40 días por el Río , a camino del Sínodo para la Amazonía 2º Día - En la Amazonía está el futuro de la humanidad

2º Día - En la Amazonía está el futuro de la humanidad
2º Día - En la Amazonía está el futuro de la humanidad

En este Sínodo Amazónico reconocemos firmemente la presencia de Dios en medio de esta realidad y en toda la belleza de la diversidad de lo creado.

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Petición Permanente por el Sínodo Amazónico al Inicio de cada Día 

Que el Dios de la vida y la belleza, el Espíritu Santo que nos impulsa hacia más fraternidad, unidad y dignidad, y el Cristo encarnado de la Buena Nueva, y de la inculturación y la interculturalidad nos den la serenidad, el discernimiento y la valentía para encontrar los nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral en este Sínodo Amazónico. Todo ello para el bien y la vida de sus pueblos y comunidades, y para caminar más juntos por el Reino”.

Meditar por unos momentos esta petición inicial, buscar la calma interior para entrar en este momento de navegar por las aguas de la Amazonía y de la vida de la Iglesia al servicio de sus pueblos y comunidades, y para escuchar el llamado de Dios a través de su palabra viva.

Lectura del día (cada uno y cada uno es invitado a profundizar en la lectura completa según su propia necesidad y criterio)

“¿Adónde iré lejos de tu aliento, adónde escaparé de tu mirada? Si escalo el cielo, allí estás tú; si me acuesto en el abismo, allí te encuentro. Si vuelo hasta el margen de la aurora, si emigro hasta el confín del mar, allí me alcanzará tu izquierda, me agarrará tu derecha. Si digo: «Que al menos la tiniebla me encubra, que la luz se haga noche en torno a mí», ni la tiniebla es oscura para ti, la noche es clara como el día. Sal 138,7-8.9-10.11-12ab

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Reflexión desde la perspectiva del Sínodo Amazónico

En este Sínodo Amazónico reconocemos firmemente la presencia de Dios en medio de esta realidad y en toda la belleza de la diversidad de lo creado. En los contrastes de este territorio que representan los cielos y el abismo, allí somos llamados a reconocer la luz de la esperanza en el Dios vivo que está presente en medio de nosotros todos los días. Este es un territorio vastísimo, uno que expresa vida como río mar que funciona como arteria central que expande la belleza y parece no tener fin. En Ti, Dios de la vida, reconocemos la promesa de la aurora, es decir, del nuevo día que habrá de sobreponerse a la oscuridad. Tú fuerza y la esperanza de tus hijos e hijas harán que la luz amanezca nuevamente en medio de estas tierras que quieren ser quemadas, deforestadas, explotadas y despojadas a sus pobladores y cuidadores originarios. En tu promesa Señor, los pueblos y comunidades Amazónicas esperan. En este Sínodo, como medio, confiamos en que te habrás de hacer propicio. 

Contemplación

Contemplemos la imagen de este día y dediquemos un momento a reconocer nuestra propia vida y experiencia en la Iglesia y al servicio de la Amazonía para pedir luz en esta palabra de Dios en preparación del Sínodo. Escribir mis peticiones particulares y permanecer en ellas durante este día. Hacemos una invitación a llevar un registro de todo lo que el Espíritu suscite en nosotros como preparación interior para el Sínodo Amazónico.

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Cita para meditación de cierre

Por eso me atrevo a proponer nuevamente aquel precioso desafío: "Como nunca antes en la historia, el destino común nos hace un llamado a buscar un nuevo comienzo […] Que el nuestro sea un tiempo que se recuerde por el despertar de una nueva reverencia ante la vida; por la firme resolución de alcanzar la sostenibilidad; por el aceleramiento en la lucha por la justicia y la paz y por la alegre celebración de la vida" (Cita de la Carta de la Tierra). Laudato Si, 207. 

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