Ordenación de Mons. Hudson Ribeiro, nacido en la Amazonía para ser obispo en la región Cardenal Steiner llama al nuevo obispo auxiliar de Manaos a “entrar en la dinámica del servicio”

Ordenación Mons. Hudson Ribeiro
Ordenación Mons. Hudson Ribeiro

En las nueve iglesias particulares que componen el Regional Norte1 de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, seis de los doce obispos, entre titulares y auxiliares, hayan sido formados en la Amazonía

"La esencia del ejemplo de servir es dar lo mejor de uno mismo, comprometerse cuerpo a cuerpo en dar lo mejor de uno mismo"

“El obispo preside, sirve; la presidencia será justa si se transforma en servicio, o si se usa con el fin de servir, con el espíritu y el estilo del servicio”

Ser “pastor-siervo de los pequeños y olvidados, de los descartados y rechazados”, a inclinarse, escuchar y lavar con el bálsamo del amor a los hermanos y hermanas marginados”

La Iglesia de la Amazonía brasileña va cambiando de cara poco a poco. La evangelización de la región amazónica fue confiada históricamente a congregaciones religiosas, en las que la práctica totalidad eran misioneros extranjeros, que después pasaron a ser del Sur de Brasil. Poco a poco los seminarios locales se fueron llenando de vocaciones nativas, que poco a poco fueron siendo ordenados presbíteros.

Dom Hudson

Obispos amazónidas para la Amazonía

Entre esos presbíteros están surgiendo los nuevos obispos, lo que hace que en las nueve iglesias particulares que componen el Regional Norte1 de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, seis de los doce obispos, entre titulares y auxiliares, hayan sido formados en la Amazonía, algo impensables no muchos años atrás y que muestra que el camino seguido ha sido el adecuado.

Este viernes 2 de febrero fue ordenado obispo Mons. Joaquim Hudson de Souza Ribeiro, que asumió la misión de auxiliar de Manaos y este domingo 4 será ordenado Mons. Raimundo Vanthuy Neto, que el día 11 de febrero iniciará su misión en la diócesis de São Gabriel da Cachoeira, que cuenta con el mayor porcentaje de población indígena de Brasil, en torno al 90 por ciento de los habitantes de la región del Alto Río Negro.

Servir y no ser servido

El nuevo auxiliar de Manaos eligió como lema episcopal "Ministrare non ministrari" (Servir y no ser servido), relatando que aprendió sobre el servicio con su madre, que enseñó a sus hijos que “lo mejor siempre tenía que ser para los otros".  Un aprendizaje que fue aumentando en la pequeña comunidad de base, que recibía el nombre de diaconía, en la Parroquia San Pedro Apóstol de Manaos, donde participaba con sus hermanos, un lugar donde entendió que "de la misma mesa del pan de la palabra y del pan de la Eucaristía, debe brotar el compromiso de buscar y encontrar otros servicios y otros panes importantes", el pan de la justicia, de la paz, de la esperanza, igualdad, equidad, respeto a las diferencias…

Un servicio que, siguiendo a Martini, encuentra su máxima expresión en la Cruz, pues "sólo la locura de la cruz nos dará los parámetros para releer la historia del mundo como una verdadera y profunda promoción del ser humano y de sus valores, no por medio de la fuerza, del poder que viola, ni siquiera por la legitimidad de la ley, sino por el camino del servicio que se despliega en actitudes de compasión, de perdón, de misericordia, y que nos desafían a asumir actitudes proféticas basadas en los valores del Reino de Dios en el cuidado de toda la creación".

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Servir es dar lo mejor de uno mismo

En la homilía, el cardenal Leonardo Steiner, obispo ordenante destacó que en Jesús somos enviados para servir, a servir y no ser servidos, a lavar los pies, a asumir el servicio del esclavo, identificados con Jesús. Desde ahí destacó que "la esencia del ejemplo de servir es dar lo mejor de uno mismo, comprometerse cuerpo a cuerpo en dar lo mejor de uno mismo", haciendo del servicio algo que convierte a quien sirve en vida para los demás. Un servir que, en palabras de Steiner, “nace del Pueblo de Dios, de la comunidad, para el Pueblo de Dios, para las comunidades de bautizados”, insistiendo en que “el ministerio episcopal es un servicio a la comunidad de los fieles en una dinámica sinodal",

El arzobispo de Manaos recordó las palabras de Juan Pablo I, que “enseñó que el obispo preside, sirve; la presidencia será justa si se transforma en servicio, o si se usa con el fin de servir, con el espíritu y el estilo del servicio”. Para el cardenal, “el obispo es servidor de la Palabra para que ésta se convierta cada vez más en el corazón de toda la vida eclesial", algo que recordó se expresa en el rito de ordenación episcopal en el gesto de abrir sobre el ordenado el evangeliario.

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Profeta, testigo y servidor de la esperanza

Un ministerio episcopal que debe llevar a "ser profeta, testigo y servidor de la esperanza; el obispo tiene el deber de infundir confianza y proclamar a cualquiera las razones de la esperanza cristiana". Eso en la Amazonía, una Iglesia que "siempre retoma la enseñanza de Jesús: servir y no ser servido; ser siervo en todo”, resaltando el hecho de que un amazónida fuese ordenado obispo para la Iglesia en la Amazonia, que “viene aprendiendo a modelar su forma de ser iglesia misionera, sinodal y con rostro amazónico”, encarnada en la realidad, con una evangelización liberadora, “una Iglesia sin miedo a dar testimonio de la verdad, a llevar esperanza y a iluminar con justicia y fraternidad", destacó el purpurado

A su nuevo obispo auxiliar le pidió retomar las palabras de Ezequiel: ¡Señor! Voy a buscar tus ovejas y a cuidarlas, a pedir ser “pastor-siervo de los pequeños y olvidados, de los descartados y rechazados”, a inclinarse, escuchar y lavar con el bálsamo del amor a los hermanos y hermanas marginados”.

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