Liturgia del 4º DOMINGO DE PASCUA 2025 (C)

4º DOMINGO DE PASCUA 2025 (C)
El amor de Dios, Padre cariñoso, que nos habita e impulsa, la presencia y ejemplo de Jesús resucitado, con la fuerza del Espíritu, están con todos vosotros.
MONICIÓN DE ENTRADA
En el Domingo del Buen Pastor Jesús mismo nos recuerda cómo nos conoce personalmente. Al mismo tiempo, el hecho de que también nosotros le conozcamos a él, al menos un poco, cambia nuestra vida entera; porque conociéndole a él, conocemos a Dios. Experimentamos en él la bondad, el cuidado y la presencia íntima de Dios en la vida de cada día. Ojalá nosotros también estemos cerca los unos de los otros, y los pastores de Jesús estén cercanos a su pueblo.
ACTO DE RECONOCIMIENTO
Con nuestros dones y cualidades dejamos rebosar la LUZ de Dios desde nuestro interior hacia los demás. Por ello en este primer momento hagámonos conscientes de esas cualidades, démosle gracias a Dios Padre por ellas y sigamos comprometiéndonos a dejarlas crecer y rebosar hacia los hermanos.
Queremos vivir el don de la PAZ, la interior que nos da tu presencia y la exterior que tenemos que construir todos juntos. Nos comprometemos a vivirla cada día diciendo:
Nos comprometemos Señor
Queremos vivir el don del AMOR, el que tú nos manifiestas en nuestro interior y en todo lo que nos das, y el que nosotros queremos vivir y dejar rebosar hacia los hermanos.
Nos comprometemos Señor
Queremos vivir los dones de la BONDAD y la AYUDA preocupándonos de nuestro desarrollo personal y de ayudar a los demás en todo lo que podamos. Por eso decimos:
Nos comprometemos Señor
Dios Padre amoroso TIENE siempre MISERICORDIA de nosotros, conoce nuestras limitaciones y nos guía de su mano a la vida eterna.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo….
Tú que quitas el pecado del mundo, Tú tienes piedad de nosotros...
Tú que quitas el pecado del mundo, Tú atiendes nuestras súplicas
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, Tú tienes piedad de nosotros
ORACIÓN COLECTA
No existe en el Evangelio
alegoría más bella:
“Jesús es el Buen Pastor
y nosotros sus ovejas.
Nos llama por nuestro nombre,
“conoce” nuestras flaquezas.
Tatuados a sangre y fuego,
en su corazón nos lleva.
Nos conduce a fuentes de agua
y a prados de hierba fresca:
con su Palabra y su Cuerpo,
Él nos da la “vida eterna”.
Con la “vara” de su amor
y el “cayado“ de su entrega,
nos guía por los senderos,
“para que nadie perezca”.
Encontramos en sus manos
el descanso y la defensa.
Nadie podrá con nosotros,
si Él nos aprieta con fuerza.
En nuestras noches de dudas
enciende miles de estrellas.
Aunque fallemos nosotros,
cumple siempre sus promesas
Gracias Señor, Pastor bueno,
del rebaño de la Iglesia.
Escucharemos tu voz
y seguiremos tus huellas. Amén.
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (13,14.43-52):
En aquellos días, Pablo y Bernabé desde Perge siguieron hasta Antioquía de Pisidia; el sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento. Muchos judíos y prosélitos practicantes se fueron con Pablo y Bernabé, que siguieron hablando con ellos, exhortándolos a ser fieles a la gracia de Dios.
El sábado siguiente, casi toda la ciudad acudió a oír la palabra de Dios. Al ver el gentío, a los judíos les dio mucha envidia y respondían con insultos a las palabras de Pablo.
Entonces Pablo y Bernabé dijeron sin contemplaciones: «Teníamos que anunciaros primero a vosotros la palabra de Dios; pero como la rechazáis y no os consideráis dignos de la vida eterna, sabed que nos dedicamos a los gentiles. Así nos lo ha mandado el Señor: «Yo te haré luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el extremo de la tierra.»
Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y alababan la palabra del Señor; y los que estaban destinados a la vida eterna creyeron.
La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región. Pero los judíos incitaron a las señoras distinguidas y devotas y a los principales de la ciudad, provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron del territorio. Ellos sacudieron el polvo de los pies, como protesta contra la ciudad, y se fueron a Iconio. Los discípulos quedaron llenos de alegría y de Espíritu Santo.
Palabra de Dios
Salmo 99
R/. Somos su pueblo y ovejas de su rebaño
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. R/.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo, y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R/.
«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.» R/.
Lectura del libro del Apocalipsis (7,9.14b-17):
Yo, Juan, vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos.
Y uno de los ancianos me dijo: «Éstos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero. Por eso están ante el trono de Dios, dándole culto día y noche en su templo. El que se sienta en el trono acampará entre ellos. Ya no pasarán hambre ni sed, no les hará daño el sol ni el bochorno. Porque el Cordero que está delante del trono será su pastor, y los conducirá hacia fuentes de aguas vivas. Y Dios enjugará las lágrimas de sus ojos.
Palabra de Dios
Lectura del santo evangelio según san Juan (10,27-30):
R/Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, dijo Jesús: «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno».
Palabra del Señor
R/Gloria a tí Señor Jesús
HOMILÍA
Mis ovejas escuchan mi voz. Escuchar y seguir a Jesús es lo que caracteriza a sus discípulos. Para ello debemos saber distinguir su voz en medio de tanta palabrería y ruido.
Nos preguntamos: ¿Busco en mi interior la voz de Jesús, la voz de Dios? ¿Necesito ratos de silencio interior y exterior para escuchar?
Yo las conozco. En lenguaje bíblico conocer es amar, amor recíproco y generoso, conocimiento mutuo, íntima comunión, relación profunda y personal. Nos preguntamos: ¿Qué sentimientos y actitudes provoca en mí saberme incondicionalmente conocido y amado por Jesús?
¿Saber que, como a mí, conoce y ama a todas las criaturas? Seguirle es tomar la opción de ir transformando el mundo, intentar llenarlo de esperanza, hacerlo más habitable, más digno, más humano y más feliz para todos.
Yo les doy la vida eterna. Jesús nos contagia y nos regala inmortalidad. No habla de darle algo a cambio, de la necesidad continua de perdón, de lo poco que merecemos. Jesús nos repite las actitudes que le caracterizan: Cercanía, confianza, intimidad, dar la vida, no dejarse arrebatar, protección.
Siguiendo su ejemplo también podemos contagiar y regalar vida, haciendo que las personas que viven y se relacionan con nosotros tengan más paz, alegría, felicidad.
Mi Padre es superior a todos: Jesús nos introduce en la unidad de amor con el Padre, nos dice como es, nos indica cómo relacionarnos con Él en nuestro interior. Nos demuestra su amor sin límites. Nos dice que nos ha dado vida plena.
No caminamos para alcanzar un premio. Jesús nos invita a vivir como quien ya lo ha obtenido porque el Padre nos lo ha regalado desde siempre y para siempre. Estamos siempre en sus manos.
El Padre y yo somos uno: Esto es fundamental. Conocemos a Dios mirando a Jesús. No se trata de admirar y aceptar a Jesús, sino de creer que es el único en quien podemos ver y escuchar a Dios Padre. Y, como Jesús, tratar de reproducir su imagen en nuestra vida, esa imagen que llevamos en nuestro interior.
¿Cómo muestro el rostro de Dios en mis relaciones familiares, laborales, comunitarias?
En la comunidad de Jesús no hay dirigentes y dirigidos. Todos somos hermanos y todos portamos una luz, a todos nos incumbe la responsabilidad de iluminar, para nuestro bien y el de todos. Eso es lo que Francisco ha pretendido al hablarnos de SINODALIDAD.
Su sucesor deberá seguir ILUMINANDO y MOTIVANDO al Pueblo de Dios, como hizo Jesús.
El evangelio nos habla del Buen Pastor que es Jesús y del pueblo de Dios, en el que todos somos corresponsables. Ejerzamos de verdad esa corresponsabilidad, implicándonos en todas las tareas de la Iglesia, que empieza en nuestra propia Parroquia.
Y, si es necesario, incluso corrijamos a los pastores que deben ser los guías que nos iluminen y motiven a profundizar en nosotros mismos y en quién es y cómo es el Abba de Jesús.
Ese es el resumen de la sabiduría: “Que nos conozcamos y conozcamos a Dios”, como decía San Agustín.
Si de verdad nos diéramos cuenta de que Dios es Amor, nos arrojaríamos en sus brazos y no querríamos salir de ellos.
CREDO
Sacerdote.- ¿Creéis en Dios, que es nuestro Padre, que ha hecho todas las cosas y nos cuida con amor?
Todos.- Sí, Creemos.
Sacerdote.- ¿Creéis en Jesucristo, que ha puesto su Morada entre nosotros, para hacernos conocer a Dios Padre?
Todos.- Sí, Creemos.
Sacerdote.- ¿Creéis en el Espíritu Santo que vive entre nosotros, y anima a la Iglesia y a todos para hacer un mundo mejor?
Todos. Sí, Creemos.
Sacerdote: ¿Creéis en la resurrección y en la Vida eterna, que ya comenzamos a disfrutar aquí y disfrutaremos plenamente al final de nuestro camino por esta vida?
Todos. Sí, Creemos.
ORACIÓN UNIVERSAL
La seña de identidad de los seguidores de Jesús es una vida gastada en madurar y dar nuestros frutos en favor de los demás. Oremos.
Queremos ser uno con Jesús
• Anhelamos que a los pastores de la Iglesia se les conozca por su entrega en favor de los seres humanos, por defender siempre y en todo contexto el primado de la persona y de la vida.
Queremos ser uno con Jesús
• Los seguidores de Jesús queremos acertar a sacar la mejor versión de hombres y mujeres, poner luz y horizonte en la vida de los que nos rodean, apostar por favorecer la corresponsabilidad que tenemos con toda la humanidad.
Queremos ser uno con Jesús
• Todos nosotros seremos voz que anuncia el Reino de Jesús, que sintoniza con lo mejor de cada ser, que despierta la sensibilidad interior capaz de percibir el Amor que nos habita y somos.
Queremos ser uno con Jesús
• Anhelamos que surjan entre nosotros hombres y mujeres referentes, capaces de liderar nuestras comunidades, que apunten con sus vidas, palabras y gestos, hacía el Reino, que sean sembradores de paz y unidad.
Queremos ser uno con Jesús
Padre y Madre buena, en nuestras comunidades viviremos atentos a los signos de los tiempos, buscaremos ser palabra en el mundo de hoy para el hombre y la mujer de hoy. Jesús de Nazaret nos precede y sostiene en nuestro camino, y vive por los siglos de los siglos. Amén.
En el momento de presentar la OFRENDA de toda la Iglesia oremos a Dios Padre Misericordioso
El Señor reciba de tus manos esta OFRENDA…
ORACIÓN OFRENDAS
Te presentamos, Señor, el Vino y el Pan, frutos de la tierra que Tú nos has dado y del trabajo de los hombres y mujeres que sembraron la semilla y hoy te ofrecen estos dones, fruto de su amor y del Tuyo. Tu Gran Amor los transformará en signos de fraternidad universal y de salvación eterna, por los siglos de los siglos. Amén.
PREFACIO
El Señor está con vosotros
Y con tu Espíritu
Levantemos el corazón
Lo tenemos levantado hacia el Señor
Damos gracias al Señor nuestro Dios
Es justo y necesario
Sabemos, Señor, que debemos agradecerte cada día el maravilloso milagro cotidiano de tu creación.
Gracias, Padre, porque nos has creado y nos sostienes, gracias por ser nuestro manantial inagotable de vida.
Queremos ser conscientes de que vives en nosotros.
No hay que esperar a la muerte para encontrarse contigo.
Creemos, Dios nuestro, que aunque no te veamos,
tú nos acompañas a lo largo de toda nuestra vida.
Nos sale de dentro proclamar tu bondad de Padre y Madre y junto con todos los hombres y mujeres de buena fe, dedicarte este himno de gloria y alabanza.
SANTO, SANTO, SANTO
CONSAGRACIÓN Y PLEGARIA
Bendito sea Jesús, tu enviado
el amigo de los niños y de los sencillos.
Él vino para enseñarnos
cómo debemos amarte a Ti
y amarnos los unos a los otros.
Él vino para arrancar de nuestros corazones
el mal que nos impide ser amigos
y el odio que no nos deja ser felices.
Él ha prometido que su Espíritu Santo
estará siempre con nosotros
para que vivamos
como verdaderos hijos tuyos.
Recibimos tu Espíritu con alegría
para que santifique este pan y este vino y
se conviertan para nosotros
en el sacramento del Cuerpo y + la Sangre de Jesús, en la Persona y la Vida de Jesús, aquí significadas.
El mismo Jesús,
poco antes de morir,
nos dio la prueba de tu Amor.
Cuando estaba sentado a la mesa con sus discípulos, tomó el pan,
dijo una oración para bendecirte y darte gracias,
lo partió y lo dio a sus discípulos, diciéndoles:
Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros.
Del mismo modo, tomó el cáliz lleno de vino,
te dio gracias con la plegaria de bendición
y lo pasó a sus amigos, diciendo:
Tomad y bebed todos de él,
porque éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres
para iluminar vuestras vidas.
Haced esto en conmemoración mía.
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
Por eso, Padre bueno, recordamos ahora
la resurrección de Jesús, el Salvador del
mundo, y renovamos nuestra fraternidad.
Él se ha puesto en nuestras manos
para que te lo ofrezcamos como ofrenda nuestra
y junto con él nos ofrezcamos a ti.
Tú nos escuchas, Señor Dios nuestro;
y nos das tu Espíritu de amor
a los que participamos en esta comida,
para que vivamos cada día
más unidos en la Iglesia,
con nuestro Obispo N…,
los demás Obispos, los Sacerdotes
y todos los que trabajan por tu pueblo.
No nos olvidamos de las personas que amamos
ni de aquellas a las que debiéramos querer más.
Te damos gracias porque nuestros
hermanos difuntos… familiares,
amigos y miembros de nuestra Comunidad
que están ya contigo en Tu casa del Cielo.
Y un día, nos reuniremos contigo
con María la Virgen, Madre de Dios y Madre nuestra, su esposo San José, los Santos
y todas las personas de bien
para celebrar la gran fiesta del cielo.
Entonces, todos los amigos de Jesús, nuestro Señor, podremos cantarte sin fin.
Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén
PADRENUESTRO
PADRE Y MADRE NUESTRA
EN QUIEN SOMOS Y VIVIMOS.
Santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo
TÚ NOS DAS HOY
NUESTRO PAN DE CADA DÍA.
TÚ PERDONAS NUESTROS PECADOS
Y NOSOTROS QUEREMOS PERDONAR
A LOS QUE NOS OFENDEN.
No nos dejes caer en la tentación.
Y líbranos del mal. Amen
CORDERO DE DIOS
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú TIENES piedad de nosotros
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú TIENES piedad de nosotros
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú NOS DAS la paz
Jesús nos invita a ser pan partido y repartido para los demás.
ORACIÓN FINAL
Te damos las gracias, Padre, porque eres el Amor y la Vida, el Buen Pastor, al que los hombres buscan y quieren escuchar su Voz en las encrucijadas de la vida. En el fondo de nosotros mismos sentimos una llamada que nos congrega a tu alrededor. Es el eco que resuena en lo más profundo del corazón: la Voz de Tu Hijo Jesús, que nos guía y vive por los siglos de los siglos. Amén.
BENDICIÓN
El Señor os bendice, os guarda
y en sus palmas os lleva tatuados.
Os acompaña en todos los caminos.
Y hace prósperas las obras de vuestras manos.
Sentíos siempre abrazados y bendecidos por este Dios enamorado,
Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.