige esfuerzo en el alumno (derecha). Y, en estas, andamos, robando el futuro a generaciones enteras de jóvenes.

El constructivismo de la izquierda  otorga al alumno una autonomía intocable que, en palabras de Felipe De Vicente en su reciente libro, “no se podía hacer nada que enturbiara esa autonomía: repetir curso, diversificar en itinerarios, proponer pruebas de nivel o exigir esfuerzo (…) Lo importante era que el estudiante estuviera en el aula y entretenerlo, de ahí la importancia del juego”. Como ha dicho Gregorio Lurí,  estábamos y estamos ante un aula ‘asistencial que regala títulos’. ¡Un verdadero fracaso que el Psoe ha intentado reparar sin demasiado éxito! Tampoco lo tuvo el PP con el ministro Wert.

Si la Logse no funcionó y si la  Ley  Sánchez vigente (Lomloe) es un intento, merced a las claras exigencias de ERC y Podemos, de resurgimiento de la propia Logse,  si a todo ello añadimos además la supresión de la Filosofía y  la eliminación parcial de la Historia, contemplada, en todo caso, desde la perspectiva de servicio a la ideología de la izquierda, el futuro será añadir más fracaso al fracaso. Una nueva oportunidad perdida. El título estará muy devaluado y, lo importante será el Colegio donde se haya estudiado. La propia Ley, vaya contradicción de la izquierda, “el sistema va a generar una desigualdad como nunca antes se había visto” (F. De Vicente).

Educación
Educación

Te regalamos la Praedicate Evangelium + análisis

Etiquetas

Volver arriba