La Esfera de los Libros publica "Toledo. Biografía de la ciudad sagrada", de Daniel Gómez Aragonés Toledo es : "T O D O" (¿También la Iglesia?)

Daniel Gómez Aragonés
Daniel Gómez Aragonés

"La Esfera de los libros acaba de poner en las manos diligentes de sus muchos lectores el libro titulado 'Toledo'. El autor, Daniel Gómez Aragonés, narra y describe un ramillete de leyendas populares avecindadas en Toledo y sus alrededores, que les facilitan a sus lectores el interés en sus visitas turístico- culturales"

"Lo 'religioso' campea en la mayoría de sus páginas. Y es que 'religión' y 'Toledo' es la referencia de mayor relieve que es posible otear en el ancho horizonte de la historia hispana"

"Huelga aseverar que, como no siempre la santidad fue y ejerció como santa de verdad en toda la institución y en sus representantes, en el libro tengamos que encontrarnos frecuente y escandalosamente con párrafos históricos"

"Toledo es TODO, pero su Iglesia apenas si lo es todavía. Las riquezas y la rentabilidad turística, no hacen Iglesia a la Iglesia. En el historial de sus arzobispos faltan santos, y sobran señores feudales"

La tan acreditada editorial “La esfera de los libros” acaba de poner en las manos diligentes de sus muchos lectores el libro titulado “Toledo”, con su escueta explicación bibliográfica de “Biografía de la ciudad sagrada”.

El autor del libro, excelentemente programado y con sus 710 páginas de texto, es Daniel Gómez Aragonés, “quien desde hace más de treinta años reside en Toledo”, investigador y diplomado en las áreas de la historia, con plenitud de merecimientos y títulos en estas lides , además de “Académico Correspondiente en la Real de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo”. Su voz es reconocida también, y sobre todo, en la Cadena SER y en la de RNE.

En relación con el libro es obligado reseñar que “se trata de una biografía reveladora y brillante de la ciudad sagrada de Toledo –“Nuestra Jerusalén y Nuestra Roma”- ,“urbs” regia del reino visigodo, corazón de un reino taifa, representante de la Reconquista, ciudad de muchas culturas, rebelde e imperial en el mismo siglo, baluarte de las artes y letras, y cabeza religiosa del Reino”.

Fielmente documentada la obra con las debidas referencias bibliográficas de su autor, este refleja, narra y describe con prodigalidad y oportunidad un ramillete de leyendas populares avecindadas en Toledo y sus alrededores, que les facilitan a sus lectores el interés en sus visitas turístico- culturales, hasta hacer de la ciudad del Tajo una de las referencias con capacidad mayor de atracción en España, es decir, en toda Europa.

Es de notar y destacar que, ya desde el mismo subtítulo de la obra -“Biografía de la ciudad sagrada”- , lo “religioso” campea en la mayoría de sus páginas correspondientes a los bien pertrechados once capítulos, con su epílogo previamente encabezado con el sobrenombre ostentoso de “Toledo, capital espiritual de España“.

Y es que “religión” y “Toledo” es la referencia de mayor relieve que es posible otear en el ancho horizonte de la historia hispana, de modo especial en los tiempos claramente “eclesiásticos”, siendo por tanto explicable el ineludible interés del autor de “Toledo”, no escatimando en su tarea datos y detalles históricos que la encuadren a la perfección

Huelga aseverar que, como no siempre la santidad fue y ejerció como santa de verdad en toda la institución y en sus representantes, en el libro de la ”autografía sagrada”, tengamos que encontrarnos frecuente y escandalosamente con párrafos históricos como el relatado en las páginas 495 y ss.:

Don Luis Antonio de Borbón y Farnesio, uno de los hijos del rey Felipe V, y de la reina María Luisa Gabriela de Saboya, ocupó la silla catedralicia de la Iglesia Primada entre los años 1735 y 1754., siendo todavía niño. En verdad y desde el principio fue una jugada política de la Corona, para entre otros asuntos políticos, tener control sobre la archidiócesis más importante del reino. La toma de posesión del infante, pero también Cardenal, Luis Antonio de Borbón y Farnesio, fue celebrada y festejada en Toledo. Sin embargo, en el proyecto vital del hijo de Felipe V no estaba ocupar hasta el final de sus días la sede primada de España. Por esta razón, en el año 1754, y con permiso de la Corona, dejó de lado su vida religiosa con el consecuente abandono de su condición de arzobispo de Toledo y obtuvo el condado de Chinchón y se dedicó a llevar una vida más distendida, rodeado de grandes personajes de la cultura de la época…

La archidiócesis de Toledofue una de las más ricas y con mayores recursos de toda la cristiandad y causaba envidia y admiración tanto dentro como fuera de las fronteras españolas… Resultaba difícil alquilar una casa en Toledo, sin que la catedral, el Cabildo o alguna institución religiosa no fuse la propietaria . Y las propiedades de la Iglesia no se limitaban al espacio que había detrás de la muralla. Las posesiones de tierras eran muy amplias. Otro de los grandes y clásicos recursos económicos de la Iglesia toledana era el diezmo, que permitía aportar una elevada cantidad de reales a distintas partes del estamento religioso, sobre todo al Cabildo y al Alto Clero, que nada tenía que envidiar a la nobleza”

Y es que esta era, y en gran parte, sigue siendo, la Iglesia y más la de Toledo, “Primada de las Españas” , cuyos arzobispos fueron tanta veces nada menos que “Presidentes del Santo Tribunal de la Inquisición Española “, teniendo a sus órdenes al “brazo secular” que ignominiosamente se encargaría del encendido de las hogueras, previos los correspondientes procesos o simulacros, todos ellos “en el nombre de Dios”.

Ante tal panorama “eclesiástico” y con vigentes disputas entre las diócesis -Tarragona, Cartagena, Sevilla y Guadix…- ¿resultará explicable y decente que todavía se sobreestimen las aspiraciones a “Primados”, y este título, hoy ex cardenalicio se constituya en meta y aspiración del carrerismo eclesiástico, tan denostado por el papa Francisco y cuyo destierro purpúreo parece previsto ya en la mayoría de las esferas renovadoras del Sínodo y sus penitenciales propuestas?

Toledo es TODO, pero su Iglesia apenas si lo es todavía. Las riquezas y la rentabilidad turística, no hacen Iglesia a la Iglesia. En el historial de sus arzobispos faltan santos, y sobran señores feudales. De todas maneras, al reformador humanista Francisco Jiménez de Cisneros y al místico pintor “El Greco,” habría que abrirles algún camino oficial de veneración y de culto.

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