Liturgia del 25º DOMINGO ORDINARIO 2024 (B)
El amor permanente y entrañable de Dios Padre, que nos habita y sostiene, la presencia luminosa de Jesús Resucitado, su Luz y el impulso de su Espíritu ESTÁN con todos nosotros.
MONICIÓN DE ENTRADA
Los discípulos discutían sobre quién era el más importante y Jesús les invita a descubrir que los últimos serán los primeros. Por ello debemos dejar atrás ese afán competitivo que nos lleva a comparaciones absurdas. No somos “ni más ni menos, somos únicos e interconectados a un origen común que nos iguala”.
En esta línea cabe destacar también la constante amonestación profética del Papa Francisco a los Obispos: “Por favor, sean sirvientes. Siervos, no príncipes”.
ACTO DE RECONOCIMIENTO
Para seguir el ejemplo de Jesús debemos sintonizar cada día con Dios Padre que nos habita y nos impulsa para poner a producir las cualidades que nos ha dado. Por eso le damos gracias comprometiéndonos a vivirlas cada día en el servicio al bien común.
Queremos vivir el don de la PAZ cultivando cada día nuestra paz interior y construyendo con los hermanos la paz en nuestros ambientes y en el mundo. Por eso decimos: NOS COMPROMETEMOS SEÑOR
Queremos vivir el don de la ALEGRÍA, la alegría interior de sentirnos amados y acompañados por Ti nuestro Padre, y la alegría de compartir la vida con los hermanos. Por eso decimos: NOS COMPROMETEMOS SEÑOR
Queremos comprometernos a vivir los dones de la BONDAD y la AYUDA preocupándonos de nuestro desarrollo personal y ayudando a los demás en todo lo que podamos. Por eso decimos: NOS COMPROMETEMOS SEÑOR.
Dios Padre amoroso TIENE siempre misericordia de nosotros, conoce nuestras limitaciones y nos guía de su mano a la vida eterna.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo…
Tú que quitas el pecado del mundo, TÚ TIENES PIEDAD DE NOSOTROS...
Tú que quitas el pecado del mundo, TÚ ATIENDES NUESTRAS SÚPLICAS…
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, TÚ TIENES PIEDAD DE NOSOTROS…
ORACIÓN COLECTA
POR TI, SEÑOR
Defenderé la justicia, frente aquella otra que con muchos intereses se pone de parte del poderoso y olvida al pobre.
POR TI, SEÑOR
Seré incomprendido pero sin echarme atrás, sabiendo que, Tú, Señor, me acompañas y me guías con la fuerza de tu Espíritu por los caminos en los que yo avanzo y me desgasto.
POR TI, SEÑOR
Huiré de la palabrería, huérfana y sin obras, para dejar –en tu nombre y por tu nombre- semillas de tu verdad y de tu presencia.
POR TI, SEÑOR
Llenaré de misericordia el cántaro del mundo como la fuente lo hace con una vasija Inundaré de paz y de concordia cada rincón como lo hace la brisa del mar en su orilla. Miraré hacia arriba, como el girasol lo hace buscando su fuerza en el sol que nace.
POR TI, SEÑOR
Seré el último ante el mundo. Sabiendo que, ante Ti, puede que sea el primero. Seré el primero sirviendo aún a riesgo de no ser recompensado humanamente. Seré niño en tus brazos para sentirme siempre protegido por tu mano. Tú que vives por los siglos de los siglos. Amén.
Lectura del libro de la Sabiduría (2,12.17-20):
Se dijeron los impíos: «Acechemos al justo, que nos resulta incómodo: se opone a nuestras acciones, nos echa en cara nuestros pecados, nos reprende nuestra educación errada; veamos si sus palabras son verdaderas, comprobando el desenlace de su vida. Si es el justo hijo de Dios, lo auxiliará y lo librará del poder de sus enemigos; lo someteremos a la prueba de la afrenta y la tortura, para comprobar su moderación y apreciar su paciencia; lo condenaremos a muerte ignominiosa, pues dice que hay quien se ocupa de él.»
Salmo 53
R/. El Señor sostiene mi vida
Oh Dios, sálvame por tu nombre,
sal por mí con tu poder.
Oh Dios, escucha mi súplica,
atiende mis palabras. R/.
Porque unos insolentes se alzan contra mí,
y hombres violentos me persiguen a muerte,
sin tener presente a Dios. R/.
Pero Dios es mi auxilio,
el Señor sostiene mi vida.
Te ofreceré un sacrificio voluntario,
dando gracias a tu nombre, que es bueno. R/.
Lectura de la carta del apóstol Santiago (3,16–4,3):
Donde hay envidias y rivalidades, hay desorden y toda clase de males. La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera. Los que procuran la paz están sembrando la paz, y su fruto es la justicia. ¿De dónde proceden las guerras y las contiendas entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, que luchan en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis; matáis, ardéis en envidia y no alcanzáis nada; os combatís y os hacéis la guerra. No tenéis, porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, para dar satisfacción a vuestras pasiones.
Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,30-37):
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.
Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará.»
Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaúm, y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?»
Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.
Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.»
Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.»
HOMILÍA
Después de la reprimenda que Jesús le dio a Pedro en el pasaje del domingo pasado, los discípulos no se atreven a preguntarle. Porque aún están pensando en un Mesías político, por eso hablan de primeros puestos y de quien era el más importante.
La situación retrata a las comunidades cristianas que ya empezaban a preocuparse, peligrosamente, por el rango de sus miembros, el prestigio, la posesión de la verdad, el poder. Preocupaciones que siguen siendo actuales y que suponen una profunda perversión del mensaje de Jesús.
Jesús los va instruyendo y los invita a sentarse con él. Y les enseña dos actitudes fundamentales para seguirlo.
La primera actitud: “quien quiera ser el primero que sea el último de todos y el servidor de todos”.
Esta es una enseñanza difícil de entender. Hoy en día, casi todos quieren ser los primeros. ¿Cómo se puede aceptar que hay que ser el último?
Jesús no repudia exactamente la prominencia y la grandeza, sino que las vuelve a definir. La persona verdaderamente grande es el sirviente –una persona que pasa su día cuidando gente, uno cuyo puesto es proveer por las necesidades de los demás-.
Gente servidora, como la Madre Teresa en la India, el Padre Patera, o el Padre Ángel, estos inspiran gran afecto y tienen gran influencia.
La segunda actitud Jesús la explica con un gesto simbólico entrañable. Pone a un niño en medio de los Doce, lo abraza y les dice: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí».
Jesús pone como ejemplo a un niño. El niño representaba el nivel más bajo en la escala social.
Una Iglesia que acoge a los pequeños e indefensos está enseñando a acoger a Dios. A la Iglesia le hacen mucho mal los hombres ambiciosos, que buscan rangos, cargos, honores y grandezas.
Jesús reconoció en los niños la confianza total e incondicional que él tenía en Abbá.
Pero además reconoció en los niños las siguientes cualidades:
-Son alegres, movidos y juguetones.
-No se las dan de nada y aman mucho, porque dependen de todos y saben maravillarse. Un niño no tiene prejuicios, ni ambiciones, ni estatus social, ni puede pagar el bien que le hacen. Depende totalmente de los demás y ama sin condiciones. Y así es Dios, amor sin condiciones para todos.
- Es el servidor de todos. Muchas veces es el criadito de todos. Se le dice: “Tráeme esto, lleva esto a tal persona…” Siempre está disponible.
Además de lo pequeño, indefenso y socialmente irrelevante, el niño también representa lo entrañable, puro y abierto a la esperanza de un futuro nuevo y mejor. Es el símbolo de quienes forman la nueva comunidad.
Igual que a los discípulos de Jesús, a nosotros nos gusta demasiado el éxito, y lo medimos comparándonos con los otros. Nos gusta comprar el último modelo de lo que sea: Vehículos, tecnología, joyas, para figurar y dar envidia a los demás. El mundo de los adultos es el mundo de la ambición, del dinero, de quién es el mejor, de quién manda más, de quién triunfa en los negocios, en el deporte, en la música, en el cine, en la política.
El mensaje de Jesús es que debemos actuar como el niño, que todos llevamos dentro.
CREDO
Sacerdote.- ¿Creéis en Dios, que es nuestro Padre, que ha hecho todas las cosas y nos cuida con amor?
Todos.- Sí, Creemos.
Sacerdote.- ¿Creéis en Jesucristo, que ha puesto su Morada entre nosotros, para hacernos conocer a Dios Padre?
Todos.- Sí, Creemos.
Sacerdote.- ¿Creéis en el Espíritu Santo que vive entre nosotros, y anima a la Iglesia y a todos para hacer un mundo mejor?
Todos. Sí, Creemos.
Sacerdote: ¿Creéis en la resurrección y en la Vida eterna, que ya comenzamos a disfrutar aquí y disfrutaremos plenamente al final de nuestro camino por esta vida?
Todos. Sí, Creemos.
ORACIÓN UNIVERSAL
Jesús nos invita a mirar, a ir siempre hacía los que son considerados como irrelevantes en nuestra sociedad. Los humildes y marginados son sacramento desconcertante de Dios. Oremos.
Queremos ser referentes del Reino
• Queremos que la Iglesia sea referente de la comunidad de los hombres y mujeres que han hecho de su vida servicio y entrega a los más pequeños, a los olvidados, a los que no producen ni cuentan nada en nuestro mundo.
Queremos ser referentes del Reino
• Los seguidores de Jesús deseamos sentir, como él, inclinación hacía lo pequeño, pobre, roto, lo que no brilla, no produce y parece que no sirve en esta sociedad.
Queremos ser referentes del Reino
• En nuestra vida queremos hacer sitio para quien se siente insignificante, sin valor, excluido de todo y por todos, que los irrelevantes para nuestra sociedad sean los más importantes en nuestro corazón.
Queremos ser referentes del Reino
• Deseamos enterarnos de lo que significa pertenecer y ser de la comunidad de Jesús: optar por los pequeños, vivir en clave de servicio y entrega, ser uno con los demás.
Queremos ser referentes del Reino
• En este inicio de curso nos ayudaremos e invitaremos unos a otros a vivir solidariamente, regalándonos tiempo, en servicio, en recursos, en capacidades, en oración.
Queremos ser referentes del Reino
Padre bueno queremos sentir la llamada urgente a acoger a los últimos de nuestro mundo, que seamos la comunidad alternativa de tu hijo Jesús que trastoca los esquemas de esta sociedad. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén
En el momento de presentar la OFRENDA de toda la Iglesia oremos a Dios Padre Misericordioso
El Señor reciba de tus manos esta OFRENDA…
ORACIÓN OFRENDAS
Junto con el pan y el vino, te ofrecemos, Señor, nuestras vidas. Nuestro compromiso de estar allí donde nos necesitan, y, si tenemos un cargo en la sociedad, saber ser responsables y estar al servicio de los demás, sin caer en competencia por figurar, ni en injusticias por acaparar. Es nuestro deseo de hoy, que te lo presentamos con Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro.
PREFACIO
El Señor ESTÁ con vosotros…
Levantemos el corazón…
DAMOS gracias al Señor nuestro Dios…
Gracias, Padre, por darnos a Jesús,
no tenemos mejores palabras
para agradecerte su paso por la historia.
Gracias, Padre, gracias.
Jesús lo es todo para nosotros.
Jesús es nuestro guía, nuestra Luz,
nos descubre la forma de andar por este mundo.
Sólo miraba el corazón de las personas
y nunca tuvo en cuenta su etiqueta social o religiosa.
Nos enseñó a diario que para él
no había personas de mayor o menor categoría,
que todos somos iguales ante Dios
y nadie puede ser excluido de la sociedad.
Nos ha insistido una y otra vez
en que no podemos olvidarnos de esos hermanos
que primero hemos empobrecido
y después hemos apartado y marginado.
Gracias, Padre, por darnos la oportunidad cada día
de intentar ser más humanos
y tratar de vivir la hermandad universal.
Agradecidos, cantamos en tu honor este himno de gloria.
SANTO, SANTO, SANTO
CONSAGRACIÓN y PLEGARIA
Tú ves, Señor, que en nuestras reuniones
no hay muchos sabios ni poderosos de este mundo.
Los que nos reunimos en tu nombre,
sabemos que somos iguales ante Ti.
Tú convocas a los sencillos,
para que resplandezca a través de ellos
la fuerza de tu Palabra y de tu Espíritu.
Recibimos tu Espíritu con alegría
para que santifique este pan y este vino y
se conviertan para nosotros
en el sacramento del Cuerpo y + la Sangre de Jesús, en la Persona y la Vida de Jesús, aquí significadas.
Jesús, la noche en que iba a ser entregado
en manos de poderosos,
mientras cenaba con sus discípulos,
tomó un trozo de pan de la mesa,
pronunció la Bendición,
y se lo repartió, diciendo:
Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros
Después de cenar, hizo igual con la copa, diciendo:
Tomad y bebed todos de él,
porque éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres
para iluminar vuestras vidas.
Haced esto en conmemoración mía.
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
Por eso, Padre de bondad,
celebramos ahora
el memorial que Jesús nos encargó,
y proclamamos la obra de tu amor:
Cristo, tu Hijo, a través del servicio
y la entrega de su vida
ha resucitado a la vida nueva y ha sido glorificado a tu derecha.
Señor, Padre de misericordia, Tú derramas sobre nosotros el Espíritu del Amor, el Espíritu de tu Hijo.
Fortaleciéndonos a cuantos nos disponemos a recibir el sacramento del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo para que, unidos al Papa Francisco, y a nuestro Obispo N... seamos uno en la fe y en el amor.
Nos das entrañas de misericordia ante toda miseria humana, inspirándonos el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado, ayudándonos a mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado y deprimido.
Tu Iglesia, Señor, quiere ser un recinto de verdad y de amor, de libertad, de justicia y de paz, para que todos encuentren en ella un motivo para seguir esperando.
Gracias una vez más porque
has acogido en tu casa del Cielo
a nuestros hermanos difuntos ...
todos nuestros familiares, amigos
y fieles difuntos de esta Comunidad
Y ahora, Padre santo, nos unimos a toda tu creación
para brindar por tu mayor gloria y por la germinación de tu Bondad en nuestro mundo,
en la feliz compañía de tu hijo Jesús,
unidos a Mamá María, a su esposo San José,
a los apóstoles, a los santos y a todas las personas
de buena voluntad diciendo
Por Cristo con él y en él…
PADRENUESTRO
PADRE Y MADRE NUESTRA
EN QUIEN SOMOS Y VIVIMOS.
Santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo
TÚ NOS DAS HOY
NUESTRO PAN DE CADA DÍA.
TÚ PERDONAS NUESTROS PECADOS
Y NOSOTROS QUEREMOS PERDONAR
A LOS QUE NOS OFENDEN.
No nos dejes caer en la tentación.
Y líbranos del mal. Amen
CORDERO DE DIOS
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú TIENES piedad de nosotros
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú TIENES piedad de nosotros
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú NOS DAS la paz
Jesús nos invita a ser pan partido y repartido para los demás.
ORACIÓN FINAL
Animados, Señor, por tus palabras y alimentados con tu vino y pan, queremos trabajar para que tu Evangelio no se quede en buenas palabras, sino en algo real: Queremos hacer un mundo nuevo, sin hambre, sin violencia, sin odios y guerras. Queremos trabajar por un mundo donde todos puedan vivir en paz. Con tu ayuda y tu bendición, lograremos lo que parece un sueño. Tú que vives por los siglos de los siglos. Amen
BENDICIÓN
El Señor os bendice, os guarda
y en sus palmas os lleva tatuados.
Os acompaña en todos los caminos.
y hace prósperas las obras de vuestras manos.
Sentíos siempre abrazados y bendecidos por este Dios enamorado,
Padre, Hijo y Espíritu Santo. AMÉN.