Participantes de la Conferencia Internacional sobre Migración y Trata son recibidos por el Papa Francisco Alberto Ares, sj: “no somos sólo una sociedad de acogida, sino que tiene que ver como gestiona su diversidad y la integración”

Encuentro sobre la trata en el Vaticano
Encuentro sobre la trata en el Vaticano

¿Dónde están tu hermano y hermana esclavizados?

Se debe reafirma la importancia y la necesidad de continuar realizando un trabajo en red, pautar esa temática del tráfico de personas en los diversos espacios donde se hacen presentes los líderes eclesiales

La Iglesia está haciendo una labor muy fuerte y de compromiso, tanto en la acogida, como en la sensibilización y en la incidencia, trabajando por la integración de las personas migrantes y refugiadas

El Papa Francisco, en esta lucha, es un gran aliado para promover ese combate tan importante hoy

En el combate de la trata “se ha hecho mucho, pero todavía falta por hacer”, ha insistido el Papa Francisco

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La Iglesia católica se ha convertido en una de las voces principales en el combate a la trata de personas, una lacra en la que se ven envueltos muchos migrantes y refugiados. Para avanzar en la reflexión sobre esa temática, la Sección Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral ha organizado de 9 a 11 de abril, en Roma, una Conferencia Internacional en la que se han reunido 200 personas para estudiar el documento “Orientaciones Pastorales sobre la Trata de personas”, que junto con otro que habla sobre las “Enseñanzas del Papa Francisco sobre los migrantes, refugiados y la trata”, habían sido presentados el 17 de enero de 2019, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

En el cartel que presidió el encuentro, aparece una pregunta, “¿Dónde están tu hermano y hermana esclavizados?”, formulada en 2013 por el Papa Francisco, y un deseo “Liberar a aquellos injustamente retenidos”, lo que pone de manifiesto la importancia del evento, un aspecto destacado por algunos de los participantes.

Para Alberto Ares, del Instituto Universitario de Migraciones, de la Universidad de Comillas, la importancia de la conferencia se entiende “desde el momento en que participamos de muchas redes que trabajamos en favor de las víctimas de trata”. Su presencia en el encuentro responde a un deseo de “poder compartir todas las buenas prácticas que llevamos haciendo desde la universidad y desde el instituto en este campo de la trata de personas, y también para poner en valor aquellas investigaciones y aquel trabajo coordinado de Iglesia que puede ayudar a erradicar esta lacra social”.

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La socióloga brasileña Márcia de Oliveira, que lleva muchos años estudiando este tema de la migración y la trata dentro del mundo académico, ha insistido en que la discusión es muy buena y amplia, con la presencia de más de 30 países y representantes de los cinco continentes. En la misma dirección, Rose Bertoldo, representante de la Red un Grito por la Vida, ha destacado “la importancia de la participación de la vida religiosa consagrada, de sacerdotes, de líderes eclesiales que se comprometen en el enfrentamiento a este crimen”. Todo ello, según la religiosa brasileña, “reafirma la importancia y la necesidad de continuar realizando un trabajo en red, pautar esa temática de la trata de personas en los diversos espacios donde se hacen presentes los líderes eclesiales”.

Este encuentro ha dado la oportunidad de “sumergirse en un mar de personas que practican la misma lucha en sus respectivos países”, ha enfatizado Fray Xavier Plassat, de la Comisión Pastoral de la Tierra – CPT, que desde hace años lanzó una campaña nacional contra el trabajo esclavo, que lleva por nombre "De ojo abierto para no volverse esclavo". El dominico francés, misionero en Brasil desde 1989, destacaba “la importancia de ver los puntos de vista, la manera de abordar y reflexionar a partir de ese documento que el Vaticano publicó, de orientaciones sobre el combate a la trata de personas y la esclavitud moderna, en una dimensión que no se limita a una mera acogida caritativa de las víctimas, sino que busca construir una respuesta política, estructural, yendo a las causas del problema”.

Gabriela Bottani, coordinadora desde hace cinco años de la Red Mundial de la Vida Consagrada contra la trata de personas, Talitha Kum, también ha insistido en la presencia de la vida religiosa como algo importante, pues entre los participantes, “la mayoría son miembros de las redes de Talitha Kum en el mundo”. La religiosa comboniana destaca ese hecho “porque estamos aquí aquellas que estamos en contacto con las víctimas, compartiendo la vida en los barrios donde los traficantes vienen reclutando a las personas para ser explotadas”.

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No podemos ignorar, como reconoce Alberto Ares, que la realidad de la migración en España y en Europa es compleja, como ocurre en el resto del mundo. El jesuita subraya la realidad de las fronteras y del Mediterráneo, “con muchas de las personas que sufren y que intentan llegar a nuestro continente”. El Padre Ares insiste en la necesidad de reflexionar sobre la integración, pues “España es una sociedad diversa, en la que viven más de seis millones de personas que han llegado en nuestra sociedad en los últimos 15 o 20 años”. Ello le lleva a afirmar que “no somos sólo una sociedad de acogida, sino una sociedad que tiene que ver como gestiona su diversidad y la integración”.

En este trabajo, el jesuita destaca que “la Iglesia ocupa un papel muy especial en este campo, y desde hace años lleva muy comprometida, siguiendo al Papa Francisco, en toda la realidad de las migraciones, el refugio y las personas desplazadas”. Esto se concreta, en España, en la Red Migrantes con Derechos, donde se encuentra Caritas Española, Justicia y Paz, la Conferencia Episcopal y CONFER, la Conferencia de Religiosos y Religiosas de España, que “está haciendo una labor muy fuerte y de compromiso, tanto en la acogida, como en la sensibilización y en la incidencia, trabajando por la integración de las personas migrantes y refugiadas en España”.

Este es un compromiso que según Gabriela Bottani, “tenemos que implementar, crecer en ese compromiso, porque aunque en la sociedad civil y en la Iglesia está aumentando la concientización, el compromiso, por el otro lado, la trata sigue siendo una de las mayores fuentes de violencia y violación de los derechos humanos, y viene aumentando en todo el mundo”. Eso es algo que también resalta Rose Bertoldo, destacando que después de cada ponencia se sugirieron diversas acciones pastorales, como la creación de las comisiones de enfrentamiento a la trata de personas en las conferencias nacionales de los obispos, la necesidad de que el clero y la vida religiosa tengan una mirada volcada hacia esa realidad y puedan hacer un trabajo de incidencia política en las parroquias, en las comunidades, donde están presente. Todo ello, está sustentado, según la religiosa, en la llamada que el Papa Francisco ha hecho a nivel mundial para que la Iglesia se comprometa con acciones concretas de enfrentamiento a la trata.

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Esta dimensión de la trata cobra una importancia especial en la Amazonía, que está inmersa en el proceso sinodal, representando según Marcia de Oliveira, un gran desafío para la Iglesia en la Amazonia, dadas sus fronteras, su realidad geopolítica, su relación con los pueblos los países vecinos y, de manera especial, la vulnerabilidad que presentamos como región ante la actuación de las redes internacionales de trata de personas. La asesora del Sínodo para la Amazonía insiste, de manera especial, en dos preocupaciones eminentes, que es en relación con las mujeres y niños, y la estrecha vinculación de ese delito con otros delitos internacionales, como el tráfico de drogas, los crímenes ambientales, relacionados de forma especial a las minas irregulares, a las madereras, y otras modalidades de explotación ambiental en la Amazonia, que se vinculan también a la trata, de manera especial a las mujeres para fines de explotación sexual comercial.

Desde esa perspectiva sinodal, Marcia de Oliveira, señala que “me parece que este es un punto importante, que el Sínodo ha trabajado poco, necesitamos profundizar un poco más en este tema, que aparecía mucho en las escuchas, de acuerdo con su relevancia”. En esa misma dimensión, Rose Betoldo, asesora de la REPAM-Brasil Norte 1, destaca el trabajo del eje fronteras, de la Red Eclesial Pan-Amazónica, que ha hecho diversas acciones en el trabajo de prevención de la trata de personas en la Pan-Amazonia. La religiosa reconoce que “con esta conferencia, queremos fortalecer ese trabajo, y también llevarlo hasta las diversas comisiones de la Red Eclesial Pan-Amazónica, en los 13 comités de la REPAM en la Amazonía brasileña”. Para ello será fundamental la continuidad del trabajo, algo que según Rose Bertoldo, “estamos articulando con los representantes de los países que componen la Pan-Amazonia que están participando en esta conferencia”.

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Una actitud en la que también insiste Fray Xavier Plassat, para quien “es importante ver que nuestras Iglesias están dando un paso en común, de una forma dialogada, con ocasión de esta conferencia”. Como representante de la realidad de Brasil, ha afirmado que “estoy encontrando en esa oportunidad a otros socios, aliados, que están en esa trinchera en Brasil y que, a veces, en el día a día, no tenemos tanta ocasión de reencontrarnos”. El dominico destaca la importancia del Papa Francisco en esta lucha, “un gran aliado para promover ese combate tan importante hoy”.

Precisamente, el último acto de la Conferencia ha sido la audiencia con el Papa Francisco, quien les ha agradecido su trabajo, con iniciativas que son “dignas de admiración”, y les ha animado a continuar luchando contra esta lacra social, haciendo realidad las palabras de Jesús en el Evangelio de Juan, “Yo vine para que todos tengan vida y la tengan en abundancia”. Una de las cosas que impiden que eso se haga realidad, en palabras de Francisco, es la trata, que “hiere gravemente a la humanidad en su conjunto, desgarrando a la familia humana y el Cuerpo de Cristo”, y que debe ser considerado como un “crimen contra la humanidad”, como una "mercantilización de la persona humana”.

Este es un trabajo arriesgado y anónimo, inclusive "¡Es arriesgada dentro de la congregación porque te miran mal!", en palabras del propio Papa Francisco, siendo éste un campo en el que “se ha hecho mucho, pero todavía falta por hacer”, insistiendo en la necesidad de caminar juntos, de trabajar en red, no sólo dentro de la Iglesia, sino en colaboración con diferentes "actores político y sociales... con instituciones y otras organizaciones de la sociedad civil garantizará resultados más incisivos y duraderos".

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