El estado de Amapá sufre un apagón desde el pasado 3 de noviembre Caritas Brasileña denuncia la exclusión de la Amazonía, fruto del modelo predatorio de desarrollo

Apagón en el estado de Amapá
Apagón en el estado de Amapá

“La Iglesia, siempre atenta a las necesidades de su pueblo, está en comunión en este momento de aflicción y prueba que viven nuestros hermanos y hermanas, porque "si un miembro sufre, todos los miembros participan de su sufrimiento"

“No se trata de un desastre, sino de una política de desmantelamiento y exclusión de los Estados amazónicos que sufren el modelo depredador de desarrollo, que no tiene en cuenta las realidades locales”

“Nuevo descaso político, que los lleva a un aislamiento total y provoca aún más la falta de acceso a derechos básicos, como la alimentación, la salud, el agua potable y la falta de combustible”

“Es necesario respetar la Amazonia y las políticas públicas que se apliquen en la región deben tener en cuenta la voluntad de las personas que viven en ella, el abandono y el apagón social que ha venido sufriendo el pueblo amazónico es inaceptable”

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Desde el pasado día 3 de noviembre, el estado de Amapá, en la Amazonía brasileña, sufre las consecuencias de un apagón, que afecta al 90 por ciento de su población, estimada en 861 mil personas. Esa situación ha motivado un verdadero caos, según relatos de la población local, que se debe prolongar en principio más allá de esta semana, con falta de comida, agua, combustibles, telefonía, internet.

Se han formado largas filas en los supermercados para comprar agua, que ha sido racionada, lo mismo que el pan en las panaderías, o en las gasolineras, donde las filas llegan a los 50 o 60 vehículos. En una región donde el calor es insoportable, con una temperatura media de 35 grados, a lo que se une la alta humedad de la región amazónica, los ancianos y los niños están sufriendo las consecuencias.

En medio del caos, la Iglesia católica ha reaccionado ante la situación organizando una campaña de recogida de alimentos y de agua, que ha llamado “SOS Amapá”. En una nota emitida por los obispos del Regional Norte II de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, afirman que “la Iglesia, siempre atenta a las necesidades de su pueblo, está en comunión en este momento de aflicción y prueba que viven nuestros hermanos y hermanas, porque "si un miembro sufre, todos los miembros participan de su sufrimiento (1 Cor 26, 27)”.

Cargando agua Amapá

Cáritas Brasileña Regional Norte II - Amapá y Pará, también se ha pronunciado al respecto, afirmando que “no se trata de un desastre, sino de una política de desmantelamiento y exclusión de los Estados amazónicos que sufren el modelo depredador de desarrollo, que no tiene en cuenta las realidades locales”. La Amazonía siempre ha sido vista como una fuente de recursos por parte del Estado brasileño, una política que comenzó en la época de la dictadura militar, que se perpetuó a lo largo de los diferentes gobiernos y que el actual presidente ha retomado con fuerza.

El discurso nacionalista de Bolsonaro en relación con la Amazonía poco tiene que ver con sus políticas concretas de privatización. De hecho, la energía en el estado de Amapá está hoy en manos de Isolux, empresa de capital español, que según diferentes fuentes tiene un historial de malos servicios en otros países. La empresa no ha conseguido reparar el suministro y ha pedido la ayuda de la empresa estatal Eletrobras, criticada repetidamente por Bolsonaro, claro defensor de la privatización de todas las empresas públicas.

La nota de Caritas Brasileña señala que esta situación, “exige que los dirigentes del país tomen medidas rápidas para evitar que continúe este sufrimiento a las familias amapaenses”. En ese sentido, como recoge el escrito, no podemos olvidar la situación de pandemia que estamos viviendo, algo que ha afectado gravemente a Brasil, con más de 5,6 millones de casos y 162 mil fallecidos, que ha provocado una situación de distanciamiento social. Para Caritas estamos ante un “nuevo descaso político, que los lleva a un aislamiento total y provoca aún más la falta de acceso a derechos básicos, como la alimentación, la salud, el agua potable y la falta de combustible”.

Siguiendo las reflexiones del Sínodo para la Amazonía, desde Caritas se defiende que “es necesario respetar la Amazonia y las políticas públicas que se apliquen en la región deben tener en cuenta la voluntad de las personas que viven en ella, el abandono y el apagón social que ha venido sufriendo el pueblo amazónico es inaceptable”.

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