Una asamblea electiva 60ª Asamblea General de la CNBB será celebrada en Aparecida del 19 al 28 de abril

Asamblea CNBB
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Una asamblea electiva donde los obispos elegirán la nueva presidencia y los miembros de las 12 comisiones

El arzobispo de Belo Horizonte destacó "la escalada de polarización, con rupturas, incluso dentro de las familias, causadas por desacuerdos político-ideológicos. Un triste escenario, enmarcado por la creciente difusión de noticias falsas"

Al orientar las acciones del episcopado, "la mayor referencia será siempre el Evangelio del Crucificado-Resucitado, la Doctrina Social de la Iglesia y la Tradición"

Un conjunto de cuestiones desafiantes, una única cuestión con muchas facetas, que exige "aprender a trabajar en comunión, aunando esfuerzos"

Más de 400 obispos, junto con asesores y personal de apoyo, están llegando a Aparecida, sede del Santuario Nacional, para participar en la 60ª Asamblea General de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), que se celebrará del 19 al 28 de abril.

Presidencia CNBB

Asamblea electiva

Una asamblea electiva, según informa la propia CNBB, donde los obispos elegirán la nueva presidencia y los miembros de las 12 comisiones que forman parte de su estructura organizativa; dos representantes para el Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) y dos delegados al Sínodo 2023. Durante los 10 días de la asamblea, el programa consta de 22 temas prioritarios.

La Oficina de Comunicación de la Conferencia Episcopal Brasileña informará diariamente de lo que vaya sucediendo, y habrá ruedas de prensa diarias en las que se tratarán los temas de cada día. Los obispos celebrarán cada día la Eucaristía en el Santuario Nacional, participarán en una celebración penitencial, una celebración interreligiosa y un retiro espiritual.

Evaluación de la actual presidencia

Los obispos que formaron parte de la presidencia en el cuatrienio 2019-2023 evaluaron un tiempo marcado por la pandemia del Covid-19 y las polarizaciones ideológicas, según Mons. Walmor Oliveira de Azevedo. De este tiempo de pandemia, el presidente de la CNBB destacó que la Iglesia "intensificó aún más su trabajo de apoyo espiritual y social. Para ello, aprendió rápidamente a lidiar con las nuevas herramientas tecnológicas de comunicación, haciéndose presente en la vida cotidiana de las personas de muchas maneras. También ha creado acciones para minimizar el sufrimiento de aquellos que han experimentado las consecuencias económicas de la pandemia, con especial referencia a la iniciativa 'Es hora de cuidar'".

El arzobispo de Belo Horizonte destacó "la escalada de polarización, con rupturas, incluso dentro de las familias, causadas por desacuerdos político-ideológicos. Un triste escenario, enmarcado por la creciente difusión de noticias falsas. Un momento álgido de estas polarizaciones se vivió en el último proceso electoral”. Frente a ello, la CNBB "siempre ha estado al lado de los pobres, fiel a los valores del Evangelio, alzando valiente y proféticamente su voz para denunciar las amenazas a la sociedad y a la democracia, y el abandono de los pobres", buscando fomentar la escucha y el diálogo.

Espíritu de comunión

Mons. Mario Antonio da Silva destaca del último cuatrienio, "el espíritu de comunión entre los miembros de la presidencia", la búsqueda de sembrar Esperanza y la preocupación de la presidencia con la gestión y sostenibilidad de la CNBB. Todo ello bajo la guía e iluminación del Espíritu Santo, "dándonos la posibilidad de señalar caminos de unidad y sinodalidad", según el vicepresidente segundo de la CNBB. Destacó la importancia de las "numerosas videoconferencias con los obispos de los regionales de la CNBB, que nos han permitido escuchar las penas y alegrías, así como compartir las experiencias victoriosas y angustiosas de nuestros hermanos obispos en sus diócesis. Todo ello nos ha hecho sentirnos más cercanos y unidos como pastores a las necesidades de nuestro pueblo".

Para Mons. Jaime Spengler, lo que ha guiado y orientado el trabajo de la presidencia ha sido "el deseo de colaborar en la promoción de la razón misma de la existencia de la Conferencia: promover la comunión entre los obispos". El vicepresidente primero dijo sentirse marcado por la visita a la Diócesis de Roraima, donde comprobaron “el trabajo de acogida a los migrantes venezolanos y haitianos, desarrollado por la Diócesis de Roraima y el Ejército brasileño, con la colaboración de diversas fuerzas de la sociedad".

El Secretario General de la CNBB destacó el trabajo en la evangelización, en un momento en que se ha producido un cambio sustancial en la forma de ser Iglesia, que se debe basar en estar presente, en una Iglesia que ha fomentado las comunidades eclesiales misioneras; la gestión de los bienes temporales, un desafío ante las nuevas leyes y realidades; y el diálogo con la sociedad-gobierno, destacando "el Pacto por la Vida y por Brasil, como un servicio de diálogo con la sociedad brasileña, un servicio vivido en unión con diversas entidades en defensa de la vida y de la democracia". Para Mons. Joel Portela Amado, la participación en el Sínodo sobre la sinodalidad es un motivo de alegría.

Dom Joel Portella

Invertir en sinodalidad, prioridad para el futuro

Mirando hacia el futuro, los miembros de la presidencia destacan algunas prioridades, "invertir cada vez más en la sinodalidad, acogiendo la llamada que viene del magisterio luminoso del Papa Francisco" según Mons. Walmor Oliveira de Azevedo, algo que marcará las nuevas Directrices Generales para la Acción Evangelizadora en Brasil, que "se construirán también a partir del ejercicio de la sinodalidad". Por su parte, Mons. Mario Antonio da Silva insistió en la "unidad y comunión del episcopado", junto con la insistencia en la sinodalidad.

Ante las diversas crisis: económica, política, social, del humanismo, ética, eclesial, de fe, Mons. Jaime Spengler, dijo que, al orientar las acciones del episcopado, "la mayor referencia será siempre el Evangelio del Crucificado-Resucitado, la Doctrina Social de la Iglesia y la Tradición", buscando "promover el bien común y cuidar la vida en sus diversas expresiones, para que todos tengan vida y vida en abundancia". Mons. Joel destacó los desafíos sociales, que en algunas situaciones se han agravado: el hambre, situaciones análogas al trabajo esclavo, la expoliación del medio ambiente, el aborto, entre otros. Definió estas situaciones como "formas de agresión a la vida, que deben ser defendidas incansablemente". El secretario general habló de un conjunto de cuestiones desafiantes, una única cuestión con muchas facetas, que exige "aprender a trabajar en comunión, aunando esfuerzos".

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