El Curso de Verano del Centro Ecuménico de Servicios para la Evangelización y la Educación Popular (CESEEP), se ha convertido en una referencia en Brasil. En 2022 se realizará en modalidad online, "para no poner en peligro la vida de los voluntarios y participantes", la 35ª edición, del 6 al 15 de enero, con el lema "Reconstruyendo la vida y la sociedad con salud para todas las personas", y una vez más con la coordinación del Padre Oscar Beozzo y Cecilia Bernardete Franco.

Ante los retos que plantea la pandemia de Covid-19, el 35º Curso de Verano pretende descubrir y compartir "las salidas construidas por las comunidades, los movimientos sociales, medioambientales, culturales y políticos, las entidades científicas y las personas concienciadas y comprometidas, aquí y en todo el mundo".

Según los organizadores del Curso, "la situación es compleja, difícil, a veces desesperada, como experimentan dolorosamente nuestras familias e instituciones y como señalan estudios y voces autorizadas". Retomando las palabras del Mensaje del 58ª Asamblea General de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), al pueblo brasileño, el 16 de abril de 2021, "Brasil vive la profundización de una grave crisis sanitaria, económica, ética, social y política, intensificada por la pandemia, que nos desafía, dejando al descubierto la desigualdad estructural arraigada en la sociedad brasileña. Aunque todo el mundo sufre la pandemia, sus consecuencias son más devastadoras en la vida de los pobres y frágiles".

En esta coyuntura, marcada por la crisis mundial, se destacan tres aspectos que serán tratados por el Curso de Verano en los próximos tres años: la salud, tema abordado este año, para tratar de responder a la pandemia y la muerte; la educación, en 2023, frente al oscurantismo y el negacionismo; el trabajo, en 2024, frente al hambre y el desempleo.

El propósito, tal y como se recoge en el Curso de Verano, "es construir una nueva sociedad, con salud, educación y trabajo para todas las personas, dentro de un proyecto medioambientalmente sostenible, económicamente justo y socialmente igualitario, que acoja la rica diversidad étnica, cultural, lingüística y religiosa de nuestro país, respetando todas las diferencias y prestando ayuda inmediata a los más vulnerables".

Para ello, sitúan a los pueblos originarios como fuente de aprendizaje, afirmando que "traen de su pasado y de su resistencia milenaria una forma diferente de organizarse y de vivir armoniosamente entre ellos y con la naturaleza", insistiendo en que "tenemos mucho que aprender de ellos y de la sabiduría popular".

El curso comenzará analizando "la realidad y los fundamentos que justifican las elecciones entre diferentes proyectos de sociedad". En un segundo momento, partiendo de la Biblia y del conocimiento de las tradiciones de las religiones no cristianas, se discernirán "los compromisos de los cambios necesarios, para que todas las personas puedan vivir con dignidad". El 35º Curso de Verano será una oportunidad para "el intercambio de experiencias concretas de personas, grupos, comunidades e iglesias sobre las formas de sobrevivir en relación con la salud en esta época de pandemia".

Como es tradicional en el Curso de Verano, "la metodología del curso seguirá los principios de la Educación Popular, con énfasis en el intercambio de conocimientos y experiencias como punto de partida; para la profundización de los contenidos y el compromiso volviendo a las prácticas locales”. Junto a esto, el Curso de Verano "tiene como pilares estructurantes el ecumenismo y el diálogo interreligioso, el arte, el cuidado de las personas y de nuestra casa común, y el trabajo en común".

Junto a la presentación de los contenidos, habrá momentos de vivencia de la mística y el arte, así como la posibilidad de reflexionar sobre los contenidos en pequeños grupos, en las ruedas de conversación. También habrá tiempo para compartir proyectos y experiencias sobre diferentes formas de cuidar la salud.

Es un curso que se ofrece a los líderes de comunidades y movimientos sociales, con prioridad para los jóvenes y los laicos, y propone que las personas se organicen en sus lugares de origen, para seguir el curso en grupos, de modo que los temas y las experiencias sean accesibles al mayor número posible de personas de las comunidades, grupos religiosos y movimientos sociales.