Javier Rivas Flores, en PPC-Centro de Humanización de la Salud 'Inmunoterapia ética': una reflexión ética para el mundo de la salud

(Antonio Aradillas).- El título del libro que comento es el de "Inmunoterapia ética". Cuenta con 142 páginas de texto y está editado por "PPC-Centro de Humanización de la Salud", a cuyas siglas con feliz frecuencia me refiero en tantas otras reseñas. Su autor es Francisco Javier Rivas Flores, doctor en Medicina y máster en Bioética por la Universidad Pontificia de Comillas.

Una versión más cercana e inteligible la ofrece en su Prólogo, José Carlos Bermejo, director del Centro de Humanización, con estas palabras: "El autor conoce la complejidad de la vida moral y que el mundo está habitado por la empatía con la persona frágil -'in-firmus'- como clave de comprensión que favorece el más genuino discernimiento. Estas páginas nacen a fuego lento de la capacidad de reflexión y comunicación de un médico que no se mueve solo entre pacientes, sino también en el estudio, la docencia, la investigación y la reflexión para contribuir, desde diferentes frentes, a la humanización de la asistencia sanitaria".

En la página 61, con el título de "Enseña", se diseña en el libro el sentido y contenido de uno de sus principales temas: "Decía Gregorio Marañón que el principal instrumento de la relación clínica es la silla, manera muy gráfica de mostrar la importancia que tiene la escucha, y el poder de la palabra, en la relación sanitaria. Aún más, una de las constantes que a lo largo de la historia de la medicina ha tenido la relación médica ha sido la escucha ya desde los tiempos de Hipócrates y de la Grecia clásica. Sin escucha atenta y diligente no se puede construir una auténtica relación interpersonal, y menos aún cuando esta ayuda nace de la menesterosidad de uno de los interlocutores".

Y es que, como todos, de una u otra manera, estamos, o somos, enfermos, es decir, frágiles, además, y sobre, los medicamentos al uso, correctamente prescritos por quienes corresponde, necesitamos de "sillas", es decir, de palabras. Estas sanan, o pueden sanar, al igual que las fórmulas de las que hay constancia más o menos inteligible en los prospectos adjuntos. Enseñar a hablar, y más con quienes se les haya diagnosticado alguna enfermedad, por grave y rara que sea, es arte y ciencia para hacerle la vida más llevadera y aún para sanársela desde su propia raíz.

Capítulo que merece toda clase de felicitaciones sanantes, y resonantes, es el dedicado a la "importancia en la relación sanitaria". Su lectura atenta (pp.77 y ss.) tornará felices a muchos. Y curará a enfermos, y a sus familiares y amigos. "Risa e interculturalidad", "efectos de la risa en el organismo," "técnicas para llevar a cabo sesiones de risoterapia", son otros tantos apartados cuya reflexión despejará caminos para recuperar la salud y aún para no haberla perdido antes y por causas que no hubieran merecido ser tenidas en cuenta.

Tal y como se expone en el libro de Javier Rivas Flores, la palabra y la risa forman parte primordial del ejercicio-ministerio, que como seres humanos, y como cristianos, nos compete administrar, por aquello de la obra catequística de misericordia de "visitar al enfermo". Reír unas treinta veces al día, es buen tratamiento para curar y curarse, tal y como aseguran los expertos, sin echar en olvido además que, por ejemplo, los esquimales en Groenlandia, utilizan la risa para dirimir no pocos combates personales, familiares y sociales, a cuya resolución antes acudían con las armas. Y es que reí- reír , es propio de hombres. Los animales aún no aprendieron a hacerlo.

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