Fragmenta acaba de publicar 'Diccionario de símbolos', de muy recomendable lectura Mitra, tricornio y cuernos

Moisés. Miguel Ángel
Moisés. Miguel Ángel

"Dedico esta reflexión a huronear con benevolencia e imparcialidad en los orígenes en los que mecieron sus cunas la palabra 'mitra' y 'tricornio'"

"Lo primero que hay que destacar es que, tanto 'mitra', como 'tricornio', en la elaboración-formulación de su etimología, tuvieron mucho que ver con los 'cuernos'"

"Con los símbolos hay que ser cuidadosamente respetuosos. El comportamiento y consideración para con ellos es incuestionable, aún en el caso en el que su renovación y reforma resulten imprescindibles"

"Fragmenta Editorial acaba de publicar un interesante y documentado libro con el título de 'Diccionario de símbolos', de muy recomendable posesión y lectura"

Con generosa asiduidad, y para desdicha de todos, ha “confraternizado” la corrupción en los medios de comunicación social con noticias relacionadas con la Guardia Civil –“La Benemérita”- y con la Iglesia -“santa” por antonomasia-, levantando polvaredas de escándalos sociales, políticos y religiosos. Nadie hubiera sospechado que, felizmente levantada la veda del silencio antidemocrático que inspiraba e imperaba en estas dos grandes y fiables instituciones, anidaran en ellas noticias tales como las que no hay que recordar, ya judicializadas o en camino de serlo.

Dejando aparte aquí y ahora el recuerdo de situaciones tan lamentables , teniendo a la mano la “infalible” asignatura y disciplina de la etimología, dedico esta reflexión a huronear con benevolencia e imparcialidad en los orígenes en los que mecieron sus cunas la palabra “mitra” y “tricornio”, como signos –“santo y seña”- específicos, de las referidas instituciones u organismos, que desempeñan tan importante función de interés público para la convivencia de los seres humanos, no solo en esta vida, sino también en la “otra”.

Mitra y tricornio
Mitra y tricornio

Y lo primero que hay que destacar es que, tanto “mitra”, como “tricornio”, en la elaboración-formulación de su etimología, tuvieron mucho que ver con los “cuernos”. En las culturas- todas ellas “religiosizadas”-, los cuernos se encuentran presentes y activos con legitimidad y sin reparo humano o divino de ninguna condición o clase.

Vedas, budistas, sumerios, cananeos, etruscos, celtas, vikingos, cretenses y más, hicieron reverencialmente presentes los cuernos en la relación entre unos y otros, también y sobre todo con la divinidad que regía los comportamientos ético-sociales.

Los cuernos fueron y son signos -sacramentos, símbolos y representación de poder físico y de potencia reproductora de los animales. Por supuesto que, en tal contexto ocupa privilegiado lugar cuanto se relaciona con la actividad sexual -fálica- entre las personas, además del labrantío -arado- de las tierras que habrían de proporcionarle los alimentos para subsistir. Los cuernos, reducidos a polvo molido, llegaron a ser preciado componente del abono-estiércol que precisaban los campos para mejorar y multiplicar sus cosechas de flores y frutos.

Y todo este manual de signos y símbolos de la cornucopia religiosa y civil revistió de prendas y de galas que habrían de lucir, y lucen, las personas -siempre varones- , en su oficio-ministerio de representantes de la divinidad .

Las mitras -dos cuernos-, y los tricornios -tres cuernos- se incorporaron al diccionario, al académico y al popular, con todo prestigio, literatura, historia y misterio. La historia refiere que las mitras formaron parte importante del preciado e interesado regalo del emperador Constantino “El Grande” a los obispos, allá por el siglo IV.

Del tricornio refieren las crónicas que los miembros de “La Benemérita” formaron parte del desfile del día 1 de septiembre del año 1844 celebrado en Madrid, al haber sido fundada tal institución por el Teniente General don Pedro Girón y de las Casas, primer Duque de Ahumada (Lo de “El sombrero de Tres Picos ”lo dejamos para otra ocasión)

Con los símbolos hay que ser cuidadosamente respetuosos. El comportamiento y consideración para con ellos es incuestionable, aún en el caso en el que su renovación y reforma resulten imprescindibles. El mismo superartista Miguel Ángel no se olvidó de colocarle dos cuernos luminosos a la inmensa escultura su Moisés, después del descenso del Sinaí y de haber pactado con el mismísimo Dios en persona.

“Fragmenta Editorial” acaba de publicar un interesante y documentado libro con el título de “Diccionario de símbolos”, con sus 925 páginas, cuyos autores -Mircea Eliade, Ioan Petru Couliano, Jacques Vidal y Roser Homar- historiadores y expertos en simbología., de muy recomendable posesión y lectura.

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