XI Encuentro Continental de CEBs se celebra en Guayaquil de 9 a 12 de marzo CEBs, una invitación “a ser la pequeña Iglesia de Jesús, a estar donde los pueblos se juegan la vida”

Abertura Encuentro Continental de CEBs
Abertura Encuentro Continental de CEBs

225 participantes  están en Guayaquil, Ecuador, de 9 a 12 de marzo, para participar del XI Encuentro Continental de CEBs

El objetivo general del encuentro pretende “resonar con los clamores de los pobres y de la tierra para recrear desafiantes ministerios en el cuidado, protección y defensa de la vida digna y de la Casa Común”

Monseñor Luis Gerardo Cabrera Herrera, refiriéndose a Querida Amazonía, hacía ver a los presentes que “soñar y profetizar son dos actitudes que hay que llevar en el corazón”

Los encuentros de CEBs son momentos de hacer memoria, de pasar por el corazón lo que fue y ha madurado en los frutos

El análisis de la realidad se ha llevado a cabo en este XI Encuentro Continental, escuchando los clamores que nacen de la vida de los pueblos latinoamericanos, centrados en cuatro aspectos: social, eclesial, ecológico y los clamores de las CEBs

Socorro Martínez Maqueo
El caminar de las Comunidades Eclesiales de Base – CEBs en América Latina es un legado atesorado por varias generaciones, una invitación “a ser la pequeña Iglesia de Jesús, a estar ahí donde los pueblos se juegan la vida”, como recordaba Socorro Martínez Maqueo, coordinadora de la Articulación Continental de las CEBs ante los más de 225 participantes que de 9 a 12 de marzo están en Guayaquil, Ecuador, para participar del XI Encuentro Continental de CEBs.

Llegados de 16 países de América Latina, el Caribe y Estados Unidos, los representantes han sido invitados a reflexionar como artesanos y artesanas del Reino, teniendo en cuenta que “Escuchando a Dios en el Grito de la Naturaleza y de los Pobres, defendemos la Vida y promovemos el Reino de Dios”. En las CEBs, se recibe la convocatoria “a colaborar en la obra del Espíritu para que las personas y comunidades sean dignas, erguidas, organizadas, justas, habilitadas”, afirmaba Socorro Martínez.

El objetivo general del encuentro pretende “resonar con los clamores de los pobres y de la tierra para recrear desafiantes ministerios en el cuidado, protección y defensa de la vida digna y de la Casa Común”. Este propósito se concreta en objetivos específicos, como son celebrar los 40 años de caminar continental; resonar con los clamores de nuestros contextos para recrear y/o dilucidar los ministerios que las CEB necesitan desplegar; discernir con otras miradas y experiencias los clamores de la realidad: Sínodo Panamazónico, Juventudes, Teología Narrativa desde las Bases para asumir los compromisos que implican; intercambiar sobre diversas experiencias de las CEBs que responden al clamor de la tierra y de los pobres para un aprendizaje mutuo; y finalmente reiterar las opciones que hizo la Conferencia de Puebla y que son vigentes al caminar de las CEB hoy.

Recordando una cita del profeta Joel, muy presente en la vida del Papa Francisco, “es el espíritu que hace que los ancianos sueñen y los jóvenes profeticen”, el arzobispo local, Monseñor Luis Gerardo Cabrera Herrera, refiriéndose a Querida Amazonía, hacía ver a los presentes que “soñar y profetizar son dos actitudes que hay que llevar en el corazón”. En sus palabras se remontaba a la Conferencia de Aparecida, que definía cuatro ejes de la vida cristiana: Cristo, Iglesia, formación y Misión, lo que nos remite a la Iglesia en salida, en las periferias, un modo de evangelizar siempre presente en el caminar de las CEBs, que el arzobispo definía como espacio donde somos queridos y nos encontramos.

Monseñor Luis Gerardo Cabrera

Al hablar de la misión, Monseñor Cabrera señalaba que “se necesita gente que es capaz de dar la vida por lo que ama, ser creativos, no podemos seguir repitiendo formulas, sino responder a los desafíos actuales, ser audaces, lanzados, no podemos quedarnos solo en la protesta hay que hacer caminos”.

Los encuentros de CEBs son momentos de hacer memoria, de pasar por el corazón lo que fue y ha madurado en los frutos, momentos para recordar que el Dios de Jesús nutre nuestros anhelos profundos de hermandad, justicia e igualdad. Este caminar de las CEBs está inspirado en Medellín y Puebla, que las definen e impulsan. Son 40 años desde que en Volta Redonda, Brasil, tuvo lugar el I Encuentro Continental, que reflexionaba desde el aporte de las CEBs al proceso popular latinoamericano.

Son 40 años en los que, como se ha recordado en el encuentro, el mundo ha vivido muchos episodios, la caída del muro de Berlín, el V Centenario del Genocidio de América, la consolidación de las democracias, el crecimiento de la miseria y las migraciones, el aumento de la influencia de las corporaciones mediáticas, el fenómeno de la postverdad, la guerrilla y el narcotráfico, el feminicidio y la trata de personas, la destrucción de la Casa Común. También en la Iglesia han pasado muchas cosas, entre ellas se destacaba la Conferencia de Aparecida y la renuncia de Benedicto XVI, que tuvo como consecuencia la llegada del Papa Francisco.


El análisis de la realidad, una dinámica siempre presente en la vida de las comunidades eclesiales de base, se ha llevado a cabo en este XI Encuentro Continental, escuchando los clamores que nacen de la vida de los pueblos latinoamericanos. Estos clamores se han centrado en cuatro aspectos: social, eclesial, ecológico y los clamores de las CEBs. Podríamos decir que los clamores nos recuerdan a los salmos, a través de los cuales, el Pueblo de Israel le hacía llegar a Dios una súplica que nacía de la vida cotidiana.

Encuentro Continental de CEBs

En el clamor social, las comunidades eclesiales de base destacaban que la propiedad de la tierra está centrada en el lucro y en el uso extractivista, que genera el robo de la tierra de los indígenas y campesinos. Se vive en América Latina una imposición de políticas internacionales a los países en favor de las multinacionales que generan pobreza estructural, corrupción, desempleo, delincuencia y violencia y migración masiva. También asistimos en el continente a una manipulación mediática que genera la lucha de los pobres contra pobres apoyando los intereses de los ricos. Junto con eso, se ha destacado la realidad de los femicidios, causados por un sistema machista y patriarcal que considera a la mujer como un objeto que se compra y se vende generando violencia y trata de personas. Ante eso, los movimientos sociales de jóvenes, mujeres e indígenas, se han convertido en un instrumento de rechazo del pueblo Latinoamericano ante un sistema neoliberal opresor y voraz que destruye la vida de la mayoría.

Las CEBs claman por un acompañamiento de los sacerdotes y obispos, aunque al mismo tiempo se aboga por una articulación y organización para no depender de sacerdotes y obispos. Se ve necesaria una renovación generacional y una mayor implicación en cuestiones sociales. También se ha destacado la necesidad de formación integral y de busca una creatividad que posibilite el protagonismo en la Iglesia y la Sociedad. Finalmente se insistía en la necesidad de promover comunidades escritoras, comunicadoras y con identidad.

Los clamores eclesiales parten del dolor ante una estructura eclesial que excluye de los espacios de decisión a mujeres, jóvenes e indígenas; de practicas lejanas a la realidad pluricultural de los pueblos, motivadas por el liderazgo blanco; de ver jerarquías eclesiales al servicio del capitalismo en búsqueda de poder y privilegios. Eso lleva a las CEBs a pedir que la Iglesia sea profética, ministerial, en salida, que anuncie el Reino de Dios y su justicia con coherencia; una Iglesia Pueblo de Dios, que recupere su identidad comunitaria original, de iguales, en la cual se integre y no se discrimine la diversidad cultural.

Finalmente el clamor ecológico denuncia la mercantilización de los bienes comunes, que conduce a una pérdida de valor de la vida, como consecuencia de la contaminación del agua, la minería y los agrotóxicos. También se denunciaba la sobre explotación de los mares y el envenenamiento de los ríos, que daña la salud. Junto con eso, se condena la contaminación de las áreas verdes, consecuencia de una sociedad que prioriza el dinero. Se vive una realidad de cada vez mayor privatización, escasez de agua, desplazamiento de los campesinos, mega minería, falta de escucha a los pueblos originarios, aumento de basurales. Esa es una realidad que demanda una lucha a favor de la vida.

Encuentro Continental de CEBs 1

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