La reforma de la Curia Romana, objetivo principal de Praedicate Evangelium, la última Constitución Apostólica del Papa Francisco, es un proceso. Poco a poco, cada uno de los dicasterios debe ir concretando aquello que el documento pontificio solicita.

Promoción, protección, desarrollo

En el caso del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, que comenzó a funcionar en 2017 tras la fusión de cuatro Consejos Pontificios, Praedicate Evangelium le confía la tarea de: “’promover la persona humana y su dignidad dada por Dios, los derechos humanos, la salud, la justicia y la paz’ (PE 163 §1) en todos los ámbitos de la existencia pública y social, en la casa común confiada a nuestra única familia humana”, como informan desde el propio Dicasterio.

Lo que se les pide “es ayudar y apoyar al Santo Padre y a los obispos de todo el Mundo”, junto con todo tipo de estructura eclesial y en todo lo que hace referencia a “la promoción, la protección y el pleno desarrollo del pueblo de Dios”. Para ello asumen como tarea diaria el “escuchar, dialogar y reflexionar de manera sinodal; discernir, proponer y apoyar respuestas efectivas que se esfuercen por lograr y servir al desarrollo humano integral; y retroalimentar los resultados a las Iglesias particulares y hacer que las noticias sean ampliamente compartidas”.

Tres secciones y tres equipos

El Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral estará a partir de ahora organizado en tres secciones: Escucha-Diálogo, buscando crear puentes con quienes en todo el mundo promueven el desarrollo humano integral; Investigación-Reflexión, identificando respuestas interdisciplinares desde la doctrina social católica; Comunicación-Restitución, formulando documentos o propuestas concretas y útiles.

Un trabajo que será llevado a cabo por tres equipos: la Secretaría General, la sección de Evaluación y planificación, y finalmente aquel que se encargará de la Administración y servicios generales. Para ello, “el Dicasterio está muy atento a las preocupaciones expresadas por las iglesias locales y a las peticiones específicas que hacen sobre las realidades locales y que cambian con el tiempo”, afirman, citando varios ejemplos sobre como eso se concreta: “los derechos humanos, la salud, la justicia, el desarme y la paz, la economía, el trabajo, el medioambiente, los refugiados y los migrantes, las emergencias humanitarias, entre muchas otras”.

Agenda conformada por las iglesias locales

Una realidad que lleva a afirmar al propio Dicasterio que “nuestra agenda está conformada por los retos que las iglesias locales nos plantean”. En línea con el Papa Francisco, en el Dicasterio, “la escucha y la reflexión sinodal son la base para luego discernir, proponer y apoyar respuestas eficaces”. El objetivo es “ayudar a todo el pueblo de Dios a actuar evangélicamente en situaciones difíciles que exigen transformación, en beneficio de todos”.

Todo ello buscando que el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral “incorpore ‘la pauta de la espiritualidad del Concilio’, expresado por la ‘antigua historia del samaritano’…”, haciendo realidad “una espiritualidad que tiene su fuente en el amor de Dios que nos amó primero”, resaltando el llamado a “servir a los hermanos como Cristo, especialmente a los más necesitados, y que el rostro de Cristo se reconoce en el rostro de todo ser humano, especialmente del hombre y de la mujer que sufren”, palabras recogidas en el preámbulo de la Praedicate Evangelium.

Un proceso de cinco años que ha ido renovando y configurando la misión del Dicasterio. Una labor que ha contado con la colaboración de muchas personas en busca de hacer realidad el gran ministerio de la Iglesia de promover y servir al desarrollo humano integral. Para ello, el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral tendrá al Card. Michael Czerny S.J., como Prefecto del Dicasterio, a la Hna. Alessandra Smerilli F.M.A, como secretaria, y al P. Fabio Baggio C.S., como subsecretario. Ellos piden oraciones y apoyo, ofreciéndose para dialogar y cooperar.