Una biografía editada por San Pablo Manuel de Unciti, volcado en la prensa y en las misiones

Manuel de Unciti
Manuel de Unciti

La existencia del sacerdote y periodista vasco, expuesta con todo detalle por Juan Cantavella en una biografía editada por San Pablo

Durante casi cuarenta años, Unciti se entregó a difundir por escrito y de viva voz la apertura de la Iglesia a los pueblos más desfavorecidos de la tierra

Sin duda, una vida intensa la de este sacerdote, que dejó un poso inigualable en cada uno de los sectores en los que se desarrolló su existencia

Con 416 páginas + 8 de fotografías, el libro incluye un índice de referencias bibliográficas y hemerográficas y un amplio índice onomástico

Hace cinco años desaparecía un sacerdote muy peculiar: Manuel de Unciti. No fue la suya una parroquia rural ni se embarcó hacia lejanas tierras, porque su ámbito de actuación se situaba en sectores menos tradicionales. Su dedicación a los demás se desarrolló en el ámbito de la prensa y en la animación misionera y aún le sobró tiempo para fundar una Residencia para formar periodistas cristianos, por la que pasaron más de doscientos estudiantes de Periodismo. Su biografía sale a la luz de la mano de Juan Cantavella, en un libro editado por SAN PABLO que ya está disponible en todas las librerías.

Unciti nació en San Sebastián en 1931 y de forma precoz y vehemente se manifestó en él una inclinación por las misiones, que en un primer momento formalizó con estudios de Misionología en la Universidad Urbaniana de Roma.

A la vista de sus cualidades, el director de las Obras Misionales Pontificias en España, don Ángel Sagarmínaga, le captó para trabajar en la sede de Madrid, para las tareas de difusión y animación de las grandes campañas, como la del Domund, que allí se organizaban. Le nombraron secretario nacional de la institución y durante casi cuarenta años se entregó a difundir por escrito y de viva voz la apertura de la Iglesia a los pueblos más desfavorecidos de la tierra. Libros como África en el corazón (1994), Sangre en Argelia (1996) y Amaron hasta el final (1997) completaron este trabajo.

Para poder dirigir sus revistas había obtenido el título en la Escuela Oficial de Periodismo en 1966. Con esta preparación se fue introduciendo en el ámbito de la información religiosa, en los años finales del franquismo y en los de la Transición, cuando eran muchos los curas que realizaban esta labor, dado el interés que generaban las actuaciones de la Iglesia católica. Fue redactor del diario Yay colaboró en multitud de revistas que se ocupaban de estas cuestiones o procedían del sector eclesial: Vida Nueva, Ecclesia, Familia Cristiana, Caritas, Iglesia Viva… También en diarios, como El Correo de Bilbao, y emisoras como las de la Cope.

El ciclo se completa con la puesta en marcha de una pequeña Residencia, con apenas quince muchachos en su origen, que también durante cuarenta años ha procurado formación humana, profesional y cristiana a estudiantes de Periodismo; los mismos que después han ocupado puestos relevantes o modestos en medios de comunicación de toda España. A principios de este siglo concluyó esta dedicación por la elevada edad de su promotor y por los cambios en la configuración de estos estudios.

Sin duda, una vida intensa la de este sacerdote, que dejó un poso inigualable en cada uno de los sectores en los que se desarrolló su existencia. Juan Cantavella, catedrático emérito de Periodismo en la Universidad CEU San Pablo (Madrid), que le acompañó a lo largo de los años, ha trazado en esta biografía las líneas fundamentales de su paso por el mundo y pone de relieve las grandes cualidades y el servicio a la Iglesia que de forma apasionada llevó a cabo el padre Manuel de Unciti.

Con 416 páginas + 8 de fotografías, el libro incluye un índice de referencias bibliográficas y hemerográficas y un amplio índice onomástico.

El libro
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