40 días navegando hacia la conversión - Jueves de la semana II 16º Día: La ambición de los más ricos provoca el sufrimiento de los más pobres

40 días de conversión sinodal
40 días de conversión sinodal

Conformarnos con el pan de cada día garantiza no sólo nuestro futuro, sino la vida de las generaciones que nos sucederán

Todo lo que las dañe entraña efectos nocivos, como la pérdida de la libertad, la injusticia y la violencia. Varios países se rigen con un nivel institucional precario, a costa del sufrimiento de las poblaciones

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Petición permanente por la conversión sinodal al inicio de cada día

Que el Dios Trinitario, ejemplo de vida en comunión, nos ayude a soñar con una Iglesia sinodal, donde sepamos descubrir los signos de los tiempos, y la presencia de un Dios encarnado de diferentes modos, en distintos lugares. Un Dios que nos ayude a discernir su presencia y a anunciarle en todos los rincones, también entre los que más lejos se encuentran; a ser una Iglesia en salida, que va al encuentro, que escucha y dialoga con todos. Que busquemos el bien para todos los que nos encontramos cada día y sepamos traer de vuelta a la Amazonía y a todos los lugares donde estemos, todo lo vivido en el proceso sinodal, y así hacer realidad aquello que Dios espera de nosotros.


Fragmento de una lectura del día (cada uno es invitado a profundizar en las lecturas completas según su propia necesidad y criterio)

Jesús dijo a los fariseos: "Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino finísimo y cada día hacía espléndidos banquetes. A su puerta, cubierto de llagas, yacía un pobre llamado Lázaro, que ansiaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico; y hasta los perros iban a lamer sus llagas... 'Hijo mío, respondió Abraham, recuerda que has recibido tus bienes en vida y Lázaro, en cambio, recibió males; ahora él encuentra aquí su consuelo, y tú, el tormento.

Abraham respondió: 'Tienen a Moisés y a los Profetas; que los escuchen'. 'No, padre Abraham, insistió el rico. Pero si alguno de los muertos va a verlos, se arrepentirán'. Pero Abraham respondió: 'Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, aunque resucite alguno de entre los muertos, tampoco se convencerán'". (Lucas 16,19-31). 

Reflexión desde la perspectiva del proceso sinodal amazónico

La ambición de los más ricos provoca el sufrimiento de los más pobres. El modelo económico que sólo piensa en que unos pocos se sacien abundantemente, en cuanto una multitud ansía comer lo que cae de la mesa de quienes pretenden quedarse con todo, es una injusticia y un crimen. Nuestra conversión no solo tiene que ser individual, también ha de ser social, cambiar las estructuras que perpetúan los pecados de generación en generación.

Uno de los grandes desafíos, y eso lo podemos aprender entendiendo el modo de los pueblos originarios de la Amazonía, es descubrir que conformarnos con el pan de cada día garantiza no sólo nuestro futuro, sino la vida de las generaciones que nos sucederán. Una mesa abundante es un claro signo de despilfarro cuando va contra el plan de Dios. Los profetas siempre nos muestran el camino a seguir, pero no los escuchamos. No reclamemos a Dios de las consecuencias de nuestra falta de querer ver nuestros errores.

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Contemplación

Contemplemos la imagen de este día y dediquemos un momento a reconocer nuestra propia vida y experiencia en la Iglesia y al servicio de la Amazonía para pedir luz en esta Palabra de Dios y así traer de vuelta todo lo vivido. Escribir mis peticiones particulares y permanecer en ellas durante este día. Hacemos una invitación a llevar un registro de todo lo que el Espíritu suscite en nosotros como preparación interior para poder asimilar mejor el proceso sinodal.

Cita para meditación de cierre

“En Laudato si’ recordábamos que «si todo está relacionado, también la salud de las instituciones de una sociedad tiene consecuencias en el ambiente y en la calidad de vida humana […]. Dentro de cada uno de los niveles sociales y entre ellos, se desarrollan las instituciones que regulan las relaciones humanas. Todo lo que las dañe entraña efectos nocivos, como la pérdida de la libertad, la injusticia y la violencia. Varios países se rigen con un nivel institucional precario, a costa del sufrimiento de las poblaciones»”. (Querida Amazonía, 23).

Querida Amazonía 2

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