Un nuevo lugar para las mujeres, eso es lo que reclama el Área de las mujeres (Deplai), de la Conferencia Episcopal Argentina. Lo hacen a partir del documento para el discernimiento comunitario de la primera Asamblea Eclesial de Latinoamérica y el Caribe, donde fue reflexionado sobre este tema.

El texto llama a pensar en el nuevo lugar de las mujeres a partir de una realidad en la que “la pandemia del Covid-19 ha reconfigurado todo”, siendo desafiados a recomenzar, “pero de otra manera”, lo que debe llevar a preguntarse el cómo, algo que va siendo marcado por la realidad y la necesidad. Desde ahí se reflexiona sobre la actual situación, marcada por el desempleo, la crisis económica, la violencia, la incertidumbre ante movimientos políticos y sociales. Es algo que “repercute en la vida cotidiana e impacta más fuerte en los y las más vulnerables de nuestras comunidades”.

Desde la Deplai se refieren a los dolores, alegrías y esperanzas de las mujeres recogidos en el Documento para el discernimiento comunitario, de la Asamblea Eclesial, aplicando su contenido a la Iglesia en Argentina. A partir de ahí muestran lo que duele, a nivel social (la exclusión, la discriminación y las inequidades) y eclesial (la marginación y el no estar presentes en los espacios de decisión).

Al recoger lo que da esperanza, a nivel social es señalada una conciencia de equidad, una toma de liderazgo y el reconocimiento de sus aportes. A nivel eclesial se destacan los avances en la inclusión y en la participación, afirmando que a pesar de que todavía es poco, se van dando pasos que tienen gran simbolismo.

Pensando en el futuro se enumeran algunas tareas prioritarias: acompañar y promover a las mujeres más pobres y excluidas; seguir trabajando el tema de los abusos en la Iglesia (sexuales, pero también de poder y de conciencia); fomentar el protagonismo de las mujeres en la Iglesia (dar voz a las más postergadas); procurar la educación de las mujeres (la visibilización y el protagonismo se dan solos cuando hay formación); participar en los trabajos preparatorios del sínodo.

Finalmente recuerdan que “Francisco nos está proponiendo la reforma de la Iglesia, lo cual no significa hacer otra Iglesia, si no ser Iglesia de otra manera, más sinodal y participativa y allí todas y todos tenemos algo que aportar”. Desde ahí llaman a seguir “caminando juntas, juntos, que de eso se trata”, uniéndose también a quienes sufren con la guerra en Ucrania, solidarizándose “con todas las mujeres que están emigrando o sosteniendo a su familia en medio del conflicto”.