Capuchinos brasileños, con la solidaridad de sus cofrades alemanes, realizan el sueño de escuela en comunidad ticuna

La educación siempre ha sido una prioridad para la Iglesia en la Amazonía, haciendo a menudo lo que el poder público no puede o no quiere hacer. No podemos olvidar que la educación es un instrumento de empoderamiento, especialmente para los más pobres.

En la Diócesis de Alto Solimões, en la Amazonía brasileña, en la frontera con Colombia y Perú, la presencia de los frailes capuchinos a lo largo de las décadas ha ayudado a los pueblos indígenas a crecer en el campo de la educación. En la parroquia de San Francisco, de Belém do Solimões, los frailes se han comprometido a hacer realidad una Iglesia inculturada, con rostro amazónico e indígena.

Una prueba más de ello es lo que ha ocurrido en Nova Jutaí, la última comunidad del pequeño río de Belém, un lugar de difícil acceso, donde se ha inaugurado recientemente la nueva escuela construida por los Frailes Menores Capuchinos de Amazonas y Roraima. Durante la misa, presidida por Fray Paolo Maria Braghini, se bendijo el proyecto "Escuela, futuro de los niños ticuna".

La escuela, que ha sido motivo de gran alegría y gratitud para toda la comunidad, como demuestran los testimonios recogidos, es fruto del proyecto apoyado por la MZF - Missionszentrale der Franziskaner e. V. de Alemania. V. de Alemania.

En los vídeos publicados en el blog de la parroquia de Belém do Solimões, los niños, jóvenes, padres y madres, profesores y líderes de la comunidad, en lengua ticuna, muestran su gran alegría por esta nueva conquista para la comunidad y por las posibilidades de futuro que se abren. Están agradecidos a los capuchinos de Alemania, pero también a Dios, que ha suscitado la solidaridad que hace posible lo que, por el abandono del poder público, falta en tantas comunidades de la Amazonía.