Jesús Lasanta, en Edibesa Ecología, compromiso cristiano

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Sin ecología no hay religión. Y no solo porque no existiría la vida, o porque esta apenas si mereciera nombre tan sagrado, sino porque la religión para serlo con  garantías de veracidad, precisa  de por sí y bíblica y teológicamente  ser ecológica… 

”¿Heredarán la tierra nuestros hijos? ¿O solo les quedarán las deudas?”

Ecología, compromiso cristiano, de Jesús Lasanta, en Edibesa

En gran parte y proporción, cuanto se relaciona con la ecología debería ser eje y centro esencial  de todo planteamiento que aspire a ser e intitularse elementalmente religioso. “Ecología”  es el Catecismo. Y no de la nueva, sino de la antigua y sempiterna asignatura y vivencia de la religión y más de la  que se dice y define como cristiana. Sin ecología no hay religión. Y no solo porque no existiría la vida, o porque esta apenas si mereciera nombre tan sagrado, sino porque la religión para serlo con  garantías de veracidad, precisa  de por sí y bíblica y teológicamente  ser ecológica…   

Seriamente atenta la editorial “Edibesa”  a  estos deberes de educación de la fe, acaba de publicar  el libro -236 páginas-titulado  “Ecología, compromiso cristiano”, cuyo autor es Jesús Lasanta,  sacerdote, doctor  en Derecho y en Teología., quien “aborda el tema  desde la sensibilidad del problema, desde su propio punto de vista  y del de la Iglesia , así como  la gran defensa de la ecología  que lleva haciendo el papa Francisco desde los inicios de su pontificado y como obispo de Roma”.

Ecología, compromiso cristiano

Y formulación exacta del tema se concentra en  interrogantes como estos:”¿Heredarán la tierra nuestros hijos? ¿O solo les quedarán las deudas?”. El ser humano ha explotado  los recursos naturales de nuestro planeta  sin preocuparse de  las posibles consecuencias  que esto tendría a largo plazo. Ahora, la cuestión ecológica  es uno de los grandes problemas  que le preocupan al hombre moderno…

La pastoral que contribuya  a fomentar  el respeto a la ecología, la sustenta el autor  en el siguiente principio, contenido en la página 105: 

“La naturaleza y finalidad de la Iglesia es sobrenatural. Es la misión que le confió el Señor: llevar los hombres a  Dios. Sin embargo, ella que es “divina”  por haber dido instituida por Jesucristo,  también es “humana”, integrada por hombres  y opuesta al servicio  de los hombres. Servicio que ha de ser “integral”, tanto  en sus necesidades  sobrenaturales como naturales, camino de la vida eterna. La Iglesia no puede ser de  ningún modo, extraña  a cuanto afecte al hombre. Cristo se hizo especialmente solidario  y cercano a las necesidades de sus contemporáneos…”

El apartado de  las páginas  138 y ss., con el título  de “La deriva  ecofeminista” -feminismo y medio ambiente- les será de provecho  a muchos y a muchas, nada menos que en calidad y en virtud  de “compromiso cristiano”.

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