El sacerdote-poeta navarro acaba de publicar 'Antología poética (1968-2024)' Jesús Mauleón: "Es bello poder decir al final del camino: ‘Te quiero, Dios, como a la tierra el mar'"

"El cura viejo y un poco poeta", Jesús Mauleón, acaba depublicar, a los 87 años su 'Antología poética (1968-2024)', en la que canta a personajes populares como Bolívar, Carlos Cano o Zapatero, o a la vida rural y al quehacer de los curas de pueblo. Como una especie de acción de gracias a tanta gente que "ha estado a mi lado", sin olvidarse de los pobres, del Papa Francisco o del ministerio sacerdotal o, mejor, servicio del pueblo cristiano. Contento por su obra, por su vida y por poder llegar al puerto con esperanza: "Es bello poder decir al final del camino: ‘Te quiero, Dios, como a la tierra el mar'"

“A tanta gente buena y generosa que, a lo largo de mis 87 años, me ayudó a penetrar en el misterio de la vida”. ¿Una antología poética de acción de gracias?

En una vida normal, los seres humanos, que nos rodean y  nos ayudan a crecer,  pueden ser innumerables. En este caso, si se quiere, mi dedicatoria es una humilde acción de gracias a todas las personas que, en la tarea de vivir,  han estado a mi lado.

En @DiariodeNavarra , Jesús Rubio entrevista a Jesús Mauléon con motivo de la publicación de«Antología poética 1968 - 2024». Una inmejorable introducción a la vida y obra de quien ha sido una de las principales referencias poéticas en Navarra. pic.twitter.com/KYfL58KxQb

— Papeles del Duende (@del_papeles) March 20, 2024

Nada menos que Víctor Manuel Arbeloa dice en el prólogo que le “hubiera gustado y me gustaría haber escrito y escribir estos versos”

La verdad, el prólogo de Víctor Manuel es muy generoso. Y en su brevedad está escrito con una tensión emotiva que es muy de agradecer.

¿Qué queda de poesía tras toda una vida escribiéndola?

Queda, si se trata de una obra original y verdadera, la propia obra. Queda para el poeta el recuerdo de muchas horas felices en la composición y el repaso de los poemas. Y queda la satisfacción de haber dado salida a una necesidad vital que para un creyente es una vocación de Dios y de la naturaleza. Queda también en mi caso el recuerdo de muchos momentos vividos en común con otros poetas y amigos. 

¿Sigues sufriendo por la “maldita ralea que cría los rebaños de los pobres”?

Claro, como todas las personas de bien. La belleza del arte no puede olvidar los desajustes de este mundo, los atropellos desde el poder y el dinero. Pero no está mal que, sin olvidar  nunca a los necesitados, sepamos también que en este mundo convulso hay mucha gente buena, aunque no salga en los periódicos o en las teles. Los medios de comunicación prefieren las noticias de acontecimientos o fenómenos negativos.

“¿Quién habrá de ponerse a nuestro lado frente a tantos rufianes de corbata?” ¿Tienes respuesta para ésta y parecidas preguntas?

Estos dos versos  manifiestan el impulso de participar en la lucha del  bien con un creciente número de colaboradores. La respuesta, evidentemente, nunca es del todo satisfactoria.

Por tus poemas pasan desde Simón Bolívar a Carlos Cano o el propio Zapatero 

Pasan muchas gentes. Simón Bolívar  muriendo, rodeado de testigos mudos en el conocido billete banco. Pasa  la muerte de Carlos Cano, el maravilloso juglar  granadino. Paso yo entero. Pasa la vida. Pasa el tiempo que huye como señala Arbeloa en el prólogo, pasan desde la infancia hasta la muerte. Pasa todo lo que veo a mi alrededor y me conmueve como propio… Pasa Dios, y no pasa. Está muy a menudo, si no siempre, en  los arranques de mi pobre voz señalando la altura… También el humor y la sátira ante tanto fantoche que se ofrece en espectáculo. Hay también poemas escritos a raíz de viajes por numerosos países donde se puede aprender mucho del pasado y del presente…

¿Es bello poder decir al final del camino: ‘Te quiero, Dios, como a la tierra el mar”?

Es bello, sí. Y lo podemos decir de corazón todos los humanos. Da mucha paz. Y mucho sentido de la verdad de nuestra condición, por un lado tan alta y, por otro, tan frágil y limitada.

¿Qué te inspira el ‘pastor con olor a oveja’, al que le dices: “Arrea a tu Iglesia vieja y métela en el Portal”?

Son dos versos de un poema que escribí en las primeras navidades del papa Francisco. Lo del olor a oveja y lo que significa de vivir y oler cerca del pueblo me cayó tan bien como su lenguaje tan desenvuelto y expresivo. Es un sabio consejo para los “servidores”  (preferible hoy a “ministros”) del pueblo cristiano.

¿Qué espera “el cura viejo y un poco poeta” de Ollacarizqueta, Navaz, Garciriáin y Unzu?

Espero lo mejor para ellos: que mantengan la fe de los mayores. Y que recen por este servidor que los recuerda con mucho afecto y sigue rezando por ellos cada día.

¿Cómo conseguir que siga habiendo poesía en la Iglesia?

Valorándola, como hemos de valorar el extensísimo patrimonio de las diversas artes del que gozamos en la Iglesia. La poesía está presente en abundantes textos religiosos, algunos de ellos cimeros, de nuestra historia literaria. El rezo de los salmos, en la oración oficial de monjes y clérigos, ofrece poemas de gran intensidad y belleza. El Cantar de los Cantares, Isaías y otros muchos textos bíblicos fueron escritos por artistas de muy alta sensibilidad. Para alabar al Dios Creador todo invita a cantar  “un cántico nuevo porque ha hecho maravillas”. Y entre otras muchas maravillas, la de haber dotado a los poetas del amor a la palabra y  haberlos hecho a su imagen, un poquitín “creadores”, también al servicio de los hombres…