"El episcopado español no tiene gran excelencia teológica, ni gran personalidad" Carlos Alemany: "Ojalá que la curia no se apodere de Francisco y no le tape la boca para evitar reformas"

(José Manuel Vidal).- Carlos Alemany es un gran jesuita, enciclopedista, filósofo, teólogo, catedrático de psicología en la Universidad Pontificia de Comillas durante muchos años, y escritor. Jubilado en Valencia, sigue produciendo y en pleno rendimiento. Define a Francisco como un Papa "serendípico", y afirma que "hasta que no ha venido la eclosión del nuevo Papa, estábamos perdiendo a todos los menores de cincuenta años de las iglesias".

Espera que el cambio llegue también a España, aunque opina que "nuestros actuales obispos fueron nombrados por Juan Pablo II, y no tienen personalidad propia para ser críticos".

Experto en el enfoque corporal (Focusing), defiende que "cuando ponemos en común el cuerpo, la mente y el espíritu, algo más bonito y más profundo emerge". Finalmente, cree que el Papa Francisco "va a liderar la vuelta a la Gaudium et Spes": "No queremos un Concilio Vaticano III, porque el II lo hemos dejado como una mina sin explotar", explica.


¿Se ha distinguido siempre la Compañía de Jesús por la especialización de sus miembros?


Sí. Mi formación la debo a la Compañía, que nos da una formación sólida y larga en humanidades, filosofía, teología


Es usted especialista en Focusing y en Serendipity. ¿Qué son ambas cosas?


Yo tuve la suerte de que me dieron la mejor beca para ampliar estudios en Estados Unidos del 78 al 80, y me especialicé en la técnica del Focusing, que hemos traducido al castellano como el enfoque corporal de las emociones. Yo suelo poner de subtítulo "emociones, sentimientos, significados", puesto que es muy importante cómo interaccionan unos con otros dentro del cuerpo. También suelo decir "tu cuerpo sabe la respuesta", porque estos nos lo han recalcado siempre. Tú mente te puede engañar de muchas maneras, pero tu cuerpo no te engaña, si haces una cosa que es muy importante: conocer el lenguaje del cuerpo.


En la Iglesia no solemos conocerlo


No, nada. En la Iglesia somos muy mentalistas, y no prestamos atención a los datos corporales. A parte de cómo maneja la Iglesia el tema del cuerpo, que en general es un manejo negativo, casi pecaminoso, etc. Habría que recuperar el aprecio por el cuerpo, que no es sinónimo de narcisismo, sino de sabiduría integradora. La integración cuerpo-mente-espíritu (psicología, corporalidad y espiritualidad) es muy importante. Cuando ponemos en común estos tres aspectos, algo más bonito y más profundo emerge.


¿La sociedad actual va en ese camino?


Sí, en el camino de la integración. Yo le agradezco mucho a la formación norteamericana que he recibido porque me mostró un camino que aquí no se está desarrollando apenas, que se llama Psicología y Espiritualidad (espiritualidad budista, corporal y cristiana). Ellos tienen libros muy interesantes de cómo trabajar la espiritualidad y la psicoterapia, que en el régimen español están, en cambio, totalmente separadas. En la psicoterapia de los terapeutas norteamericanos llega un momento en que has trascendido el yo profundo, has recorrido el proceso de tu camino interior, has llegado a tu centro, y en tu centro no te quedas de una forma narcisista, sino que lo trasciendes. Los trasciendes desde el yo interior al yo profundo y al dios inmanente que está dentro de ti mismo.


¿Eso no significa caer en el sincretismo?


No, ni en el panteísmo. Aunque lo que ha estado de moda estos últimos años ha sido el New Age (la Nueva Era), que sí que ha caído bastante en esto, siendo una especie de aproximación un tanto volátil y un tanto panteísta. Pero lo más importante de la fe cristiana, como afirma el Papa, es la fe en Jesucristo como hombre verdadero.


¿Hay sed de espiritualidad en este momento?


Mucha. Y creo que el Papa Francisco ha despertado mucha sed también de buscar caminos para trabajar la espiritualidad. Me han dicho que la gente está acudiendo a los foros de jóvenes y a las iglesias buscando caminos y respuestas para trabajar esa sed. Y eso es estupendo. Creo que hasta que no ha venido esta eclosión estábamos perdiendo a todos los menores de cincuenta años de las iglesias. El niño, después de hacer la primera comunión, ya no volvía a la iglesia ni con sus padres. Las hemos ido dejando vacías.
Pero la gente lo que quiere es una espiritualidad arraigada, que no tenga que ver solamente con los pobres sino también con la pobreza personal. Francisco ha acertado esto al hablar de las periferias. Es muy bonita la frase que dijo cuando le eligieron Papa: el cardenal se le acercó y le preguntó en latín si aceptaba ser Papa, y él dijo "soy un gran pecador, pero lo acepto". Eso me pareció de una humildad emocionante.


¿Usted trajo a España la corriente del Focusing?


Sí, hace unos 30 años. El instituto básico está en Nueva York, donde viven sus autores, pero tenemos más de dos mil terapeutas de todo el mundo con el diploma acreditado. Es curioso porque hay aplicaciones de Focusing a talleres con niños, Focusing en sueños, Focusing para enfermedades psicosomáticas... La primera gran aplicación mundial ha sido en psicoterapia, pero la segunda es Focusing en espiritualidad. Se han creado institutos en Holanda, California, etc., solamente especializados en el enfoque corporal de la espiritualidad. En España está entrando lentamente. Yo he dado varios talleres, me gusta mucho. Soy jesuita y sacerdote, y durante años he tendido puentes entre la psicología y la espiritualidad, cuando impartía la asignatura de Psicología Religiosa en el Instituto de San Dámaso. Me he enfocado mucho en trazar técnicas psicológicas con aplicaciones a la espiritualidad.


¿Aplicaciones prácticas?


Totalmente prácticas. Son aplicaciones para manejar tu mundo interior y tu mundo exterior. Se parecería un poco a lo que pide San Ignacio del examen de conciencia particular y diario. San Ignacio dice que al final de la mañana y al final de la tarde se debe hacer este ejercicio. Yo entiendo que hoy en día es más complicado, pero al menos es necesario que al final de la semana te tomen un rato para revisar cómo ha sido tu semana. Hay cinco puntos en torno a ese examen de conciencia, y el primero es una acción de gracias. Decirle sí y darle las gracias a lo que ha pasado esta semana. Y a lo que va a venir la próxima semana, le digo "sea bienvenido". Luego consiste en revisar lo que has hecho bien sin creerte culpable, analizándolo a la luz de la perspectiva. Anthony de Mello en su primer libro proponía 50 ejercicios, y había uno al que titulaba la regla de oro: consiste en que al terminar el día te pongas delante de ti mismo (otros dirían delante del Señor) y repases lo que has hecho en el día como si lo vieras en un vídeo. Pero no para culpabilizarte, sino para recordarlo y saberlo. Porque hacemos tantas cosas que, con la superficialidad y las prisas con las que vivimos hoy, pasamos por encima de ellas. Por tanto, consiste en darse cuenta de con cuánta energía nos hemos levantado por la mañana, con qué sentimientos, si el trabajo me ha producido alteración o gusto... etc. Así uno es más consciente de lo que ha pasado y puede darle gracias al Señor. Es una forma de estar más lúcido ante los procesos de ser humano que has vivido durante el día.


¿Y Serendipity qué significa?


Serendipity fue una oferta muy interesante que me hizo la editorial Desclée de Brouwer que ya tenía una famosa biblioteca de psicología, casi todos libros traducidos de la teoría de la personalidad norteamericana, libros de ensayo y académicos... Pero lo que querían era una colección de lo que ellos llaman autoayuda. Cuando me lo propusieron acepté de inmediato, porque yo venía de EEUU con unos 150 libros para mi despacho, para la universidad, etc., y había 10 o 15 que me gustaría traducir, porque eran muy novedosos. Entonces acepté enseguida. Pero les cambié el subtítulo, porque no me gusta la palabra autoayuda. En EEUU a los libros de autoayuda les llaman la "pop psychology".


¿Una especie de libros basura?


Sí, libros populares, como la música pop. Bricolaje psicológico, una especie de "hágalo usted mismo", "5 técnicas para vencer la depresión"... que después de aplicarlas una por una, la depresión sigue igual. Y es que las cosas son más complejas que eso. Si esas técnicas te las maneja un terapeuta a través del acompañamiento personal, quizá pueden funcionar, pero es obvio que se necesitan métodos de mayor profundidad. Por eso titulé la colección "Serendipity, crecimiento personal". Serendipity es un término que yo recogí de un novelista del siglo XVII, y era el nombre que recibían los tres príncipes del antiguo Ceilán, que ahora llamamos Sri Lanka. Ellos tenían una capacidad muy especial: la de hacer descubrimientos que siempre eran gozosos e inesperados. Un ejemplo que yo puse en un artículo son los rayos X, porque cuando se descubrieron los rayos X se estaban buscando otro tipo de rayos. Por eso los llamaron X, porque en principio no sabían qué hacer con ellos, ni que terminarían valiendo tantísimo. El descubrimiento de la fotografía fue similar. Todo eso son descubrimientos serendípicos. La palabra fue recuperada en la contracultura de California de los años 70, y hace pocos años publicaron una película titulada Serendipity, en la que dos amantes se separan al salir de un restaurante y al cabo de un año vuelven a juntarse ahí. El nombre a algunos les suena a indio, a otros a interesante, a otros musical... Pero al final me lo aceptaron plenamente como nombre para la colección, con la que hemos editado nada menos que 169 libros, de más de 80 autores. Míos son sólo 10. El objetivo es la divulgación psicológica, al servicio de una mayoría lo más amplia posible. Yo no quería dirigirme a la minoría. Son libros que hacen sugerencias desde la psicología, la corporalidad y la espiritualidad, para el crecimiento integrador de cuerpo, mente y espíritu.
El estilo serendípico pretende fomentar la lectura reposada, la mirada interior, el asombro (que, como dijo Aristóteles, es el comienzo de la sabiduría), e invitar a transformar en vivencia la mentalidad, y a mantener una actitud de apertura hacia lo gratuito, y a poder vivir desde la acción de gracias la realidad de cada día. Que es a lo mismo que invitaba Ignacio de Loyola con el examen particular.


Un mes antes de la elección de Francisco publicaste en Religión Digital un artículo de opinión titulado "Perfil de un Papa serendípico". ¿Por qué Francisco es serendípico?


Cuando me lo pedisteis me quedé un poco perplejo, porque no quería hacer propaganda de mi colección, pero también era consciente de que yo era quien había popularizado el término en España. Definí Serendipity como la cualidad de cambiar la realidad para hacerla más gozosa, más agradable y más bonita, pero no de una forma directa y controladora (típica de la religión), sino abiertos a la gracia y a la novedad. Por tanto, la características principal era que fuese un Papa que sorprendiera a la gente (y menuda sorpresa nos hemos llevado con el Papa Francisco). Yo creo que los que menos se han sorprendido con Francisco ha sido la curia. La curia tenía sus candidatos, en especial Scola, de Milán, y Scherer, de Sao Paulo. A Bergoglio ya no le tocaba ser Papa, porque había sido el candidato hacía 7 años, había tenido 30 votos de entrada, y había pedido por favor que pasaran los votos a Ratzinger porque él en aquel momento no se sentía como Papa. Entonces ha sido muy curioso, muy de Espíritu Santo, que 7 años después lo relanzaran.
Lo que he leído en vuestras crónicas es que obtuvo mucho apoyo por ser hispanoamericano, porque buena parte de los cardenales no querían volver a un Papa italiano ni europeo. Los norteamericanos tenían también muy buena categoría. Además Bergoglio venía de Argentina, un país (como México, Chile...) con una gran tradición católica. Por eso dicen que, sin quererlo, se metió al cónclave en el bolsillo en las congregaciones generales que tenían todos los días, en las que podían hablar solamente 7 minutos por persona. En 7 minutos les dio el perfil del próximo Papa, sin pretenderlo, no hizo campaña.


Ese discurso lo recuperó el cardenal de La Habana y está publicado íntegro. ¿Cree que la clave está en la crítica que hizo a la autorreferencialidad de la Iglesia?


Sí, la clave está en la llamada a salir en busca de otros, en la llamada a la transparencia eclesial, y en la crítica al carrerismo y al poder dentro de la Iglesia.


En definitiva, ¿lo que Benedicto XVI había pedido con su renuncia?


Sí. Solucionar la curia, cambiar el banco vaticano... y que la Iglesia fuera a la periferia de los pobres. Todo eso es lo que ha repetido en sus 6 primeras homilías. Y parece que eso, a una mayoría del cónclave que no pensaba en él porque ya se había pasado su momento, les dejó patidifusos. Entonces empezaron a votarle, y dicen los cronistas que el cardenal de Milán tuvo menos votos de los esperados al principio, mientras que Bergoglio tuvo más. Y en dos o tres votaciones les ganó a todos, les dejó con la boca abierta, y recibió el famoso abrazo del cardenal Humes (cardenal emérito de Sao Paulo) diciendo "yo te he votado, ojalá salgas". Y cuando ya se contaron los votos, se abalanzó sobre él, le besó, y le dijo "acuérdate de los pobres". Dicen que Francisco tuvo tres minutos para pensar su nombre, porque no lo llevaba pensado (no pensaba salir Papa), y que la frase de Humes lo cambió todo.


Un Papa sorpresa, que sin embargo acertaste


Pero fue una sorpresa mayor de la que esperábamos, y de la que esperaban los periodistas y los teólogos. También pedía que nos regalara gestos simbólicos, pronto, que indicasen que algo iba a cambiar. Por ejemplo, Juan XXIII prescindió de la silla gestatoria y caminar a ras de tierra. Pablo VI nos dio el regalo de quitarse la tiara de oro y brillantes, venderla y dársela a los pobres. Juan Pablo I nos dio el regalo, durante el mes que fue pontífice, de las catequesis tan bonitas que daba a los niños, además de su sonrisa. El regalo del Papa Juan Pablo II fue que recorrió todas las culturas, vendió la idea de Jesucristo a los jóvenes y proclamó beata a Teresa de Calcuta, lo que para mí es muy importante. Ratzinger nos ha dado el regalo de su dimisión. Ése es el gran regalo que ha hecho a la Iglesia, a parte de sus encíclicas de gran categoría.


¿Y Francisco no ha dado ya muchos regalos en el poco tiempo que lleva?


Sí: el gesto de lavar los pies a un grupo de mujeres, incluida una musulmana; el gesto de prescindir del Vaticano para vivir e irse a Santa Marta; el gesto de quitarse los zapatos del Papa y ponerse los suyos, viejos...


¿También el gesto de pedir la bendición del pueblo?


Sí, eso fue precioso. Inclinarse y pedir "rogad por mí". Otro gesto muy bonito fue cuando habló con los periodistas y les dijo con un anhelo de fondo "cómo me gustaría tener una Iglesia de pobres y para los pobres". Después, en el momento de ir a dar la bendición, consciente de que entre los periodistas había gente creyente y gente no creyente, decidió tener un espacio de silencio para que cada uno pidiera por lo que quisiera.
También el gesto que tuvo de sentarse entre el pueblo después de dar la misa en Santa Marta, dejando el trono; como cuando saluda a los cardenales de pie, para abrazarles, en vez de sentado para recibir el beso.


¿Falta, entonces, pasar de los gestos a otra cosa?


Sí, creo que estamos en ese momento, pero hay que darle tiempo. Creo que él es muy listo y muy consciente de la situación, pero no se puede cambiar la curia en 24 horas. Creo que poco a poco se va a enterar de qué pie cojea cada dicasterio, de a quién tiene que sustituir y a quién puede poner "de su equipo".


¿No le temblará el pulso?


Yo creo que no. Lo que he leído de su perfil psicológico, que es mi especialidad, es que es muy dialogante, que dialoga con todo tipo de personas y todo tipo de caracteres; pero luego decide muy personalmente, sin dejarse arrastrar o influir.
Otro rasgo que puse es que al nuevo Papa le tocaría ser el Papa del Twitter y de las redes sociales; que tendría que rodearse de un equipo competente que le ayudase a manejarse con los nuevos lenguajes, especialmente para conectar con los jóvenes. Como ya lo hizo Benedicto XVI.


También acertaste de pleno, porque el Papa Francisco ya publica tuits diariamente


Sí. La última característica, que sale más bien de mi sentido del humor y de mi vida personal, es que disfrute del papado, que no lo viva como una carga y una responsabilidad. Los últimos años de Juan Pablo II fueron penosos porque llevaba la cruz a cuestas en aquel carrito en el que le transportaban. Mucha gente decía "si fuera mi abuelo, yo no lo exhibiría en público", porque realmente daba pena, lloroso, con la baba y con todo pero aguantando hasta el final con la cruz del papado.
Ratzinger se quitó a tiempo esa responsabilidad, esa cruz, y yo creo que hizo muy bien. Por eso yo le pedía a este Papa que disfrute del papado, que lo viva con humor.


¿Y cree que lo está haciendo?


Creo que sí. Mira cómo se comunica con sonrisas, en las audiencias de la Plaza de San Pedro, con niños y paralíticos. Al principio se quedó muy tieso en el balcón del Vaticano, porque dicen que es muy tímido. No sabía casi ni qué decir, pero poco a poco se fue soltando y comentó aquello de que sus hermanos cardenales habían ido muy lejos a buscar un Papa.


¿Utiliza bien el lenguaje corporal?


Sí. El signo de aprobación con el dedo nunca se le había visto a un Papa. Las miradas con las que distingue a la gente y se baja a saludar a tal o cual... Por eso creo que el Papa está disfrutando, porque todo eso te llena de hondura interior. Yo creo, como decís vosotros en vuestro libro tan bonito, que va a ser un nuevo Juan XXIII. Y ojalá le llamen, como llamaban a Juan XXIII, "el Papa que sonreía".
La noche que le eligieron Papa hubo un brindis en Santa Marta por él. La cena se había alargado y entonces él levantó la copa y dijo "no os perdonaré nunca la jugada que me habéis hecho, peor me voy a la cama a dormir muy tranquilo".


Según los rumores, ha sido elegido con más votos que Benedicto XVI. ¿Cree que es un Papa casi plebiscitado?


Sí, se habla de más de 90 votos, y eso evidentemente tiene que darle mucha tranquilidad. Pero creo que más bien está tranquilo porque se siente en manos de Dios.


¿Y apoyado por el pueblo?


Totalmente. Él tiene que ser consciente de que en todas partes del mundo se están esperando sus gestos, y le están lloviendo agradecimientos sencillamente por la esperanza y la alegría que está comenzando a despertar. En Aragón se utiliza mucho el refrán "que no se quede esto en agua de borrajas". O, dicho de otra manera, que la curia no se apodere de él y le tape la boca para evitar reformas. Creo que esto es lo que pide la gente.


¿No es ese planteamiento doloroso, pues evidencia el miedo que tiene el pueblo de Dios a que no le dejen emprender las reformas?

Sí, pero ciertamente creo que van a intentar no dejarle hacerlas, porque parte de la curia no es de la misma cuerda que los gestos de Francisco. A mí me gusta mucho el cardenal Ravassi, que es un hombre de la cultura. Él sí que le va a dejar hacer, por ejemplo, pero otros no.


¿Pero cómo se podrían oponer? Al fin y al cabo el Papa tiene el poder absoluto


Pues hay maneras: psicológicamente, haciéndole el vacío, sembrando escritos contra él, divulgando por ahí sus gestos en negativo... Esto puede que lo intenten los más conservadores.


¿O sea que no lo va a tener fácil?


Nada fácil. Pero yo creo que él es un hombre de mucha garra, y que va a saberse apoyar en los que le van a ayudar. Por ejemplo, el consejo de 8 cardenales de todo el mundo que ha constituido, le va a dar mucha fuerza.


¿La curia puede intentar entorpecer sus pasos a pesar de saber que ha sido elegido con tan alto porcentaje de votos del colegio cardenalicio?


Sí puede. Y ya digo que creo que parte de la curia va a intentar oponerse a él. Otros, en cambio, le apoyarán.
La primera decisión que ha tomado el Papa es nombrar al general de los franciscanos, que es un hombre encantador, arzobispo secretario de la Congregación de Religiosos y Laicos. Es decir, que ha puesto a una persona clave en una congregación compleja, porque comprende a todos los religiosos y religiosas del mundo a los que Juan Pablo II había marginado totalmente, porque prefirió apoyar a los movimientos eclesiales. Nos marginó totalmente porque quiso apoyarse en el Opus Dei, Comunión y Liberación, en los neocatecumenales, etc., porque eran más obedientes a la jerarquía y a los principios vaticanos y no criticaban nada. Con eso dejó a las órdenes y congregaciones religiosas en un segundo plano. Jesuitas, franciscanos, marianistas etc., y ya no digamos a las famosas religiosas norteamericanas, que se reunieron la semana pasada en Roma para pedir importantes reivindicaciones eclesiales.


¿Es decir que, a su juicio, las resistencias pueden venir tanto de la curia como de los movimientos neoconservadores que tendrían que empezar a compartir el espacio que hasta ahora han copado en la Iglesia?


Exactamente. No es que el Papa esté contra ellos, porque de hecho Kiko Argüello le ha prometido hacer 800 catequesis en dos meses en todas las ciudades del mundo, y el Papa le dio ánimo y su bendición.


¿Cree que nos acercamos a una Iglesia más inclusiva?


Sí, una Iglesia que no excluya. Y que dé más aire a los que hasta ahora han estado más excluidos.


¿La vida religiosa y las parroquias?


Sí, el cristiano medio. Éste es un Papa párroco, pastor con olor a oveja, como él dijo, que es una frase fabulosa. Eso es lo que viene ahora: el apostolado parroquial, la Acción Católica de toda la vida, los movimientos juveniles...


Usted es jesuita, como el Papa. ¿Cree que eso supone un valor añadido?


Bueno, a nosotros nos ha felicitado muchísima gente, las personas que alguna vez han respirado la espiritualidad ignaciana se han alegrado muchísimo... y la verdad es que se me ocurren dos o tres cosas que añade el hecho de que sea un Papa jesuita. Una, que durante 14 años ha tenido una formación de la Compañía dentro de la espiritualidad ignaciana, y que la ha practicado siendo maestro de novicios y siendo provincial de los jesuitas en Argentina, a los 36 años. Dos, que siendo obispo y arzobispo de Buenos Aires ha seguido dando ejercicios ignacianos a los sacerdotes, y también a los obispos españoles cuando le invitaron el año 2006. Yo diría que de todo esto le queda un gran poso de espiritualidad ignaciana. También le queda, en parte, el poso de espiritualidad franciscana, de la que bebe. No cita, como otros lo harían, a Santa Teresa de Jesús o a San Juan de la Cruz, ni a la espiritualidad benedictina como hacía Ratzinger, porque tampoco puede citarlas todas. Pero yo creo que se va a apoyar mucho en la ignaciana y en la franciscana.


¿Cómo va a calar este evidente cambio de aires en la Iglesia española?


Me cuesta contestar la pregunta porque no soy adivino, y pienso que hay que dar un poco de tiempo y esperar unos meses para ver por dónde van los tiros aquí. El episcopado español está catalogado como un episcopado muy gris, en el que solamente 7 u 8 figuras por todos conocidas sobresalen. Este calificativo se debe a que es un episcopado sin gran excelencia teológica, sin profundas pastorales que conecten con la gente, y sin gran personalidad ni conexión con las grandes demandas sociales y eclesiales. Es un episcopado que ha visto las iglesias vacías de jóvenes y no ha reaccionado más que con pastorales muy genéricas que no llevan a ningún sitio.


¿La posibilidad de cambio vendría sólo a partir del nombramiento de otro tipo de obispos?


Sin duda. Estos obispos fueron todos nombrados por Juan Pablo II, y por tanto son un perfil de obispo fiel a ese pontificado y que no tiene personalidad propia para ser crítico. Por tanto, creo que el cambio se notará sobre todo cuando se nombren nuevos arzobispos de Madrid y Barcelona.
Un cambio curioso que ya ha hecho es el nuevo auxiliar de Oviedo, que es un hombre encantador y que sabe a dónde va.


¿Cree que durante estos años pasados ha habido demasiado control y demasiado miedo en la Iglesia, sobre todo por parte de los teólogos que eran alertados por el simple hecho de investigar o de estar en la frontera?


Sí, los mejores de nuestros teólogos han estado muy controlados por la Comisión Episcopal de la Fe y por el presidente de la Conferencia Episcopal. La curia llamaba al provincial de España con la orden de que corrigiera a tal teólogo o que retirara de la docencia a otro, que no les dejaran publicar... Teólogos españoles como Estrada, Castillo, González-Faus o Masiá han querido ser acallados. Ellos han sido bastante libres y han intentado al mismo tiempo ser cuidadosos (porque tampoco quieren molestar a la jerarquía), pero es cierto que el miedo los ha amedrentado.


¿Era esto un fenómeno generalizado?


Sí. Por eso, cuando se rompa esta dinámica, ganaremos todos en libertad, en esperanza y en alegría. Todos vamos a ganar en sentido de nuestras vidas, porque creo que eso se ha empezado a romper ya lentamente.


¿La revolución tranquila de Francisco no es más que la vuelta al Concilio? ¿Supone revitalizar el Vaticano II?


Eso es lo que piden los teólogos españoles más incisivos: volver al Concilio. No queremos un Concilio Vaticano III, porque el II lo hemos dejado como una mina sin explotar. E intuyo que eso lo va a hacer Francisco. No sé cómo ni cuándo, pero creo que va a volver a la Gaudium et Spes, a retomarla como eje de nuestra pastoral, a dar conferencias sobre ella, etc. Hay que volver a ser conciliares en la libertad religiosa, y en todo lo bonito que dijo el Concilio Vaticano II hace 50 años. Creo que él va a liderar esa vuelta.


¿Cree que el Papa Francisco tiene sentido de humor?


Sí. El otro día dijo que los cristianos no podemos ser como pepinillos en vinagre. Hace cinco años edité un libro llamado "El valor terapéutico del humor", en el que hablo, entre otras cosas, de la "risa patológica", que está diagnosticada en psiquiatría; del humor que debe haber en la pedagogía y en las aulas... Nuestros grandes dibujantes (Forges, Mingote...) tienen mucho humor, como nuestros grandes humoristas. Pero académicamente el humor no se ha explotado en España. Una cosa son los chistes gráficos, etc., y otra cosa es la capacidad de distinguir la escala del humor: la risa, la sonrisa y la carcajada. El famoso Sigmund Freud publicó un ensayo en 1927 sobre el chiste, y lo desentrañó desde el punto de vista psicoanalítico, porque en el fondo los chistes son un mecanismo de defensa.


Su último libro es sobre Comunicación Humana

Sí. Ahora, en mi jubilación, he decidido publicar este libro sobre Comunicación Humana, que ha sido mi cátedra durante 25 años. Es un ensayo didáctico sobre la comunicación interpersonal, la comunicación no verbal etc., que debo a mis alumnos, porque me han ayudado mucho. Y con lo otro con lo que me he querido jubilar es con el libro del humor, porque quiero pasar una jubilación gozosa y humorista.


De ahí viene el nombre, de júbilo


Claro. Estar jubilado es estar alegre.


¿Cuál es el libro más vendido de la colección Serendipity?


Se llama "14 aprendizajes vitales". Llevamos 13 ediciones, es el buque insignia de la colección. Me costó un año prepararlo. El primer tema es aprender a desaprender, con la parábola del disco duro o del móvil con buzón de voz: cuando está lleno el buzón de voz te dice que no puede admitir más mensajes, e igual pasa con e disco duro cuando se llena de información. En la vida es lo mismo: para aprender más tienes que soltar aprendizajes que funcionaron muy bien durante la infancia y durante la adolescencia, pero quizá llevan años esclerosados.


¿Dejar espacio para nuevos conocimientos?


Eso es. No podemos empeñarnos en que el traje de la primera comunión nos va a seguir valiendo 30 años después. Otros temas que aborda el libro son aprender a discernir, aprender a fracasar, aprender a escuchar bien (imprescindible para la Iglesia, para los terapeutas, en la relación profesor-alumno o en la relación de un niño con sus padres... escuchar es la gran dimensión pedagógica, y sin embargo hay gente que escucha poco o regular). Otro tema muy importante es aprender a vivir con humor trascendente, que fue el capítulo que le encargué para el libro a José María Díez-Alegría. Recuerdo que cuando le fui a contratar le pregunté cuál era su truco para estar siempre sonriendo y siempre de buen humor. Me dijo "Carlos, yo por la mañana me miro al espejo y me digo: qué poco atractivo eres, qué pena das, qué poco vendible eres, ¿cómo vas con esa cara a la calle? Entonces me río de la imagen que doy, lo acepto, y el resto de día me voy riendo de esa imagen".
También es muy interesante desde el punto de vista psicológico aprender a cultivar la interioridad. Tenemos que pasar de la vida superficial y súper rápida a la vida en cámara lenta, metiéndonos, como dice el Evangelio, en el interior de nuestra celda. Luego viene el tema de aprender a llorar. Llorar no es cosa de mujeres ni de hombres. Hay que llorar las despedidas, los duelos y los desaciertos. Algo muy difícil es aprender a perdonar y a perdonarse a sí mismo, pero lo podemos practicar desde la psicología y desde la espiritualidad: perdonar a quienes me han ofendido, perdonar a mis enemigos... Todo eso es el mensaje evangélico. Y también perdonarnos a nosotros mismos, porque muchas veces nos culpabilizamos y sentimos una herida. El Papa Francisco insiste mucho en que Dios siempre nos va a perdonar todo, porque Él es el gran perdonador de nuestras vidas.
Por último, aprender a vivir con el propio dolor, que hay que distinguirlo del sufrimiento. Sufrimiento tenemos todos, pero cuando le damos volumen y nos enquistamos en él, surge el dolor. Y finalmente, aprender a despedirnos es algo que tenemos que trabajar mucho, porque en la vida todos tenemos momento de despedida (de relaciones perfectas o imperfectas, de personas que nos dejan, de sitios a los que no vamos a volver...). Tenemos que aprender a despedirnos con cariño. La vida es un continuo aprendizaje.

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