El libro “Mujeres en sinodalidad” recoge memorias, dolores y esperanzas del camino continental de las mujeres
(ADN Celam).- El Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño realizó el lanzamiento del libro Mujeres en sinodalidad: memorias del proceso, eje mujeres en la Iglesia y la sociedad 2021–2023. El encuentro, transmitido en vivo a través de las redes del Celam, coincidió con la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, ofreciendo un espacio eclesial para reafirmar la dignidad y los derechos de todas las mujeres del continente.
Este encuentro, se dio también en el marco del Jubileo de la Esperanza y tuvo como fin el encuentro, la reflexión y la celebración comunitaria, para con alegría acompañar este lanzamiento organizado por la Comisión Animadora del Eje Mujeres en la Iglesia y en la Sociedad.
Esta instancia, integrada por la CLAR, el Celam y Cáritas América Latina y el Caribe, ha impulsado un camino de escucha, discernimiento y articulación que se celebra con gratitud y esperanza.
El foro contó con la participación de tres referentes que han acompañado de cerca el proceso sinodal con mirada de género y participación activa de las mujeres: Romina Gallegos (Ecuador), la hermana Luz Angélica Arenas Vargas (México) y el padre Pedro Brasesco (Argentina).
La reflexión de Romina Gallegos
Romina Gallegos, socióloga, amazónica y especialista en género y cultura, mujer al servicio del territorio y sus pueblos, con una trayectoria clave en procesos eclesiales como Repam, la Asamblea Eclesial de ALC, el Ceprap y actualmente el PUAM. Consultada sobre la relación entre sinodalidad, promoción de derechos y prevención de violencias contra las mujeres, señaló que estas dimensiones se complementan en la experiencia eclesial.
Explicó que la sinodalidad parte de la disposición de la Iglesia a “ escuchar a su mismo pueblo” y reconocer la diversidad de quienes la integran. Desde esta perspectiva, “no debería haber tratos diferenciados para hombres y mujeres”, porque ambos comparten la misma dignidad bautismal. En relación con los derechos, resaltó que el principio de igualdad y no discriminación implica que “la variable de hombre, mujer, sexo, cultura o creencia no debe influenciar si una persona puede o no tener derechos”. Por ello, remarcó que se trata de “un principio de dignidad humana”.
Gallegos sostuvo que al integrar sinodalidad y derechos humanos es posible identificar acciones concretas frente a las violencias: “Reconocemos las violencias que están dentro de nuestra misma Iglesia: violencias espirituales, simbólicas, sexuales, físicas y psicológicas”. Por eso, afirmó que la prevención surge “como una acción concreta ante una realidad que nos lastima profundamente a las mujeres todos los días en América Latina”. Señaló la importancia del capítulo dedicado al enfoque de género en el libro, insistiendo en que “ el enfoque de género no es contrario a nuestras creencias”. Y “nos permite entrar en diálogo” con la sinodalidad, los derechos y los desafíos actuales de la Iglesia.
Padre Pedro Brassesco
Por su parte, el padre Pedro Brassesco, referente en la articulación del camino sinodal continental, impulsando espacios de escucha y participación, habló sobre los aportes de la perspectiva de género para superar el clericalismo y potenciar el liderazgo de las mujeres. Recordó que este tema “apareció de manera específica y notoria” tanto en la Asamblea Eclesial como en el proceso del Sínodo de la Sinodalidad, expresión del sentir del Pueblo de Dios escuchado en los últimos años. Por ello, valoró la creación de la Comisión Animadora del Eje como respuesta concreta a ese clamor.
Para superar el clericalismo, dijo, se requiere “un proceso de conversión”, entendido como un cambio de mentalidad y de criterios para decidir en la vida eclesial. Esta conversión se nutre de la Palabra de Dios, de la reflexión intelectual y “de la experiencia en el territorio, en la vida concreta de los pueblos”. Sobre la perspectiva de género, aclaró que no parte de “un constructo intelectual ideológico”, sino de una lectura seria de la Escritura, las mediaciones teológicas y los signos de los tiempos. Por eso, insistió en que la Iglesia debe “seguir hablando, explicando y enseñando” qué significa realmente este concepto, para evitar confusiones y temores.
El padre Brassesco comentó que “ la mayoría todavía desconoce este tema”, lo que genera rechazos asociados a la ideología de género. Por eso, animó a “seguir abriendo y ocupando espacios”, de modo que la participación equitativa de mujeres y hombres se vuelva “con natural” en el estilo eclesial. Al referirse a los compromisos de la Iglesia, recordó palabras del Papa Francisco: “Les voy a pedir que den mucho espacio a las mujeres, mucho espacio en los lugares de decisión”. El sacerdote dijo que el Papa abrió caminos con pasos “muy audaces” y que este proceso debe continuar con decisión en las iglesias locales.
Hermana Luz Angélica Arenas
La hermana Luz Angélica Arenas, Carmelita del Sagrado Corazón, reconocida por su servicio a los pueblos originarios y su caminar con quienes sostienen la vida desde la memoria y la resistencia comunitaria, compartió la experiencia del Primer Encuentro Latinoamericano Mujeres en Sinodalidad, presentado como un verdadero “kairós” y “un hito” para la Iglesia del continente.
Compartió que el encuentro respondió a “ una deuda histórica” de la jerarquía con las mujeres, al crear un espacio de escucha, diálogo y discernimiento que reflejó una Iglesia “inclusiva y participativa”. Señaló que allí se reunieron mujeres diversas, con historias, identidades y culturas distintas, todas vinculadas a procesos eclesiales en sus territorios.
Relató que las participantes llevaron consigo “las espinas del dolor” por las violencias vividas en ámbitos familiares, sociales y eclesiales, pero también “las flores del trabajo conjunto para que nuestra Iglesia tenga un rostro más femenino”. Todo ello fue colocado en un altar común, símbolo del deseo de escuchar a “un Dios que también es madre” y que invita a “no callar”.
La religiosa resaltó que el encuentro permitió reconocer el histórico protagonismo femenino en la evangelización, aunque no siempre haya sido visibilizado. Dijo que, pese a la falta de reconocimiento, las mujeres han sostenido procesos, liderazgos y discernimientos esenciales en la vida de la Iglesia. Su intervención ahondó en los compromisos asumidos por el eje y el impacto de este encuentro en el camino sinodal, subrayando que la experiencia marcó un antes y un después en la articulación continental de las mujeres de Iglesia.
Seguir caminando juntas y juntos
El espacio concluyó alentando a mantener la conversación viva y a consolidar una Iglesia que respete, escuche y potencie la voz y los liderazgos de las mujeres. El lanzamiento de Mujeres en sinodalidad recuerda que la transformación eclesial pasa necesariamente por reconocer la dignidad de las mujeres, erradicar violencias y construir relaciones fraternas en la diversidad.
El lanzamiento concluyó con una invitación especial para el próximo 10 de diciembre, cuando se dará a conocer el resultado del mapeo continental, que contiene entrevistas con lideresas de comunidades de América Latina. Se espera contar con la presencia de toda la Iglesia para seguir tejiendo, desde las distintas realidades y miradas, una Iglesia que camina unida y en sinodalidad.