Una visión desde la Curia sobre la Conferencia Eclesial de la Amazonía Conferencia Eclesial de la Amazonía, “una oportuna contribución en la prosecución del camino sinodal”

Asamblea Sinodal
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Ponerse “a la escucha de la voz de la tierra y de los pueblos, para dar vida a los grandes sueños que han de plasmar la realidad amazónica en los próximos años, en lo social, lo cultural, lo ecológico y lo eclesial”

“Las situaciones de la Amazonía están presentes en las otras partes del mundo. Los sufrimientos del pueblo de la Amazonía son los mismos sufrimientos de todos los pobres del mundo, de la familia humana, de la creación, y de la casa común”

“Hoy nos encontramos plenamente en este diálogo salvador entre el sufrido pueblo de Dios en la Amazonía, y el Señor Jesús encarnado en su Iglesia

Conferencia Eclesial de la Amazonía
La Conferencia Eclesial de la Amazonía pretende ser un instrumento que ayude a encarnar en la realidad local todo lo que ha ido gestándose a lo largo de todo el proceso del Sínodo para la Amazonía, una experiencia que se inició en la región, concretamente en Puerto Maldonado, con la visita del Papa Francisco en enero de 2018, que llegó a todos sus rincones en un amplio proceso de escucha, como nunca se había llevado a cabo hasta entonces, que desde la periferia llegó al centro, y que ahora vuelve al territorio.

Estamos ante una novedad que pretende establecer lazos entre la Amazonía y el Vaticano, como ha quedado demostrado en la asamblea de constitución de la Conferencia Eclesial de la Amazonía, donde a la Iglesia y las voces del territorio se han sumado representantes de diferentes dicasterios y organismos vaticanos, entre ellos los cardenales Baldisseri, Oullet, Tagle y Czerny.

Como recoge la página oficial del Sínodo para la Amazonía, el cardenal Baldisseri, Secretario del Sínodo de los Obispos, destacaba en su intervención, la importancia de ponerse, siguiendo lo que el Papa Francisco dice en Querida Amazonía, “a la escucha de la voz de la tierra y de los pueblos, para dar vida a los grandes sueños que han de plasmar la realidad amazónica en los próximos años, en lo social, lo cultural, lo ecológico y lo eclesial”. Estos sueños, recogidos en la exhortación postsinodal, deben ser “el fundamento de un fuerte empeño para encarnar la predicación, la espiritualidad y las estructuras de la iglesia”, según el purpurado italiano.

Cardenal Tagle con el Papa Francisco

Desde esa idea apuntada por algunos, que ven en esta nueva conferencia un banco de pruebas para toda la Iglesia, cobran sentido las palabras del cardenal Tagle, quien hacía ver que “las situaciones de la Amazonía están presentes en las otras partes del mundo. Los sufrimientos del pueblo de la Amazonía son los mismos sufrimientos de todos los pobres del mundo, de la familia humana, de la creación, y de la casa común”.

En ese sentido, el presidente de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, no esconde que “los ojos de las Iglesias de otras partes del mundo, están abiertos, aguardando esta asamblea de la Conferencia de la Amazonía”. Por encima de los fundamentos teológicos, pastorales, misioneros y canónicos de la Conferencia Eclesial de la Amazonía, el cardenal Tagle destaca “la comunión en la diversidad, una comunión que es el regalo, el don del Espíritu Santo, la persona divina que es la fuente de los diferentes dones y que abraza todos los dones, en comunión”.

Desde ahí se hace necesario, según el cardenal, “la necesidad de una escucha a las invitaciones, a los signos del Espíritu Santo, en una postura de oración, libertad interior, creatividad, colaboración, paciencia, abertura a los espacios, a las sorpresas y los sueños de Dios”. Esas actitudes las podemos encontrar en la Virgen María, que él define como “mujer llena del Espíritu Santo, modelo del discernimiento, valor y caridad misionera”, a quien el Papa Francisco pide que reine en la Amazonía “para que nadie más se sienta dueño de la obra de Dios”.

Es el Señor quien “si quieres, puedes ayudarnos a abrir nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral en la Amazonía y más allá. Es evidente, el Señor quiere”, según el cardenal Michael Czerny. Siguiendo el diálogo de Jesús con el leproso, recogido en capítulo 8 de Mateo, el purpurado afirma que “hoy nos encontramos plenamente en este diálogo salvador entre el sufrido pueblo de Dios en la Amazonía, y el Señor Jesús encarnado en su Iglesia”, un diálogo secular, pero intensificado en los últimos años.

Martínez de Aguirre y Czerny

Esto se hará posible, destaca el cardenal Czerny, a través de la encarnación, “de modo original en cada lugar del mundo, de manera que la Esposa de Cristo adquiera multiformes rostros que manifiesten mejor la inagotable riqueza de la gracia”, como recoge Querida Amazonía, algo que ahora, de forma estructural, se hace realidad en la Conferencia Eclesial de la Amazonía, un propuesta nacida del Sínodo.

Esa necesidad de inculturación del Evangelio y de encarnación de la fe para la vitalidad y la renovación de la Iglesia toda, es un elemento que también destaca el cardenal Baldisseri. Él vela inesperada situación creada por el Covid-19, que ha sacudido especialmente la Amazonía” como una oportunidad para que la Iglesia de la región pueda “ejercer con caridad pastoral la atención a los enfermos, a las familias, a los pobres y a todos los afectados por la pandemia”, algo que agradece, pues muestra “que amar al prójimo es servirlo en el espíritu del buen samaritano”.

El Secretario del Sínodo señala que los pasos dados para la creación de la Conferencia Eclesial de la Amazonía, “constituye una oportuna contribución en la prosecución del camino sinodal”, algo que ayuda “para dar pasos adelante en la implementación de la Exhortación Apostólica Querida Amazonía”. En su intervención, el cardenal Baldisseri ha querido destacar “mi sincero deseo de que sean bendecidos todos aquellos que trabajan por el bien de la Amazonía, luchando por la justicia social, por la preservación de su patrimonio cultural, y por la renovación integral de la ecología, continuando a regalar a la Iglesia y al mundo, hoy y siempre, nuevos rostros con rasgos amazónicos”.

Cardenal Baldisseri

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