Amazonizar: una lectura del Sínodo para la Amazonía Erwin Kräutler: "Las mujeres en el Sínodo fueron una revelación"

Erwin Käutler
Erwin Käutler

Amazonizar como una llamada a la lucha, a la defensa de la Amazonía y de sus pueblos

En 1990, en Icoaraci, un distrito de Belém, por primera vez los obispos de la Iglesia Católica comenzaron a preocuparse por el medio ambiente

"Brasil tiene que recordar que la Amazonía existe, Brasil tiene una enorme responsabilidad en este bioma, porque la Amazonía tiene una importancia indispensable para el clima del planeta, sin la Amazonía será un apocalipsis"

La Iglesia de la Amazonía tiene rostro de mujer, es una Iglesia misionera con rostro y metodología de mujer

"¿Por qué no podría una mujer ser ordenada para presidir la Eucaristía?"

Encuentro virtual REPAM-Brasil
La conciencia sobre la importancia de la Amazonía se ha convertido en una actitud cada vez más presente en la sociedad actual, algo que también ha tomado gran relevancia en el caminar de la Iglesia Católica. El Sínodo para la Amazonia puede considerarse como un elemento que ha dado un impulso decisivo en este intento de amazonizar el mundo y la Iglesia.

Sobre este tema, "Amazonizar: una lectura del Sínodo para la Amazonía" reflexionaban este 13 de julio, Márcia Oliveira, perita del Sínodo para la Amazonía y uno de los padres sinodales, el obispo emérito de la Prelatura de Xingú, Monseñor Erwin Kräutler. El encuentro virtual, organizado por la REPAM - Brasil y las Ediciones CNBB, de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, contó con la mediación de León Souza, articulador de la REPAM - Brasil.

Amazonizar es un verbo que ya está presente en el recorrido de la Iglesia de la Amazonía desde los años 70, según Márcia de Oliveira, cuando los obispos empezaron a pensar en la Amazonía desde quien está aquí. La profesora de la Universidad Federal de Roraima recordó una carta pastoral de 1986 en la que Monseñor Moacyr Grechi, entonces obispo de Río Branco, hablaba de Amazonizar como una llamada a la lucha, a la defensa de la Amazonía y de sus pueblos. Más tarde este término será asumido por el Consejo Indigenista Misionero - CIMI, tratando de transmitir con este término la necesidad de asumir la causa de la Amazonía como la causa de todos, especialmente la causa indígena. En un momento en que se hablaba de internacionalizar la Amazonía, el CIMI defendía la idea de Amazonizar el mundo.

Los obispos de la Amazonía comenzaron a reunirse antes de la existencia de la CNBB, recordó Monseñor Kräutler, quien recordaba como un momento decisivo el encuentro que ocurrió en Santarem en 1972, donde se descubrió un nuevo camino, siendo un momento de kairós para toda la Amazonía, eligiendo la encarnación y la evangelización liberadora como opciones fundamentales de ser Iglesia en la Amazonía. Esto se hará realidad en las comunidades cristianas de base, superando la llamada desobriga, en la que obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas viajaban durante meses y meses, a veces pasando hambre, para llevar la Buena Nueva. Su nueva función será la de coordinar las comunidades que a partir de ese momento son asumidas por hombres y mujeres laicos, que se reúnen para reflexionar sobre la Palabra.

Erwin Kräutler


Un elemento fundamental en esta nueva forma de ser Iglesia será la formación de los laicos, que empiezan a ser valorados. Junto con esto, Santarem es un momento en el que se fomenta la Pastoral Indígena en la Amazonía, en línea con el CIMI, también fundado en 1972, en el deseo de unificar el trabajo pastoral con los pueblos indígenas. Ya en ese momento los grandes proyectos, que cayeron en la Amazonía sin que se les preguntara a las amazónidas, eran una seria amenaza. Monseñor Erwin recordó que en otra reunión posterior en Manaos, la Iglesia de la Amazonía asumió la prioridad de la juventud. En su memoria histórica, recordó la reunión que tuvo lugar en 1990 en Icoaraci, un distrito de Belém, donde por primera vez los obispos de la Iglesia Católica comenzaron a preocuparse por el medio ambiente.

Amazonizar es una actitud que debe ser asumida por todos, según Márcia de Oliveira, quien dice que "no es necesario vivir en la Amazonía para dejarse Amazonizar". Ella hace una propuesta para la sociedad basada en lo que los pueblos de la Amazonía está imprimiendo en su forma de ser en la Amazonía. Estas actitudes deben ser asumidas por los que viven en las ciudades, pero también por los que forman parte de la Iglesia Católica. De hecho, la perita sinodal argumenta que una Iglesia con rostro amazónico tiene mucho que decir para la Iglesia en otras regiones. En esta dinámica de vida, es necesario aprender a cultivar estos valores dirigidos a la ecología integral, al cuidado de la naturaleza, no por miedo, sino por amor.

Sintonizar, concienciar, son actitudes necesarias para la amazonizar, según el obispo emérito del Xingu, que insiste en que "Brasil tiene que recordar que la Amazonía existe, Brasil tiene una enorme responsabilidad en este bioma, porque la Amazonía tiene una importancia indispensable para el clima del planeta, sin la Amazonía será un apocalipsis". Nacido en Austria, Monseñor Erwin insiste en que ama y se siente parte de la Amazonía, después de 55 años en la región. Desde su amplia experiencia de vida y conocimiento de la realidad, afirma que convertirse en amazónico es tomar conciencia de nuestra responsabilidad, ser sensible a la Amazonía. En esta época de pandemia, denuncia otras pandemias que muestran una falta de respeto por el corazón de la Amazonía. Por lo tanto, tomar conciencia de la Amazonía es también "levantarse contra los ataques a la Amazonía, para cuidar del último pedazo de paraíso".

Márcia Oliveira

Muchos de los debates del Sínodo ultrapasan las religiones y las diferentes iglesias cristianas, según Márcia de Oliveira. La profesora reflexionaba sobre la importancia de la presencia como Iglesia en las comunidades, defendiendo una Iglesia legitimada por la participación de los líderes locales. En esta coyuntura se hace urgente reconocer el papel de la mujer en la base. De hecho, según Monseñor Erwin Kräutler, cuando nuestra Iglesia abandona las bases, las pequeñas comunidades, cuando las comunidades ya no reciben la visita del sacerdote, el pastor comienza a ir allí, y ante la falta de visita del sacerdote, pasan a otra Iglesia. El obispo emérito de Xingú reflexionó que el sacerdote nunca está en la comunidad cuando algo sucede, hay comunidades que reciben visitas del sacerdote cada dos años y aún así lo hacen con prisa. Frente a esto, argumentó, como ha defendido hace mucho tiempo, que la elección de personas de las comunidades para presidir la Eucaristía es fundamental.

La participación de las mujeres en la Iglesia, en palabras de Marcia de Oliveira, debe estar presente no sólo en el trabajo pastoral, sino también en el ser Iglesia, en la articulación de la Iglesia en la Amazonía. Señaló que hay regiones enteras en las que las comunidades están en manos de mujeres, lo que la lleva a preguntarse por qué no se reconoce esta presencia femenina que ya está en la Iglesia. Según la perita sinodal, el Sínodo fue un momento especial para celebrar la presencia de las mujeres, destacando la participación decisiva de las mujeres en los debates en el aula sinodal, de gran calidad y fundamento. Esto también sucede en la vida cotidiana, porque según la socióloga, no se puede negar que la Iglesia de la Amazonía tiene rostro de mujer, es una Iglesia misionera con rostro y metodología de mujer. Esto exige, según ella, la necesidad de pensar en mecanismos para "romper con el patriarcado que nos oprime".

Monseñor Erwin también destacó que las mujeres en el Sínodo fueron una revelación, afirmando que "sólo me preocupaba porque no podían votar". Destacó que en la cultura amazónica, el centro de la familia es la mujer, algo que también ocurre en las comunidades, hasta un 80%, están dirigidas por mujeres con gran competencia, catequistas, que preparan y presiden el culto. Inclusive el obispo va más allá, preguntándose "¿por qué no podría una mujer ser ordenada para presidir la Eucaristía?", afirmando que sólo tendremos una Iglesia con rostro amazónico si ponemos fin a eso.

Las mujeres en el Sínodo


El obispo insiste en que el Sínodo no ha terminado, estamos en el comienzo de todo un caminar, de retomar caminos, de hacer que lo que se ha discutido y decidido vuelva a la gente, que la gente asuma el Sínodo. Según él, no podemos esperar que los cambios se produzcan de un día para otro, por lo que es necesario escuchar a la gente para ver cómo aplicar el Sínodo, por ejemplo en lo que tiene que ver con el rito amazónico, sabiendo que las liturgias tienen que tener en cuenta el contexto de los pueblos.

Esta dimensión del Sínodo como proceso también forma parte de la reflexión de Márcia de Oliveira, algo que comenzó hace muchos años, afirmando que el proceso sinodal es el caminar eclesial en la Amazonía. La profesora ve la posibilidad de extender lo que se vive en el Sínodo a toda la Iglesia, especialmente en el sueño ecológico. Esto debe llevar a repensar las prácticas pastorales y a comprender que la ecología integral debe ser asumida por toda la Iglesia, dejándose envolver por los valores de los pueblos tradicionales, que nos enseñan a cuidar lo que tenemos a nuestro alrededor, provocando un cambio de actitudes como opción de vida.

Hablando de la nueva Conferencia Eclesial de Amazonía, algo muy querido por la Asamblea Sinodal, Monseñor Kräutler subraya que lo importante es que todos los participantes tengan derecho a voto, porque la sinodalidad exige que los representantes del Pueblo de Dios en esta conferencia tengan voz y voto. Recordó las palabras del Cardenal Claudio Hummes, quien ha afirmado que la sinodalidad tiene que ser el objetivo de esta conferencia. También recordó el Pacto de las Catacumbas, que tuvo lugar el 20 de octubre de 2019, cuando fue firmado un pacto por una Iglesia con rostro amazónico, que cuida de la casa común. Señaló como gran novedad que no sólo estaba firmado por los obispos, siendo esto una expresión de la sinodalidad.

La amazonización es una necesidad cada vez más urgente, que ayuda a descubrir, en palabras del padre sinodal, que "donde otros siembran la muerte, nosotros queremos sembrar la vida". Según él, en nombre de todo lo que es sagrado, defendemos la Amazonía y sus pueblos, incluso diciendo que la Amazonía será el centro del mundo. Desde ahí, hace una llamada, ¡dejaos amazonizar! En la misma perspectiva, Márcia de Oliveira cerró su discurso afirmando que Amazonizar es lo que nos motiva a avanzar, es un llamado a continuar el Sínodo. Desde su experiencia personal, afirmó que cuanto más conozco la Amazonía más me dejo amazonizar y más puedo amazonizar otras realidades. Por esta razón, la perita sinodal destacó que más que nunca es necesario asumir la defensa de la Amazonía, de amazonizar.

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