El Sínodo para la Amazonía está llevando a las congregaciones religiosas a una reflexión en torno a las problemáticas que este momento está representando para la vida de la Iglesia. Se han producido muchos encuentros alrededor de esta temática, lo que muestra que, más allá de posibles documentos posteriores, el Sínodo está provocando nuevos caminos, nuevos modelos de evangelización, de enfrentar los desafíos de la misión, especialmente en la región amazónica.

La Familia Franciscana de Brasil ha organizado el Foro Franciscano para el Sínodo Pan-Amazónico, que tendrá lugar en Manaos, la mayor ciudad de la Amazonía, del 4 al 6 de julio. En el evento se invita a todos aquellos que están involucrados en el carisma franciscano, frailes, religiosas, laicas y laicos, teniendo como propósito el estudio, debate, profundización y celebración.

Francisco de Asís y Francisco de Roma son personajes en quienes muchos ven paralelismos que nos llevan a descubrir en el obispo de Roma una actualización del mensaje y las prácticas del santo que vivió hace ocho siglos. La Laudato Si recoge muchos elementos del Cántico de las Criaturas, una actitud que también se percibe en el llamado al cuidado de la Casa Común y el deseo de una Iglesia pobre y para los pobres.

En la región amazónica, la presencia de la familia franciscana es una de las más destacadas. Es por eso que la reflexión alrededor del Sínodo puede beneficiar no sólo a las diferentes congregaciones que forman parte de esa familia como a las muchas Iglesias locales donde desarrollan su trabajo evangelizador. En la programación del encuentro aparece una reflexión en torno al Instrumento de Trabajo del Sínodo, que está siendo ultimado después de los aportes del Consejo Presinodal, reunido en Roma la semana pasada, y que debe ser presentado en el mes de junio.

Igualmente va a tener lugar una reflexión sobre las cosmovisiones amazónicas, donde está anunciada la presencia del salesiano Justino Sarmento Rezende, indígena del pueblo tuyuka, asesor del Sínodo para la Amazonía, alguien que ha sabido construir puentes entre la visión indígena del mundo y la espiritualidad cristiana. También forma parte del programa la reflexión sobre los desafíos del Sínodo para la Familia Franciscana de Brasil, con la asesoría de Fray Luiz Carlos Susin, OFMCap, la dimensión mística y profética de los franciscanos y el Sínodo, con la presencia de Fray Atílio Battistuz, OFM, y la Ecología Integral Franciscana en relación al Sínodo, con las contribuciones de Fray Florencio Vaz, OFM.

"La Conferencia de la Familia Franciscana de Brasil, recibió con aprecio la convocatoria por el Papa Francisco, del Sínodo Panamazónico”, según Fray Éderson Queiroz, OFMCap, Presidente de la Conferencia de la Familia Franciscana de Brasil - CFFB. “El Sínodo en sí mismo, habla de una realidad muy próxima al movimiento franciscano: ¡caminar juntos!", afirma el franciscano, que encuentra la justificación a sus palabras en el propio fundador, pues "San Francisco de Asís, intuyó el "caminar juntos" como expresión de la Fraternidad Minorítica, pues exige escucha, mirar en la perspectiva del otro, diálogo que aproxima la comprensión y pasos en una misma dirección, como consecuente obediencia al Espíritu, que se manifiesta en la comunidad reunida".

Al hablar concretamente del Sínodo para la Amazonía, el Presidente de la CFFB, dice que "este Sínodo tiene un objetivo especial, la realidad humana, eclesial, ambiental de la gran Amazonía. Hablar de la Amazonía, es tocar las cuerdas más finas de la Espiritualidad Franciscana, su gente, su modus vivendi, su cultura, religiosidad, costumbres, ecosistemas, desafíos, amenazas, explotación. Todo esto mueve nuestro ser franciscano”. Él insiste en que "el Sínodo es un acontecimiento eclesial. Esto debería ser profundamente interpelador al franciscano y franciscana. Heredamos de San Francisco, la conciencia de la catolicidad. Por otra parte, ha sido una de las condiciones, por él establecida, para acoger a alguien como miembro de la fraternidad”.

Dada la presencia de los diferentes miembros de la familia franciscana en todos los rincones del país, el foro que va a suceder en Manaos, del 4 al 6 de julio, pretende, según Fray Éderson Queiroz, "despertar la conciencia de los hermanos y hermanas, esparcidos por todo Brasil, de que el Sínodo Pan-Amazónico, no se refiere solamente a los que viven en la Amazonía". Él insiste en que "las cuestiones que hoy dificultan el ejercicio de la vivencia eclesial, la inculturación de la fe, el sujeto eclesial, los ministerios, los múltiples desafíos para la Vida Religiosa Consagrada, de matriz europea, blanca y urbana, pueden a partir del Sínodo, encontrar respuestas y diseñar caminos nuevos".

Entre los nuevos caminos, el franciscano señala que "por otro lado, tenemos toda la cuestión ambiental. La Amazonía, es vista por el gran capital como una mina a ser explotada. Basándose en el modelo exploratorio de los grandes grupos internacionales, la Amazonía es una tierra a ser devastada. Ya tenemos indicios de ello”. Teniendo como referencia los orígenes del franciscanismo, “desde el espíritu de los orígenes del movimiento franciscano, todo lo referente al ecosistema, debe ser amado, no porque sirve a la vida humana, sino porque es nuestro hermano, nuestra hermana. La vida en sí misma, palpita en el agua, en el sol, en las plantas y en los millones de seres vivos, allí presentes. Por lo tanto, hablar de la Amazonía, en su multiplicidad de vida, es hablar de la Fraternidad Franciscana, corazón de nuestro carisma”, aspectos que concuerdan con las cosmovisiones de los pueblos originarios de la Amazonía.

Desde la visión franciscana, nadie puede olvidar que "para San Francisco, no son sólo los humanos deben ser vistos y tratados en la perspectiva de la confraternidad, sino también todo lo creado que está a su alrededor. El mismo Francisco que dice: hermana Clara, hermana Jacoba, Hermano León, hermano Rufino, hermano Bernado, hermano Pedro, dice también: hermana agua, hermana ave, hermana luna, hermano sol, hermano lobo. Hasta la muerte, fue acogida en la perspectiva de la fraternidad: ¡hermana muerte!", enfatiza el Presidente de la CFFB.

Dentro de la familia franciscana de Brasil, su Presidente reconoce que "la reflexión sinodal ha tocado más de cerca la vida de las hermanas y los hermanos que viven en la región amazónica". Esto se constata en el hecho de que "muchos están comprometidos en los diversos grupos de la REPAM, CRB, Arquidiócesis, Diócesis, Prelaturas. Crearon grupos en los frentes de trabajo para estudiar, profundizar y colaborar en las sugerencias enviadas a la Secretaría General del Sínodo. Muchas fiestas de patronos tomaron el tema y lema del Sínodo. Retiros Espirituales, asambleas de estudio, seminarios y otras actividades fueron ricamente desarrolladas, por las Fraternidades de la región amazónica".

En ese sentido, el franciscano reconoce con pesar que "tristemente, aún sentimos, la región centro-sur de Brasil, un tanto silenciosa en cuanto al Sínodo. Tengo la impresión de que muchos todavía están en la lógica: esto no tiene que ver con mi vida. Será una cosa para la Amazonía". Por eso, insiste en que "creo que mucha gente aún no ha percibido, que este Sínodo, puede tener la "magnitud volcánica" del Concilio Vaticano II". Su afirmación tiene como base el hecho de que "es imposible tratar la presencia de la Iglesia en aquella gran región, la cual está íntimamente ligada a la vida y el futuro del planeta, sin tratar de la vida y la cultura de los pueblos originarios, de la diversidad cultural, lingüística simbólica, religiosa, de aquella gente".

Esto también a a la Vida Religiosa, pues en su opinión, "el modelo de Vida Religiosa Consagrada, que usualmente encontramos en otros lugares del mundo, para la Amazonía necesita una recreación. La práctica ministerial que usualmente está centrada en los sacramentos, y para ello la necesidad de hombres célibes, o es revisada, o perderemos de una vez, nuestra interlocución con la realidad amazónica", mostrando así alternativas de nuevos caminos hacia la Iglesia. En la perspectiva de la ecología integral, afirma que "o creamos frentes organizados y articulados entre sí, para la defensa de la Amazonía, su gente, cultura y medio ambiente, o entonces, asistiremos al asalto, que ya está ocurriendo, devastando matas, contaminando ríos, matando especies nativas, sacrificando a los pueblos".

El Foro Franciscano sobre el Sínodo Pan Amazónico, que tendrá lugar en Manaos, del 4 al 6 de julio, pretende ser un despertar a todas estas cuestiones, según el Presidente de la CFFB. En ese sentido, afirma que "en el mes de agosto, tendremos nuestra Asamblea General Ordinaria, nuestro deseo, es que juntos, podamos abrazar con renovado empeño, toda la cuestión amazónica y que estemos abiertos a los caminos señalados por el Santo Padre, después de la Asamblea sinodal. Vislumbramos un camino muy bonito, intenso y no menos desafiante para toda la Familia Franciscana de Brasil".