Entrevista con el arzobispo de São Paulo y vicepresidente primero del Celam Cardenal Odilo Scherer: "El Sínodo supera la tendencia al antagonismo, a la polarización”

Cardenal Odilo
Cardenal Odilo

"He visto que el trabajo ha sido intenso, ha sido interesante, diría que en cierto modo diferente de lo que yo estaba acostumbrado, no en una forma de debate, de discusiones, de conferencias, sino en la búsqueda de un discernimiento, a la luz del Espíritu Santo"

El Sínodo es una invitación a todos a caminar juntos, así que ésta es una manera concreta de invitar al pueblo a caminar juntos, a discernir juntos, a dar su contribución para que el Sínodo pueda alcanzar sus objetivos

"El proceso sinodal que el Papa Francisco está impulsando en toda la Iglesia tendrá, sin duda, muchas repercusiones en procesos similares en las diócesis"

La Iglesia en América Latina y el Caribe ha clausurado las cuatro asambleas sinodales en que se dividió la Etapa Continental en la región. El Cardenal Odilo Scherer, arzobispo de São Paulo y vicepresidente primero del Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe, que participó en la Asamblea del Cono Sur, analiza lo vivido hasta ahora, destacando que todo será resumido en Bogotá antes de ser enviado a la Secretaría del Sínodo en el Vaticano.

Un Sínodo que camina "en busca del discernimiento, a la luz del Espíritu Santo", vivido en un clima más sereno de "escucha de lo que el Espíritu Santo dice a la Iglesia". Según el arzobispo de São Paulo, "el Sínodo, por la metodología adoptada, supera en cierto modo la tendencia al antagonismo, a la polarización". Un proceso sinodal que "ciertamente tendrá muchas repercusiones en procesos similares en las diócesis".

Cardenal Odilo Scherer

La Iglesia en América Latina y el Caribe concluyó las asambleas regionales de la Etapa Continental del Sínodo. Usted ha participado en la Asamblea del Cono Sur. ¿Cómo ha vivido este momento?

Son cuatro momentos de la Asamblea Continental que finalmente se resumirán en Bogotá en una gran síntesis continental. Por lo que sé, todos han seguido la misma metodología, la misma manera de reflexionar sobre el Documento de Trabajo que se ofrecía. He visto que el trabajo ha sido intenso, ha sido interesante, diría que en cierto modo diferente de lo que yo estaba acostumbrado, no en una forma de debate, de discusiones, de conferencias, sino en la búsqueda de un discernimiento, a la luz del Espíritu Santo, sobre lo que tratábamos. Y así percibir lo que el Espíritu está diciendo a la Iglesia. En este sentido, lo veo como un proceso muy interesante en la línea de lo que pide también el Papa Francisco.

Usted habla de percibir lo que el Espíritu dice a la Iglesia. Para alguien que ya ha participado en otros sínodos a distintos niveles de la Iglesia. ¿Cuál es la novedad que aporta esta metodología?

Cada momento es un momento, no es que no se haya invocado al Espíritu Santo en otros momentos, no es que hayamos dejado de estar atentos al Espíritu Santo en otros momentos. Pero ahora la propia metodología sirve para entrar en un clima más sereno de escucha de lo que el Espíritu Santo dice a la Iglesia a través de las múltiples formas de las voces del Espíritu Santo que se manifiestan en este momento.

En relación con los otros Sínodos a los que he asistido tenemos esta fase inicial del Sínodo que es una mayor implicación de la comunidad eclesial. En los otros Sínodos hubo consulta a los episcopados, a las conferencias episcopales, a los superiores mayores de los Institutos de Vida Consagrada, etcétera. Esta vez, sin embargo, el Pueblo de Dios está siendo implicado más ampliamente y en un proceso más lento, naturalmente, pero que puede ser más adecuado a la realidad.

El Sínodo es una invitación a todos a caminar juntos, así que ésta es una manera concreta de invitar al pueblo a caminar juntos, a discernir juntos, a dar su contribución para que el Sínodo pueda alcanzar sus objetivos.

Desgraciadamente, la polarización en la sociedad y a veces en la Iglesia es una realidad. ¿Cómo puede este método ayudar a superar esta realidad y a comprender que son muchas más las cosas que nos unen que las que nos separan?

Siempre es un riesgo que la cultura del ambiente social se apodere también del ambiente eclesial, y ahí tenemos que estar vigilantes precisamente, como también ha advertido el Papa Francisco, para que la mundanidad espiritual no se apodere también de nosotros. El Sínodo, por la metodología que ha adoptado, supera en cierto modo la tendencia al antagonismo, a la polarización. No las erradica en absoluto, permite visiones distintas, percepciones distintas, pero no se plantean como oposiciones excluyentes o exclusivas, sino como aportaciones en la búsqueda de un mayor entendimiento, en la búsqueda de un camino común.

Asamblea Sinodal Cono Sur Foto Oficial

Usted es arzobispo de una de las Iglesias particulares más populosas de América Latina. ¿Cómo cree que este proceso sinodal puede ayudar al camino de la Archidiócesis de São Paulo?

Estamos concluyendo en la Arquidiócesis de São Paulo un Sínodo Arquidiocesano que iniciamos en 2017, por lo que estamos completando el sexto año del Sínodo, incluso antes de que el Papa convocara el Sínodo universal. Me alegró mucho ver que nuestro Sínodo ya había optado más o menos por esta metodología, una amplia escucha del pueblo, incluso hicimos una amplia investigación para conocer mejor la realidad pastoral, la realidad religiosa de nuestro pueblo. Una encuesta también en las comunidades parroquiales para ver cómo van las cosas.

Siempre hemos tenido esta preocupación desde el principio, con esta frase del Apocalipsis de la llamada a las Iglesias de Asia Menor: "escuchemos lo que el Espíritu dice a nuestra Iglesia". De hecho, la oración al Espíritu Santo nos ha acompañado siempre. Es evidente que el proceso diocesano es más restringido que el proceso del Sínodo universal. Pero estamos concluyendo y estamos llegando a una serie de propuestas e indicaciones, de directrices que ahora tenemos que trabajar en la fase postsinodal.

Un sínodo diocesano es siempre útil y en mi opinión merece toda nuestra atención porque implica, amplía un proceso y una participación de todos los componentes del Pueblo de Dios en una diócesis. Una asamblea diocesana es un momento importante y hermoso, pero es mucho más restringido y no genera procesos de tan larga repercusión como puede hacerlo un sínodo diocesano. Por tanto, el proceso sinodal que el Papa Francisco está impulsando en toda la Iglesia tendrá, sin duda, muchas repercusiones en procesos similares en las diócesis.

Volver arriba