45 años del martirio del Beato Angelelli Mons. Dante Braida: “La sangre derramada por nuestro Beato fue por vivir el Evangelio y por llevar adelante el Concilio Vaticano II”

Beato Angelelli
Beato Angelelli

Angelelli “siguiendo las huellas de Jesús, buscó llegar a todos con su Buena Noticia, especialmente a los más alejados, a los pobres y desahuciados por las injusticias y falta de oportunidades”

“Una Iglesia abierta, que propicia la comunión y la participación de todos los bautizados, que dialoga y es servidora de la sociedad”

Reconocer “la dignidad de la mujer, particularmente de aquella de sectores más humildes”, fue algo en lo que se esforzó el beato Angelelli

El beato Angelelli derramó su sangre, “por dejarse conducir por el Espíritu Santo en el pastoreo de una Iglesia samaritana y misionera y por construir un mundo mejor donde todos estén incluidos”

Angelelli

Este 4 de agosto se cumplieron 45 años del martirio del beato Enrique Angelelli, obispo de La Rioja desde 1968 hasta su asesinato, disfrazado de accidente automovilístico, en 1976. El lema elegido para esta celebración fue "Beato Angelelli, profeta de la justicia y la paz".

El momento central fue la Eucaristía presidida por el obispo local, Mons. Dante Braida, en la catedral San Nicolás de Bari. Fue momento para recordar a alguien que marcó la vida del pueblo riojano, una memoria que hoy continua viva en las comunidades y en mucha gente.

En la homilía, el obispo definía el momento como “una memoria agradecida”, en la que celebraron “la entrega de la vida de nuestro querido padre y pastor: el beato Enrique Angelelli”, recordando así “aquél trágico y doloroso día”. En sus palabras dijo tener “muy presente a la familia de Enrique, a las comunidades en las cuales él se fue formando y forjando su vida cristiana y sacerdotal. A tantos laicos y laicas, sacerdotes, religiosos y religiosas que han compartido la vida con él y hoy nos siguen transmitiendo sus vivencias y aprendizajes junto al Obispo mártir”.

Mons. Braida

Mons. Braida recordó las palabras del beato en las exequias de Carlos y Gabriel, como él asesinados: “Esta sangre es feliz, sangre mártir, derramada por el Evangelio, el nombre del Señor, y para servirles y anunciarles la Buena Nueva de la Paz, la Buena Nueva de la felicidad”.

Para el obispo de La Rioja, “la sangre derramada por nuestro Beato fue por vivir el Evangelio y por llevar adelante los cambios discernidos y aprobados en el Concilio Vaticano II”, algo que reconoció el Cardenal Becciu en su beatificación: “Angelelli es mártir de los decretos conciliares”. Esto se tradujo en “una Iglesia abierta, que propicia la comunión y la participación de todos los bautizados, que dialoga y es servidora de la sociedad”, destacó Mons. Braida.

En su vida, Angelelli “siguiendo las huellas de Jesús, buscó llegar a todos con su Buena Noticia, especialmente a los más alejados, a los pobres y desahuciados por las injusticias y falta de oportunidades”, según el prelado, animando a “seguir tras estas huellas que él nos dejó”. Para ello, resaltó Mons. Braida, “queremos acrecentar la actitud misionera de una Iglesia en salida, atenta a responder a los signos de este tiempo desde una actitud de mayor ‘cercanía y proximidad promoviendo la cultura del cuidado, haciéndonos cargo los unos de los otros y también del cuidado de la creación, erradicando la cultura de la indiferencia, la exclusión y la confrontación’”, recordando lo afirmando en las Líneas Pastorales de la diócesis.

Monseñor Angelelli

A la luz del Evangelio del día, el obispo afirmaba que “en este tiempo, y luego de muchas postergaciones, estamos en una etapa de mayor reconocimiento de la dignidad y presencia de la mujer en diferentes ámbitos sociales y eclesiales”, invitando a “valorar a tantas mujeres que dan la vida” en los quehaceres cotidianos. Reconocer “la dignidad de la mujer, particularmente de aquella de sectores más humildes”, fue algo en lo que se esforzó el beato Angelelli. Por ello, el obispo afirmaba que, “sin dudas que hay muchos pasos que seguir dando, particularmente en la Iglesia”.

En ese sentido, en la diócesis de La Rioja se ha formado el “Área de la Mujer”, que Mons. Braida definía “como un espacio de encuentro, dialogo y esperanza, para que favorecer su rol propio de participación en la iglesia y el pueblo riojano. Un lugar para mirar, escuchar y reconocer la situación de la mujer actual, para asistir con la esperanza del evangelio a su realidad, proponiendo transformaciones concretas”.

También se refirió a los jóvenes, “que hoy luchan por salir adelante en medio de muchas dificultades”, nacidas del contexto precario, la falta de posibilidades, las adicciones. Algo que sucede “ante la indiferencia social que no llega a comprender y comprometerse decididamente con estas realidades”, insistió Mons. Braida. Por eso llamó a “cuidar y promover” a los jóvenes, que ve como “una enorme riqueza para la sociedad”. En ese punto recordaba las palabras del beato: “Ustedes jóvenes simbolizan la frescura de la vida, la plenitud y la esperanza, los que buscan e intuyen el futuro”.

Misa 45 años martirio Angelelli

Llamando a la comunidad a estar cerca de todas las realidades juveniles, el obispo de La Rioja invitó a los jóvenes a que “busquen siempre su lugar en la Iglesia y en la sociedad, fortalezcan su relación con Cristo”, pidiendo que caminen juntos como modo de crecer. Eso es algo también presente en las Líneas Pastorales diocesanas, que llaman a tener en cuenta “el mundo juvenil con sus diferentes realidades”.

Finalmente, en la fiesta del santo Cura de Ars, recordando la figura de alguien que “tanto amó su ministerio sacerdotal y lo vivió desde una profunda relación con Dios y desde un profundo amor a su pueblo”, como fue el beato, se dirigió a los sacerdotes, pidiendo reconocer su ejemplo. Antes los cambios, desafíos, límites y fragilidades, pidió a los sacerdotes poner los ojos en Jesús, Buen Pastor, vivir la fraternidad sacerdotal y entregarse con generosidad al servicio del pueblo.

Una oportunidad más para hacer memoria de aquel que derramó su sangre, “por dejarse conducir por el Espíritu Santo en el pastoreo de una Iglesia samaritana y misionera y por construir un mundo mejor donde todos estén incluidos”, insistía Mons. Braida. Por eso pedía a los sacerdotes que las enseñanzas y testimonio del beato Angelelli nos ayuden “para que seamos fieles a la vocación recibida y la vivamos con entrega generosa y alegría”.

45 años martirio Angelelli

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