40 días navegando hacia la conversión - Viernes de la semana II 17º Día: Saber cuidar de la viña del Señor y no pensar que todo es nuestro en exclusiva

40 días de conversión sinodal
40 días de conversión sinodal

Somos llamados a una conversión de vida, que nos ayude a entender que el cuidado es la base de nuestras relaciones, que no podemos tener actitudes que acaben con la vida de nada, ni de nadie

El grito de la Amazonía alcanza a todos porque la «conquista y explotación de los recursos […] amenaza hoy la misma capacidad de acogida del medio ambiente: el ambiente como “recurso” pone en peligro el ambiente como “casa”

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Petición permanente por la conversión sinodal al inicio de cada día

Que el Dios Trinitario, ejemplo de vida en comunión, nos ayude a soñar con una Iglesia sinodal, donde sepamos descubrir los signos de los tiempos, y la presencia de un Dios encarnado de diferentes modos, en distintos lugares. Un Dios que nos ayude a discernir su presencia y a anunciarle en todos los rincones, también entre los que más lejos se encuentran; a ser una Iglesia en salida, que va al encuentro, que escucha y dialoga con todos. Que busquemos el bien para todos los que nos encontramos cada día y sepamos traer de vuelta a la Amazonía y a todos los lugares donde estemos, todo lo vivido en el proceso sinodal, y así hacer realidad aquello que Dios espera de nosotros.


Fragmento de una lectura del día (cada uno es invitado a profundizar en las lecturas completas según su propia necesidad y criterio)

Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «Escuchen otra parábola: Un hombre poseía una tierra y allí plantó una viña, la cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Después la arrendó a unos viñadores y se fue al extranjero. Cuando llegó el tiempo de la vendimia, envió a sus servidores para percibir los frutos. Pero los viñadores se apoderaron de ellos, y a uno lo golpearon, a otro lo mataron y al tercero lo apedrearon. Finalmente, le envió a su propio hijo, pensando: "Respetarán a mi hijo". Pero, al verlo, los viñadores se dijeron: "Este es el heredero: vamos a matarlo para quedarnos con su herencia". Y apoderándose de él, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron... Por eso les digo que el Reino de Dios les será quitado a ustedes, para ser entregado a un pueblo que le hará producir sus frutos.» (Mateo 21,33-43.45-46)

Reflexión desde la perspectiva del proceso sinodal amazónico

Saber cuidar de la viña del Señor y no pensar que todo es nuestro en exclusiva. No somos dueños, solo arrendatarios, no podemos querer todo para nosotros, sin pensar que Dios quiere una parte, no para Él y sí para aquellos son sus preferidos, los pequeños y los pobres.
Cuántos defensores y defensoras de la Casa Común, de la Amazonía, son golpeados, matados, apedreados, cuánto sufrimiento para aquellos que vinieron a recordar a los viñadores que la viña no es suya, que ellos ya tenían suficiente con su parte y no pueden pretender quedarse con la viña para siempre. Somos llamados a una conversión de vida, que nos ayude a entender que el cuidado es la base de nuestras relaciones, que no podemos tener actitudes que acaben con la vida de nada, ni de nadie. Dios continúa enviado sus servidores para recibir sus frutos, ¿vamos a continuar acabando con ellos?

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Contemplación

Contemplemos la imagen de este día y dediquemos un momento a reconocer nuestra propia vida y experiencia en la Iglesia y al servicio de la Amazonía para pedir luz en esta Palabra de Dios y así traer de vuelta todo lo vivido. Escribir mis peticiones particulares y permanecer en ellas durante este día. Hacemos una invitación a llevar un registro de todo lo que el Espíritu suscite en nosotros como preparación interior para poder asimilar mejor el proceso sinodal.

Cita para meditación de cierre

“El equilibrio planetario depende también de la salud de la Amazonía... Cuando se elimina la selva, esta no es reemplazada, porque queda un terreno con pocos nutrientes que se convierte en territorio desértico o pobre en vegetación. Esto es grave, porque en las entrañas de la selva amazónica subsisten innumerables recursos que podrían ser indispensables para la curación de enfermedades... El grito de la Amazonía alcanza a todos porque la «conquista y explotación de los recursos […] amenaza hoy la misma capacidad de acogida del medio ambiente: el ambiente como “recurso” pone en peligro el ambiente como “casa”». El interés de unas pocas empresas poderosas no debería estar por encima del bien de la Amazonia y de la humanidad entera”. (Querida Amazonía, 48) 

Querida Amazonía 1

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