El libro 'Palabra de pastor' recupera parte de las homilías de la etapa zamorana del obispo vasco Juan María Uriarte 'resucita' en Sal Terrae: "Sus libros siguen vivos"

Juan María Uriarte
Juan María Uriarte Diócesis de Bilbao

Los libros de Juan María Uriarte siguen vivos en nuestro catálogo, bastante vivos”. Lo asegura quien sabe mucho de los primeros y no poco del segundo, el recordado obispo de San Sebastián, fallecido hace ahora año y medio y a quien Ramón Alfonso Díez Aragón, en su calidad de director editorial de Sal Terrae, ‘resucita’ con una nueva obra, “Palabra de pastor”

Los compiladores del material –Emilio José Justo y José Chillón– hicieron una selección en torno a tres ejes clave: el misterio de Jesús; la vida cristiana; y el ministerio ordenado

"Uriarte sufrió por esa incomprensión de algunos hermanos obispos, pero siempre tuvo por encima de todo el aprecio por el diálogo para resolver los conflictos"

“Los libros de Juan María Uriarte siguen vivos en nuestro catálogo, bastante vivos”. Lo asegura quien sabe mucho de los primeros y no poco del segundo, el recordado obispo de San Sebastián, fallecido hace ahora año y medio y a quien Ramón Alfonso Díez Aragón, en su calidad de director editorial de Sal Terrae, ‘resucita’ con una nueva obra, “Palabra de pastor”.

Ese tirón del obispo vasco ha quedado contrastado con sus escritos relativos a la espiritualidad sacerdotal, y no sólo dentro de España. De hecho, de una de sus últimas obras que había publicado con esta editorial –tienen en catálogo una decena de títulos, señala Díez Aragón– han pedido desde Chile una edición de 600 ejemplares…

Creemos. Crecemos. Contigo

“La mayoría de sus obras están centradas en esa temática”, añade el director editorial. “Todo el mundo conoce que él acompañó a muchos sacerdotes, algunos de ellos en situaciones muy difíciles de su vida, y tenía un conocimiento muy profundo del ministerio de los presbíteros, lo que le dio una autoridad en la materia que hizo que la mayoría de sus libros se reimprimieran y siguen vivos en nuestro catálogo, bastante vivos”.

Pero lo que llama precisamente más la atención de su última obra es que no está centrada en ese acompañamiento a los curas, o mejor dicho, no sólo son ellos los destinatarios de su palabra de pastor, sino que habiendo espigado entre centenares de homilías que Uriarte escribió en su ‘etapa zamorana’ –la que desarrolló como obispo de esa sede castellana entre el año 1991 y 2000, en lo que ya entonces fue interpretado como una suerte de destierro por sus posturas cercanas al nacionalismo vasco en una época donde ETA abría los informativos a sangre y fuego–, son escritos de provecho para cualquier miembro del Pueblo de Dios.

Ramón Alfonso Díez Aragón
Ramón Alfonso Díez Aragón Cedida

Los compiladores del material –Emilio José Justo y José Chillón– hicieron una selección en torno a tres ejes clave: el misterio de Jesús; la vida cristiana; y el ministerio ordenado. “El volumen publicado –la selección inicial tenía cuatro veces la extensión final de este libro, de 296 páginas– está siendo muy bien acogido, por lo que pensamos que fue un acierto publicar estas homilías”, señala Díez en conversación con Religión Digital.

La cuestión es que tiene que haber algo en la palabra de un pastor para que esta siga siendo tan de interés cuando, un cuarto de siglo después, una editorial la ofrezca en forma de libro. ¿Dónde está el misterio? ¿Qué decía entonces en aquellas homilías que siga valiendo para la vida de fe de los cristianos de hoy, cuando tantas cosas han cambiado?

Una actualidad muy llamativa

“Hay una serie de temas que son intemporales. El misterio de Jesús o las homilías sobre la fuerza del Resucitado en la Pascua tienen una actualidad especialmente llamativa, porque precisamente hoy, cuando todos insistimos en que estamos en un cambio de época, donde el pesimismo campa a sus anchas, escuchar la palabra llena de esperanza de alguien que sufrió mucho también –como él, acompañando a tantas personas, por ejemplo, cuando le tocó presidir funerales de víctimas de ETA, etc.– es algo muy valioso”, señala el director editorial.

“Leer una palabra fundada en la Biblia y en la propia experiencia vital de alguien que ha pasado por experiencias tan desgarradoras y atroces en ocasiones; una palabra que, además, iba siempre acompañada de su testimonio de vida, porque en Uriarte la vida y el ministerio iban íntimamente unidos, porque conocía la realidad no solamente de los curas, sino la realidad pastoral, los desafíos de la gente de la diócesis de Zamora, hace que este libro haya sido tan bien acogido”, añade Díez Aragón.

Portadilla del libro de Uriarte
Portadilla del libro de Uriarte RD/Captura

“Juan María –apostilla el editor– dejó en Zamora una huella imborrable y se mantiene muy viva a día de hoy. El libro no sólo lo están utilizando los curas para sus encuentros, sino que ellos mismo lo están regalando, por lo que podemos decir que la selección de Emilio José Justo y José Chillón ha sido un acierto”.

Con todo hay que recordar –y reconocer– que esa misma palabra de pastor no siempre fue tan bien entendida por sus hermanos obispos, e incluso se puede decir que fue malinterpretada, en ocasiones deliberadamente, se podría añadir.

El aprecio por el diálogo

“Uriarte sufrió por esa incomprensión de algunos hermanos obispos, pero siempre tuvo por encima de todo el aprecio por el diálogo para resolver los conflictos. Recuerdo que una vez lo acompañé a presentar el libro La reconciliación, donde abordaba la situación de violencia antes y después de ETA en el País Vasco, en el Colegio de Periodistas de Cataluña. Y cuando le preguntaban por la situación de la Iglesia en Cataluña, él, con un profundo respeto, pero a la vez con plena convicción, siempre decía que la Iglesia de Cataluña tiene sus pastores, que son ellos quienes la conocen y quienes deben decir una palabra. Y por eso le dolía especialmente la incomprensión hacia los obispos del País Vasco, hacia sus declaraciones, hacia alguna de sus cartas pastorales… porque estaba convencido de que fuera del País Vasco había una profunda incomprensión hacia la Iglesia en el País Vasco, y también de algún pastor de la Iglesia del País Vasco hacia el resto de España”.

Juan María Uriarte, en una de sus últimas plenarias en la CEE
Juan María Uriarte, en una de sus últimas plenarias en la CEE

Insiste Ramón Alfonso Díez Aragón en la importancia que Juan María Uriarte daba al diálogo. “Lo buscaba siempre por encima de todo, aquello que unía a todos, y cuanto más lo conocí, más puedo decir que era su fe en Jesús la que era el motor de todo aquello, porque algunas de las situaciones que le tocó vivir, si no hubiera sido desde este anclaje humano, él, que conocía tan profundamente la psicología humana, no sé cómo podría haberla superado”.

Hoy, Juan María Uriarte sigue viviendo en sus palabras, por eso su vida se derrama por las páginas de esta obra. “Son homilías que gozan de permanente actualidad, intemporales y que acompañan y alientan a la persona. Si las lee con oído atento, con corazón abierto, le van a decir algo a su vida personal”.

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