'La eternidad en lo efímero' de Jesús Espeja en Edibesa

Como antesala de la reseña de este libro, no estará de más recordar que “eterno” es y significa” lo que no puede ser medido por el tiempo, por no tener principio ni fin”; a la vez que “efímero” ha de aplicarse a “lo temporal, transitorio y fugaz, de corta duración, o que está o es de un solo día”..

Y “La eternidad en lo efímero”, es el título certero del nuevo libro, que con sus 166 páginas, publica “Edibesa”, en la Plaza del Concilio de Trento de Salamanca, con toda la ciencia y sabiduría de la Orden de Predicadores, o “Dominicos”.

Del autor -Jesús Espeja Pardo- conocido felizmente también como asiduo colaborador de RD., basta recordar que “es un fraile predicador, catedrático emérito de la Pontificia Facultad Teológica de San Esteban de la ciudad salmantina, y que en su obra van inseparablemente unidos el apasionamiento por una humanidad fraterna y la experiencia de Dios, revelado en Jesucristo”.

Del contenido de este último libro de su docta y larga obra teológica, ilustra literalmente su autor:

“sin duda es importante hacer memoria de la propia vida; pero la vida no se define, sino que se vive como experiencia de un recorrido. Se pueden contar cosas, trances, episodios , éxitos y fracasos, pero todo eso no agota la evolución que ni siquiera puede precisar el sujeto de la misma. Por eso he optado por presentar de modo sencillo mi comprensión actual sobre algunos artículos centrales de la fe cristiana que, al final de la andadura, dan sentido a mi existencia. Esta comprensión es fruto y síntesis de distintas búsquedas y visiones, motivadas en buena parte por los cambios alborotados en la sociedad en la misma Iglesia durante los últimos sesenta años”.

El índice de los temas vividos y descritos por el autor, es así de rico y orientador: “ En la novedad del Vaticano II; Jesucristo como referencia ; Dios con nosotros; Hechos desde el amor y para amar; Unión entre lo humano y lo divino; La Iglesia que amo; “Haced esto en memoria mía; La figura de la Virgen María; Una moral cristiana fundamental; Fraile predicador y Mirando confiadamente el porvenir”.

Por su relevancia especial coloco multitud de acentos e interjecciones de actualidad en el capítulo titulado “Fuera del mundo no hay salvación”, con esta relación literal:

“Al menos en la historia de España hubo un tiempo en el que todo el mundo se consideraba cristiano: establa claro que fuera de la Iglesia no hay salvación. El tiempo ya pasó. El mundo moderno se ha separado cada vez más de la Iglesia. Las instituciones seculares han recuperado su legítima autonomía y una religión que pretenda imponerse por autoridad queda fuera de juego. La Iglesia es parte del mundo, participa sus éxitos y fracasos, sus gozos y tristezas, sus esperanzas y sus desánimos. Y el mundo pertenece a la constitución de la Iglesia que solo tiene sentido para proclamar el Evangelio dentro del mundo. En el diálogo con un mundo cambiante se juega la identidad evangélica de la Iglesia”.

Y, por eso, para no estar y vivir fuera de juego, pensando hacerlo en la Iglesia, la lectura del libro de Jesús Espeja es de cumplimiento obligado. El subtítulo de “Evolución y esperanza”, así como su ubicación en la colección “Id y Proclamad” de editorial tan docta y “predicadora”, ayudarán al lector a estar, vivir y con-vivir en la Iglesia y el mundo, con estilo y criterios propios del Vaticano II, sinodal por más señas y apellidado con el sobrenombre del papa Francisco.

Y después de la muerte ¿qué?