Diferentes voces responden a sus palabras en el Regina Coeli de este domingo La Amazonía agradece a Francisco que no olvide su sufrimiento en este tiempo de Covid-19

Abertura del Sínodo para la Amazonía
Abertura del Sínodo para la Amazonía

El Santo Padre ”siente el clamor de la Amazonía que en estos momentos tan difíciles está siendo afectada con demasiada fuerza

“Un llamado de urgencia mundial a buscar una acción internacional humanitaria por la Amazonía

“El Espíritu Santo que ilumine a toda la Iglesia, a la sociedad y a todas las comunidades, para que seamos todos capaces de responder con serenidad, discernimiento y coraje ante la trágica situación de dolor que vive la Amazonía y sus pueblos en esta pandemia”

El Papa recuerda “con sus gestos y palabras que nuestro lugar como religiosos es en medio de los más pobres

Esa pandemia ha provocado un fuego “que quema y está apagando muchas vidas de los inocentes, de los más vulnerables, por la falta de una respuesta adecuada y explícita de los Gobiernos en medio de esta situación”

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Este domingo, fiesta de Pentecostés, al finalizar el Regina Coeli, el Papa Francisco sorprendía a todos al recordar, una vez más, a “la Iglesia y a la sociedad en la Amazonía, que ha sido duramente golpeada por la pandemia”, haciendo hincapié en que “muchos son los contagiados y los muertos, incluso entre los pueblos indígenas, que son particularmente vulnerables”. En su discurso, el Papa decía que “por la intercesión de María, Madre de la Amazonía, pido por los más pobres e indefensos de esa querida región”, llamando a “que a nadie le falte la atención sanitaria”, un derecho de todos, que tiene como principio el hecho de que es más importante “curar a las personas y no ahorrar para la economía”, pues como él enfatizaba, “nosotros, las personas, somos templos del Espíritu Santo, la economía no”.

Las palabras del Papa Francisco han encontrado eco en la Amazonía, tanto en el ámbito eclesial como entre los pueblos que habitan la región, brotando un sentimiento de emoción y agradecimiento, como ha recogido la REPAM. La preocupación por la situación de la Amazonía solo aumenta, pues “enestas dos semanas van a ser los picos más fuertes en las comunidades indígenas”, según Patricia Gualinga, líder indígena del pueblo Kichwa de Sarayaku, y una de las representantes de los pueblos en la Asamblea Sinodal, quien se emociona al ver que el Santo Padre ”siente el clamor de la Amazonía que en estos momentos tan difíciles está siendo afectada con demasiada fuerza”. La indígena ecuatoriana dice coincidir con el Papa en que hay que apostar “por la vida de la humanidad, de los pueblos indígenas, por la defensa de la Amazonía, y no solamente con justificaciones económicas, aduciendo que la economía es más importante que la vida”.

El también líder indígena, José Gregorio Díaz Mirabal, coordinador de la COICA, que se refería al Papa como “hermano Francisco, amigo querido de la Amazonía”, le advertía que a los incendios que queman la Casa Común, se ha unido la pandemia, que provoca que “sus hijos se contagian y mueren sin atención de los Estados”. El coordinador de la COICA, que también participó de la Asamblea Sinodal, pedía al Papa que haga “un llamado de urgencia mundial a buscar una acción internacional humanitaria por la Amazonía”. Desde los pueblos afrodescendientes de la Amazonía ecuatoriana, Selene Terán, destacaba la necesidad de que “podamos todos arrimar el hombro para sacar adelante nuestra tierra, nuestra Amazonía”, que debe ser vista “como el pulmón del mundo”, agradeciendo la preocupación del Papa con “quienes hemos sido los más abandonados y hemos sido llamados ‘el patio trasero’”.

Las palabras del Papa Francisco también han tenido eco en los medios de comunicación de la Amazonía. Desde el Putumayo colombiano, Liverman Rengifo, comunicador campesino de la Red de Emisoras Comunitarias del Putumayo colombiano – Cantoyaco, manifestaba “un gran sentimiento de fraternidad, solidaridad y esperanza al escuchar el mensaje del papa Francisco en la lucha siempre por la defensa del necesitado, del más vulnerable”. Según el comunicador, “trabajar por la persona, en toda su integridad, nos afirma y reafirma en el mandato para la evangelización en la Amazonía”, junto con “la lucha por la defensa del bioma amazónico”.

Martínez de Aguirre y Czerny

En el ámbito eclesiástico, el mensaje ha encontrado la respuesta de la vida religiosa, la REPAM, de algunos obispos y del propio Cardenal Czerny, uno de los secretarios del Sínodo para la Amazonía. El purpurado recordaba la palabras del Santo Padre, que “al Espíritu Santo que ilumine a toda la Iglesia, a la sociedad y a todas las comunidades, para que seamos todos capaces de responder con serenidad, discernimiento y coraje ante la trágica situación de dolor que vive la Amazonía y sus pueblos en esta pandemia”, insistiendo en que los gobernantes “tengan un corazón sensible a los sufrimientos de los pueblos y los daños causados al medio ambiente”. El subsecretario de la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, pedía la entrega de quien forma parte de la Iglesia amazónica para “responder con caridad y eficacia apostólica” y hacer realidad los 4 sueños de Querida Amazonía, resaltando “la importancia de la escucha de la voz de la Amazonía, movida por el soplo mayor del Espíritu Santo en el grito de la tierra herida y sus habitantes”.

Desde el CELAM, su presidente, Monseñor Cabrejos, agradecía que el Papa haga pensar a la humanidad sobre la Amazonía, donde “muchísimos indígenas están muriendo por el coronavirus”. El prelado peruano resaltaba que el Papa centra “lo fundamental en la defensa de la persona”, en poner “primero la salud, después la economía”, y en resaltar que “los seres humanos somos templo del Espíritu Santo, la economía no”. El obispo emérito del Xingú, en Brasil, Monseñor Erwin Kräutler, ha dicho sentirse emocionado por las palabras del Papa, que “ama la Amazonía”, en las que “sentí su cariño para con la Amazonía”. Monseñor Kräutler ha insistido en la importancia de que “el mensaje del Papa sea transmitido a los gobiernos, especialmente al gobierno de Brasil”, y que “todo esfuerzo debe ser para salvar a las personas”.

Desde la vida religiosa, la presidenta de la CLAR, le agradece al Papa que se haga eco “del clamor de tantas personas que hoy en la Amazonía ven amenazadas su vida, su salud, su cultura”. Para los religiosos, que dicen seguir “junto a nuestra gente”, están siendo días para abrazar el dolor, experimentar la impotencia y ver el autoritarismo que cierra espacio a la vida. Ante esta situación, la vida religiosa “no queremos y no podemos claudicar en la esperanza. Por eso nos empeñamos en la defensa de la vida”, insiste Liliana Franco, que agradece al Papa que les recuerde “con sus gestos y palabras que nuestro lugar como religiosos es en medio de los más pobres”. Y junto con eso que “lo nuestro es la misión, la salida, la itinerancia”, algo que está haciendo visible con la campaña”Amazonía Somos Todos”, que ha encontrado una fuerte respuesta.

Liliana Franco, presidenta de la CLAR

El jesuita Alfredo Ferro, desde Leticia, en la Triple Frontera entre Colombia, Perú y Brasil, ha destacado que “hasta Roma ha llegado el grito y el clamor de los más de 150.000 contagiados y más de 8.000 muertos hasta el día de hoy”. El coordinador del Servicio Jesuita Panamazónico, hace referencia a los sueños de Querida Amazonía y la necesidad de que “nuestra economía tiene que ser otra”, esperando que las palabras del Papa “sean escuchadas y resuenen en quienes toman las decisiones de este mundo”. Desde el Equipo Itinerante, María Eugenia Lloris, que dice que “nosotros continuamos en la defensa de los pueblos originarios”, destacaba la importancia de la defensa la Amazonía, “pues la vida del mundo depende la vida de la Amazonía”. En esa defensa de la vida, la religiosa afirma que “hay muchos misioneros que estamos en la línea de frente, luchando y defendiendo lo que hablamos en el Sínodo”.

La REPAM también ha agradecido las palabras del Papa Francisco, “que puedan fortalecernos en esa gran misión por nuestra Amazonía”, decía la Hermana Irene Lopes, directora ejecutiva de la REPAM-Brasil, quien destacaba el énfasis en que “lo más importante es cuidar de las personas y no solo de la economía”, denunciando que “sabemos que muchas personas están muriendo: pobres, indígenas, ribereños, sin ninguna atención”.

Partiendo del sentido profundo, sagrado, y de misterio que el fuego tiene en muchas de las culturas amazónicas, Mauricio López, Secretario Ejecutivo de la REPAM, agradecía al Papa Francisco “por hacer explícito ese llamado a un fuego de vida”, que ayude a apagar “los fuegos de la deforestación, de la explotación, de la violencia cotidiana que sufren hoy los pueblos amazónicos en medio de la pandemia”. Esa pandemia ha provocado un fuego “que quema y está apagando muchas vidas de los inocentes, de los más vulnerables, por la falta de una respuesta adecuada y explícita de los Gobiernos en medio de esta situación”, denunciaba Mauricio. El Secretario Ejecutivo de la REPAM ha pedido la presencia del Espíritu Santo en las cabezas y corazones “de todos los miembros de la Iglesia, mujeres y hombres que trabajan todos los días, incansablemente, para defender la vida”, refiriéndose a los cuatro sueños de Querida Amazonía y a “la alianza con pueblos originarios en la defensa de sus territorios, sus derechos y sus vidas”, algo que espera se haga más fuerte.

Mauricio López en el Sínodo

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