Liturgia del 3º DOMINGO ADVIENTO 2025 (A)

Juan Bautista
Juan Bautista

3º DOMINGO ADVIENTO 2025 (A)

El amor permanente y entrañable de Dios Padre, que nos habita y sostiene, la presencia luminosa de Jesús Resucitado, su Luz y el impulso de su Espíritu ESTÁN con todos vosotros.

Y con tu Espíritu

MONICIÓN DE ENTRADA


El evangelio del tercer domingo de adviento lanza una pregunta muy interesante: ¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro? Nos invita a pensar si Jesús y su mensaje son lo que necesita el mundo, lo que necesita mi vida. Es el tema del adviento y la Navidad. Jesús es esa luz tan deseada cuando nos rodea la oscuridad de la injusticia, la desigualdad y el deterioro del planeta.


Oración encendido corona de Adviento


En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una voz. ¡Preparen sus caminos, porque ya se acerca! ¡El Señor llega! Adornad vuestro corazón como una novia se engalana el día de su boda.


Cuando encendemos estas tres velas, cada uno de nosotros quiere ser antorcha tuya para que brilles, llama para que calientes.  Señor envuélvenos en tu luz, caliéntanos en tu amor

ORACIÓN COLECTA


«Id y le contáis a Juan

lo que estáis viendo y oyendo»,

respondió con claridad,

Jesús a sus mensajeros.

Yo voy sembrando alegría:

regalo luz a los ciegos,

afirmo los pies del cojo

y resucito a los muertos.


Abro el oído del sordo,

del leproso curo el cuerpo.

A los pobres les anuncio

el gozo de mi Evangelio.


Así es Jesús Salvador,

el Señor, nuestro Maestro.

Dichosos todos nosotros,

si seguimos sus ejemplos…


Siempre estarán con nosotros

los descartado, hermanos nuestros:

sin trabajo, sin vestido,

sin salud, sin pan, sin techo.


Señor, que les ofrezcamos

las «señales de tu Reino».

Que nosotros convirtamos

«en jardines su desierto».


Que celebremos con gozo

y con fe tu Nacimiento

siendo «CASA DE ACOGIDA»

de los humildes de tu Pueblo.

Lectura del libro de Isaías (35,1-6a.10):


El desierto y el yermo se regocijarán, se alegrarán el páramo y la estepa, florecerá como flor de narciso, se alegrará con gozo y alegría. Tiene la gloria del Líbano, la belleza del Carmelo y del Sarión. Ellos verán la gloria del Señor, la belleza de nuestro Dios. 


Fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes; decid a los cobardes de corazón: «Sed fuertes, no temáis. Mirad a vuestro Dios, que trae el desquite; viene en persona, resarcirá y os salvará.» 


Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará. Volverán los rescatados del Señor, vendrán a Sión con cánticos: en cabeza, alegría perpetua; siguiéndolos, gozo y alegría. Pena y aflicción se alejarán.

Palabra de Dios

Salmo 147


R/. Vienes, Señor, a salvarnos


El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente,

hace justicia a los oprimidos,

da pan a los hambrientos.

El Señor liberta a los cautivos. R/.


El Señor abre los ojos al ciego,

el Señor endereza a los que ya se doblan,

el Señor ama a los justos,

el Señor guarda a los peregrinos. R/.


Sustenta al huérfano y a la viuda

y trastorna el camino de los malvados.

El Señor reina eternamente,

tu Dios, Sión, de edad en edad. R/.

Lectura de la carta del apóstol Santiago (5,7-10):


Tened paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. El labrador aguarda paciente el fruto valioso de la tierra, mientras recibe la lluvia temprana y tardía. Tened paciencia también vosotros, manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca. No os quejéis, hermanos, unos de otros, para no ser condenados. Mirad que el juez está ya a la puerta. Tomad, hermanos, como ejemplo de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor.

Palabra de Dios

Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,2-11):

R/Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, le mandó a preguntar por medio de sus discípulos: «¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?»


Jesús les respondió: «Id a anunciad a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen; los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio. ¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!»

Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan: «¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué fuisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta? Sí, os digo, y más que profeta; él es de quien está escrito: "Yo envío mi mensajero delante de ti, para que prepare el camino ante ti." Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él.»

Palabra del Señor

R/Gloria a tí Señor Jesús

HOMILÍA

Sería monstruoso pensar en un Dios que se acerca a los hombres para agravar nuestra situación e impedir nuestra felicidad. Cuando Jesús le responde al Bautista lo hace como alguien que ayuda a ver, que ofrece apoyo para caminar, que limpia nuestra existencia, que pone vida y Buena Noticia en nuestras vidas.

Pero el Dios de la ternura y de la vida también puede defraudar: Porque hay personas como Juan que esperaban un Mesías diferente, un Dios “que castiga a los malos y premia a los buenos”.

Muchas personas se han hecho un Dios a su imagen y semejanza, y por nada del mundo quieren desprenderse de esa imagen falsa. O han aceptado “un dios” que los guías religiosos les han impuesto y no quieren o no se atreven a cuestionarlo.

El Dios encarnado rompe sus parámetros. De ahí que el mismo Jesús dijera: ¡Dichoso el que no se escandalice de mí! Dios siempre es el mismo: Perdón sin límite, comprensión en la debilidad, consuelo en la mediocridad, esperanza en la oscuridad, amistad en la soledad, ternura en la lucha, vida siempre. 

Dichosos los que descubren que ser creyente no es odiar la vida sino amarla; no es bloquear o mutilar nuestro ser, sino abrirlo a sus mejores posibilidades.

Es curioso que Jesús, a la pregunta de Juan, no contesta con palabras, sino que apela a los hechos concretos: Decidle lo que estáis viendo: “Los ciegos ven, los sordos oyen, los inválidos andan, los leprosos quedan limpios, los muertos resucitan y los pobres reciben buenas noticias”. 

Jesús viene a desplegar en nosotros todas nuestras capacidades:

– De ver más allá de lo que ven los ojos materiales…

– De oír los lamentos de la gente que sufre…

– De sanar a los infectados de la tierra…

– De hacer caminar a pie a los que necesitan muletas.

– De resucitar lo que está muerto o a punto de morir… Todas nuestras capacidades de hacer el bien como él.

Jesús con sus gestos y palabras era  un provocador. La gente religiosa de entonces, sobre todo los líderes religiosos, no estaba acostumbrada a ese lenguaje ni a ese modo de comportarse. Jesús es un escándalo. Pero “un bonito escándalo de amor”. 

Él ha sido enviado para hacer la vida más digna y dichosa para todos hasta alcanzar su plenitud en la gran fiesta final del Padre. Que nadie espere otro Mesías.

¿A qué Mesías seguimos hoy los cristianos?  ¿Qué ve la gente en nuestras vidas? ¿Les convence lo que estamos haciendo?


CREDO


Sacerdote.- ¿Creéis en Dios, que es nuestro Padre, que ha hecho todas las cosas y nos cuida con amor?

Todos.- Sí, Creemos.


Sacerdote.- ¿Creéis en Jesucristo, que ha puesto su Morada entre nosotros, para hacernos conocer a Dios?

Todos.- Sí, Creemos.


Sacerdote.- ¿Creéis en el Espíritu Santo que vive entre nosotros, y anima a la Iglesia para hacer un mundo mejor?

Todos. Sí, Creemos.


Sacerdote.- ¿Creéis en la resurrección y la vida eterna, que ya comenzamos a disfrutar aquí, y que disfrutaremos plenamente al final de nuestro camino por la vida?

Todos. Sí, Creemos.

ORACIÓN UNIVERSAL


Hermanos, si algo caracteriza a Jesús es su amor apasionado por la vida y su empeño en curar, sanar y liberar a todas las personas que se encuentra en el camino. Oremos.


Queremos ser huella de Jesús de Nazaret


• Anhelamos una Iglesia que sea la comunidad de los seguidores de Jesús, empeñados, siempre y en todo lugar, en acoger, liberar, curar, restaurar, perdonar.


Queremos ser huella de Jesús de Nazaret


• Anhelamos hombres y mujeres que sean Buena Noticia con sus gestos y palabras, que luchen contra todo lo que bloquea la vida, la mutila o empequeñece.


Queremos ser huella de Jesús de Nazaret


• Anhelamos comunidades de fe, de puertas abiertas, que vivan atentas a aquello que puede hacer crecer a las personas, que siembren vida, salud, sentido y horizonte esperanzado.


Queremos ser huella de Jesús de Nazaret


• Anhelamos celebraciones eucarísticas que sean expresión y agradecimiento por la vida recibida y ofrecida, que alimenten y alienten nuestro compromiso vital y real con toda la humanidad.


Queremos ser huella de Jesús de Nazaret


Padre bueno, deseamos ser Buena Noticia, queremos ver, acoger, oír, los gestos liberadores y de compromiso firme con el Reino.

Gracias por tu Hijo Jesús que vive por los siglos de los siglos. Amén


En el momento de presentar la OFRENDA de toda la Iglesia oremos a Dios Padre Misericordioso


El Señor reciba de tus manos esta OFRENDA…

ORACIÓN OFRENDAS


Te presentamos el pan y el vino. Son el pan de nuestras comidas y el vino de las fiestas y de la alegría. Pero es más lo que simbolizan: Son la entrega de nuestras vidas, de nuestros trabajos y sudores, de nuestras alegrías y fiestas, todo unido. Te lo ofrecemos, con Jesucristo Nuestro Señor.

PREFACIO


El Señor está con vosotros  

Y con tu Espíritu

Levantemos el corazón

Lo tenemos levantado hacia el Señor

Damos gracias al Señor nuestro Dios

Es justo y necesario


Te damos gracias, Padre santo,

porque cada día te conocemos un poco más

y empezamos a descubrirte 

presente entre nosotros.


Juan Bautista, el profeta del desierto, 

nos pidió conversión,

y nos exigió que asumiéramos 

nuestras responsabilidades.

Todos los buenos profetas nos muestran 

tus caminos,

los que hemos de recorrer para salir 

a tu encuentro.


Gracias por tantos testigos tuyos, 

de ayer y de hoy,

en especial por los que viven cerca de nosotros

y han iluminado desinteresadamente 

nuestra búsqueda.


Estamos contentos, tenemos motivo,

nos creíamos perdidos y hemos encontrado 

el camino.

Agradecidos, te dirigimos este himno 

a tu mayor gloria.

SANTO, SANTO, SANTO…


CONSAGRACIÓN Y PLEGARIA

Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda santidad;

Recibimos tu Espíritu con alegría

para que santifique este pan y este vino y

se conviertan para nosotros 

en el sacramento del  Cuerpo y + la Sangre de Jesús, en la Persona y la Vida de Jesús aquí significadas.


El mismo Jesús, la  víspera de su Pasión y Muerte,

cuando estaba reunido  a la Mesa con sus amigos, tomó un pan, lo  bendijo, y se lo repartió,  diciendo...


Tomad y comed todos de él,

porque esto es mi Cuerpo,

que será entregado por vosotros


Y lo mismo hizo con  una Copa de vino: al terminar de cenar,  alzó una copa, brindó por el triunfo  a su Padre del cielo, y se la pasó a sus  amigos, diciendo...


Tomad y bebed todos de él,

porque éste es el cáliz de mi Sangre,

Sangre de la alianza nueva y eterna,

que será derramada por vosotros

y por todos los hombres

para iluminar vuestras vidas.

Haced esto en conmemoración mía.


Éste es el Sacramento de nuestra fe.


Anunciamos y proclamamos tu resurrección ven Señor Jesús


Así pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la entrega y resurrección de tu Hijo, te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación, que son símbolo de su entrega y fidelidad hasta el final, y te damos gracias porque nos haces sentir  tu presencia. 


Deseamos, movidos por el Espíritu Santo, vivir en la unidad cuantos participamos del sacramento del Cuerpo y Sangre de Cristo. Y ser signo de unidad para todos los seres humanos.


Tú acompañas y alientas Señor, a tu Iglesia extendida por toda la tierra; y con el Papa León, con nuestro Obispo N..., y todos los pastores que cuidan de tu pueblo, la llevas  a su perfección por el amor y la caridad. 

Te damos gracias por nuestros hermanos que durmieron en la esperanza de la resurrección, y en tu misericordia; Tú los has acogido en tu casa para siempre. 


Tienes  misericordia de todos nosotros, y así, con María, la Virgen Madre de Dios, su esposo san José, los apóstoles y todas las personas sencillas y de buena voluntad confiamos, por tu Hijo Jesucristo, compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas.

Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén

PADRENUESTRO


PADRE Y MADRE NUESTRA

EN QUIEN SOMOS Y VIVIMOS.

Santificado sea tu nombre.

Venga a nosotros tu reino.

Hágase tu voluntad

en la tierra como en el cielo.


TÚ NOS DAS HOY 

NUESTRO PAN DE CADA DÍA.

TÚ PERDONAS NUESTROS PECADOS

Y NOSOTROS QUEREMOS PERDONAR

A LOS QUE NOS OFENDEN.

No nos dejes caer en la tentación.

Y líbranos del mal. Amen


Señor nos ayudas a librarnos de nuestros males

tú que dijiste a tus apóstoles: “la paz os dejo, la paz

os doy”, no tienes en cuenta nuestros pecados sino

la fe de tu Iglesia y conforme a tu palabra nos concedes la paz y la unidad. Tú que vives por los siglos de los siglos. Amén.

CORDERO DE DIOS


Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ TIENES piedad de nosotros

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ TIENES piedad de nosotros

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, TÚ NOS DAS la paz


Jesús nos invita a ser pan partido y repartido para los demás.

ORACIÓN FINAL


Brisa que mueve y mece,

que acaricia y besa,

que refresca y da vida;

brisa gratuita que nos alcanza,

que nos despierta y empuja,

que nos abre el horizonte

y nos invita a ir más aprisa…

Así eres Tú

desde que entraste

en nuestra historia y vida.


Rocío mañanero que se hace presente

en el amplio campo del mundo

y en nuestras huertas y rincones

más queridos y secretos;

rocío que nos empapa suavemente,

acariciando y besando

nuestro cuerpo, entrañas y espíritu…

Así eres Tú

desde que entraste

en nuestra historia y vida.


Brisa y rocío, rocío y brisa

que fecundan nuestras zonas yermas

y miman nuestros oasis y huertas predilectas

cada día a cualquier hora;

brisa y rocío, rocío y brisa

que nos trae tu Navidad

con paz, gozo y alegría…

Así eres Tú

desde que entraste

en nuestra historia y vida.


Brisa y rocío, rocío y brisa

en las calles y plazas,

en las casas y en las entrañas

de los que buscan y preguntan,

de los que salen y miran,

de los que andan por los márgenes

buscando la fraternidad perdida.

Así eres Tú

desde que entraste

en nuestra historia y vida.

BENDICIÓN


El Señor os bendice, os guarda

y en sus palmas os lleva tatuados.

Os acompaña en todos los caminos.

Y hace prósperas las obras de vuestras manos.

Sentíos siempre abrazados y bendecidos por este Dios enamorado,

Padre, Hijo y Espíritu Santo. AMÉN.

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