Argentina celebra este 24 de marzo el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, el mismo día en que 45 años atrás se dio el golpe militar, autodenominado “Proceso de Reorganización Nacional”, que usurpó el poder hasta el 10 diciembre de 1983.

Coincidiendo con este día, la Iglesia argentina ha querido reflexionar, preguntarse sobre un momento histórico que marcó decisivamente la vida nacional. Por eso, en este día en que también se hace memoria de San Oscar Romero, mártir, asesinado un año antes del golpe, los obispos de Quilmes se preguntaban: ¿Dejaremos para otros una causa tan cristiana como la dignidad de la persona humana?

En sus palabras, inspiradas en Mons. Jorge Novak, primer obispo diocesano, Carlos José Tissera, Obispo de Quilmes, y su auxiliar, Marcelo Julián Margni, hacen un llamado a recordar que “se trata de realidades muy concretas y agónicas: no se puede pasar de largo indiferentemente. Porque Cristo estuvo en esos cuerpos torturados, en esos corazones desgarrados, en esos niños aterrorizados”. Son palabras dirigidas especialmente a las generaciones jóvenes, que “no permitirán evasivas ni explicaciones insuficientes”.

Son palabras que brotan del Evangelio y que nos llevan a preguntarnos si "¿Hemos aprendido lo suficiente? ¿Dejaremos para otros una causa tan cristiana como la dignidad de la persona humana? ¿O comprenderemos mejor que antes el abismal misterio de la encarnación?". La memoria de Mons. Novak lleva a los obispos de Quilmes a seguir haciendo memoria, agradecida por quienes dieron testimonio, inclusive hasta el martirio; humillada, por tantos silencios, complicidades y cobardías; esperanzada, porque se sigue trabajando por la verdad y la justicia.

La Vicaría de la Solidaridad de la misma Diócesis de Quilmes también ha llamado a proseguir la obra de los Derechos Humanos, recordando las palabras de Puebla, que denunciaba el terrorismo de estado, tan presente en América Latina a finales de la década de 70 e inicio de la década de 80. Este “modelo económico/político necesitaba del brazo militar para imponer sus condiciones, apoyo exterior para sostener intereses trasnacionales y apoyo interior de minorías ricas, con ciudadanos mal informados o desprevenidos”, recuerda la nota emitida este 24 de marzo, que hace memoria de los 30.000 desaparecidos y desaparecidas, “símbolo lacerante de una historia que en nuestra Patria decidimos decirle ‘Nunca Más’”.

45 años después, “quedan heridas abiertas”, que el texto ejemplifica en los muchos clamores que hoy se hacen presentes en Argentina, en América Latina y en el Planeta, que actualizan, en palabras de Mons. Novak “el clamor bíblico por “justicia y derecho” sigue siendo el clamor de nuestros pueblos del Tercer Mundo”. Algo que lleva a la Vicaría de la Solidaridad a lanzar preguntas que llevan a las comunidades eclesiales a preguntarse sobre la realidad del pasado y del presente.

También la Acción Católica Argentina reflexionaba sobre este Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, que recuerda “el periodo más cruento e infame de la historia argentina”. En un momento “de tanta incertidumbre, dolor, desamparo”, se llama a mirar la historia, “para no volver jamás a cometer los errores del pasado, que sembraron muerte y pusieron a prueba nuestra esperanza”. Por eso, la Acción Católica insiste en denunciar “cualquier acción que pueda instrumentar la violencia como forma de obrar del Estado y como modo de promover cambios sociales al precio del enfrentamiento fratricida”.

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