Una reflexión sobre la familia desde diferentes puntos de vista Encuentro Jubilar y Sinodal en Roma debate sobre migraciones y transición digital en el futuro de la Vida y de la Familia

El encuentro ayudó a reflexionar y a buscar soluciones juntos, en todos los niveles de Iglesia, como Iglesia Universal, de manera sinodal, caminando juntos como Iglesia y con las organizaciones de la sociedad civil, con los gobiernos, con los organismos internacionales, buscando respuestas más adecuadas a este fenómeno de la migración de las familias
Una transformación tecnológica y digital, que ofrece “espacios de comunicación, socialización y protagonismo hasta ahora inéditos”.
Un encuentro jubilar, en el que se reflexionó sobre las deudas que tenemos como Iglesia y como sociedad ante las diferentes realidades que están enfrentando hoy las familias
Un encuentro jubilar, en el que se reflexionó sobre las deudas que tenemos como Iglesia y como sociedad ante las diferentes realidades que están enfrentando hoy las familias
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
Representantes de varios países de América Latina y de diversos países del mundo se han reunido en el Instituto Juan Pablo II de Roma en el Encuentro Jubilar y Sinodal para el Discernimiento Esperanzador sobre el Futuro de la Vida y la Familia. Una oportunidad para reflexionar sobre la familia desde diferentes puntos de vista.

Un encuentro de gran importancia
Un encuentro de gran importancia para el secretario del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, Gleison de Paula Souza, que destaca el hecho de haber reflexionado sobre la familia en el contexto de la Doctrina Social de la Iglesia. Por ello agradece a la Pontificia Comisión para América Latina, al Instituto Juan Pablo II para el Matrimonio y la Familia y también a la Pontificia Academia para la Vida, por promover este evento. Entre los temas destaca la familia, los jóvenes, la Inteligencia Artificial, la democracia, la inmigración, temas presentes en el trabajo de su dicasterio.
Migraciones y familia
La relación entre migraciones y familia, como ha hecho ver el superior general de los Scalabrinianos Leonir Chiarello, ha sido un tema abordado en el encuentro. Según el religioso brasileño, “el encuentro nos ayudó a reflexionar sobre los grandes desafíos que enfrentan las migraciones actuales, cuyas características fundamentales son, entre otras, que se trata de migraciones forzadas, cada vez más numerosas, y que son migraciones familiares. Son grupos de familias que, ante guerras, crisis económicas y sociales, se ven obligadas a abandonar su propio país, cruzando fronteras, enfrentándose a incertidumbres, separaciones y, a menudo, incluso persecuciones por parte de las autoridades, ante políticas migratorias cada vez más restrictivas que obligan a estas personas a cruzar, a menudo, las fronteras de forma irregular”.
Una oportunidad para debatir sobre la globalización de la indiferencia, un término acuñado por el Papa Francisco, que demanda una respuesta desde “la globalización de la solidaridad y la fraternidad universal”. Chiarello hablaba sobre “la globalización de la impotencia”, una realidad vivida en nuestros días, como dice León XIV, que también habla de “la globalización de la incertidumbre”. Algo que se explicita en “la incertidumbre que viven las familias que cruzan las fronteras y la incertidumbre que viven las personas también ante las respuestas que podrían dar los gobiernos”.
El encuentro ayudó a reflexionar y a buscar soluciones juntos, en todos los niveles de Iglesia, como Iglesia Universal, de manera sinodal, caminando juntos como Iglesia y con las organizaciones de la sociedad civil, con los gobiernos, con los organismos internacionales, buscando respuestas más adecuadas a este fenómeno de la migración de las familias. También “promoviendo oportunidades para que las personas migrantes puedan quedarse en su propio país y, cuando se vean obligadas a marcharse, que podamos dar, juntos, respuestas adecuadas a sus necesidades”. Un encuentro positivo, pues se buscaron soluciones y respuestas conjuntas, que debe llevar a implementar esas decisiones tomadas.

La transición digital y las familias
La vida de las familias está cambiando como consecuencia de la actual transición digital, según Andrea Ciucci, miembro de la Pontificia Academia para la Vida de la Santa Sede. Reconociendo otras transformaciones a lo largo de la historia, de la actual destaca que “la forma social en la que gran parte de la forma digital se vive hoy en día en las familias es un gran multiplicador de sociabilidad y protagonismo. La gente se reúne, habla, reacciona, no solo consume un contenido, sino que lo produce, lo transforma. Todas las familias tienen un grupo de WhatsApp”.
Una realidad que nos lleva a reflexionar sobre la desmaterialización, a una forma diferente de pensar la corporeidad, la fisicidad, incluso la intimidad, es decir, una de las cuestiones esenciales de la experiencia familiar, poniendo como ejemplo el sexting, lo que le lleva a preguntarse qué significa repensar la corporeidad en nuestro tiempo. Junto con ello, la desintermediación, en la que se saltan las relaciones entre generaciones y las personas llegan a tener conocimientos directos, lo que aporta ventajas y dificultades a la gestión y el crecimiento de la familia.
Una transformación tecnológica y digital, que, en palabras de Ciucci, ofrece “espacios de comunicación, socialización y protagonismo hasta ahora inéditos”. Una transformación que lleva a comunicarse con un cuerpo que no está presente, a transmitir valores familiares a través del smartphone y de la red, con la posibilidad de acceder a noticias, ideas y formas de pensar de manera directa, sin ninguna mediación, lo que cambia radicalmente la forma en que transmitimos ideas y pensamientos.

Encuentro jubilar con metodología sinodal
Un encuentro que Karen Castillo, de la REDLAPSI, resumía en tres ejes: un encuentro jubilar, en el que se reflexionó sobre las deudas que tenemos como Iglesia y como sociedad ante las diferentes realidades que están enfrentando hoy las familias, situaciones que amenazan la vida de sus miembros, situaciones de contexto político, económico, ecológico, de migración, de extractivismo; con una metodología sinodal que permitió la escucha, el silencio, conocer diferentes voces, realidades, experiencias, testimonios y también diferentes formas de asumir cada uno de estos retos; poder colocar en el centro la dignidad de cada una de las personas que formamos la familia humana, de tener una voz como Doctrina Social de la Iglesia, una reflexión que integre y que incorpore a la familia desde estos diferentes ámbitos que hoy está enfrentando.