Algunas claves para leer el libro sobre la Parroquia Madre de los Pobres de San Salvador Daniel Sánchez Barbero: "Una Misión en El Salvador"

Daniel Sánchez Barbero
Daniel Sánchez Barbero

"Aprovechando el confinamiento obligado por la pandemia que estamos sufriendo, he recogido algunas enseñanzas recibidas en la experiencia misionera de esos años vividos en El Salvador"

"Una experiencia que llevamos a cabo con la Parroquia Madre de los Pobres de San Salvador. Misiones populares, aún en tiempos de guerra cuando todo es más difícil"

"Estas claves de lectura pueden ayudar en el presente, pues, creo yo, nos abren posibilidades para enfrentar los retos que nos presenta hoy el Papa Francisco cuando nos habla de la necesidad de una conversión pastoral"

"Me refiero a esta conversión que nos presenta hoy el Papa Francisco cuando nos habla de la necesidad de una conversión pastoral de las parroquias "en la línea evangelizadora", en "una Iglesia en salida", más laical, más sinodal y más participativa"

Suele ocurrir que las segundas generaciones se preguntan siempre por los orígenes de su institución. Así ocurrió en el siglo I con los cristianos de las primeras comunidades y por eso surgieron los Evangelios.
Es lo que ha pasado con la Parroquia Madre de los Pobres de San Salvador, El Salvador: En su 36º aniversario me han preguntado: cómo fueron los comienzos?

Y yo, aprovechando el confinamiento obligado por la pandemia que estamos sufriendo, he recogido algunas enseñanzas recibidas en la experiencia misionera de esos años vividos en El Salvador y las he puesto por escrito, en esta Iglesia rural de la diócesis de Cuenca donde ahora me encuentro trabajado en la pastoral.

Por eso quiero presentar algunas claves para leer este libro, que viene a ser una pequeña experiencia con muchos nombres y apellidos, que superan este pequeño libro. Pido disculpas por no poder poner todos los nombres y fotografías de los que han participado en esta experiencia eclesial y popular, pero quedamos pendientes si hiciera falta hacer una segunda edición.

Estas claves de lectura pueden ayudar en el presente, pues, creo yo, nos abren posibilidades para enfrentar los retos que nos presenta hoy el Papa Francisco cuando nos habla de la necesidad de una conversión pastoral de las parroquias “en la línea evangelizadora”, en “una Iglesia en salida”, más laical, más sinodal y más participativa.

La primera clave es la clave misionera de Iglesia en salida

Es la Comunidad cristiana de la Parroquia San Atanasio de Madrid la que me envía a realizar una Misión a un Pueblo y una Iglesia sufrientes que nos piden ayuda por la situación de guerra civil y la persecución que se está sufriendo. Y la Misión consiste en llevar el consuelo y solidaridad cristiana del acompañamiento a ese Pueblo y a esa Iglesia salvadoreña. Ese proceso de acompañamiento se mantiene en la actualidad apoyando el proyecto de Ayuda Escolar, que atiende a los jóvenes de La Chacra para que puedan estudiar en la Universidad.

Y aunque la Parroquia San Atanasio ha sido cerrada por el Arzobispado, la misma comunidad cristiana se ha integrado en una parroquia cercana, y permanece la Asociación de Solidaridad San Atanasio, que está legalizada y es la que edita este libro. Los beneficios que se puedan sacar de la venta del libro, será para apoyar el proyecto de estudiantes, ya que este año, por la situación de pandemia, no se han podido realizar las actividades solidarias como el teatro y los conciertos de música y canto que solían hacerse para recaudar dinero.

La segunda es la clave evangelizadora

Teníamos claro desde el principio que la prioridad para nosotros era siempre la evangelización como tarea primordial de la Iglesia, según nos dice el Concilio y la Evangelii Nuntiandi de San Pablo VI:

El primer objetivo del Plan Pastoral de la Parroquia será la formación de agentes de pastoral, si queremos unos laicos bien formados que sean sujetos del proyecto liberador tanto en la sociedad como en la Iglesia que está naciendo.

La realización de las misiones populares, aún en tiempos de guerra, en los distintos sectores de la Parroquia y también acompañando un grupo en las misiones populares de las parroquias hermanas de Ixcán (Guatemala), Tocoa (Honduras) y Arcatao en Chalatenango (El Salvador).

La Catequesis Familiar como una forma de evangelización en las familias donde se ayuda a los padres, para que sean ellos los verdaderos catequistas de sus hijos y así se logra una evangelización que integra a las familias a la Parroquia y a vivir la fe en pequeñas comunidades cristianas en los Grupos Bíblicos de los distintos sectores de la Parroquia.

La Pastoral Juvenil donde se acompaña a los jóvenes en su proceso educativo de la fe cristiana en los grupos juveniles de cada sector, participando en las misiones populares y en las celebraciones de religiosidad popular como Viacrucis , Procesiones, Posadas y Pastorelas, siempre orientadas en sentido evangelizador.

El apoyo y participación de BIPO (Biblistas Populares de El Salvador), que apoyamos personalmente y con la infraestructura en los primeros años hasta que se adquirió un local propio. Ha sido, y sigue siendo, un proyecto evangelizador de personas voluntarias que realizan talleres de formación bíblica para líderes de las parroquias y comunidades, además de preparar materiales que después reproduzcan esos líderes o agentes pastorales en los grupos bíblicos y comunidades de sus parroquias.

La tercera es la clave social de promoción y desarrollo liberador

Iniciando varios proyectos de asistencia, promoción y desarrollo; y a la vez educando a los laicos responsables de dichos proyectos en la Doctrina Social de la Iglesia (D.S.I.) Aún en los tiempos de guerra, que era mucho más difícil.

Otra clave que aparece en el libro es el apoyo al proceso de diálogo y de búsqueda de la paz para terminar la guerra, como la participación en Las Marchas por la Paz y en las primeras Repoblaciones, de refugiados internos y en otros paises como Honduras y Nicaragua, que se atrevieron a volver a sus lugares de origen en medio de la situación de guerra civil.

Las Repoblaciones era una utopía muy atrayente, pero que casi nadie creía en ello. Solo lo creía el pueblo,los más pobres y sus organizaciones populares, los refugiados que habían tenido que salir huyendo para salvar sus vidas, y que ahora tenían el coraje de volver a sus lugares de origen con la oposición de las Fuerzas Armadas, que iban a intentar impedirlo a toda costa. Por eso intentamos acompañar en las primeras repoblaciones y después con el mandato del Arzobispo y los permisos del Alto Estado Mayor acompañando las Repoblaciones de Cuscatlán por dos años, aunque en principio mi compromiso era por dos meses, pero no había agentes pastorales que lo retomaran.

Por eso he dedicado varios capítulos a las repoblaciones, pues no hay nada escrito sobre estas primeras repoblaciones.

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