La Iglesia en Brasil iniciará el próximo domingo, 20 de noviembre de 2022, el Tercer Año Vocacional, que durará hasta el 26 de noviembre de 2023. Es una oportunidad para "preparar a los responsables y hacerles entender que hablar de animación vocacional no es sólo hablar de la vida sacerdotal, de la Vida Religiosa, sino hablar del laicado cristiano, de la vocación a la vida, para dar este énfasis a todas las vocaciones", según la hermana Maristela Ganassini.

Trabajar la cultura vocacional

La religiosa de las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús, que fue una de las asesoras de la Tercera Etapa de la Escuela Vocacional, realizada en Manaos del 11 al 15 de noviembre de 2022, insiste en que "durante mucho tiempo se pensó en la animación vocacional para que tuviéramos sacerdotes, tuviéramos religiosas”. Ante esto, llama a "trabajar en esta perspectiva de la cultura vocacional, que es para todos, que el trabajo es con todos".

La Asesora del Sector de Juventudes y Vocaciones de la Conferencia Brasileña de Religiosos reflexionó sobre cómo llegar a los jóvenes en este trabajo, "ayudándoles en sus opciones, en su proyecto de vida, en el proceso de discernimiento, realizando así un proceso de discernimiento vocacional". Para ello, propuso el acompañamiento personalizado, que es también uno de los retos que aparece entre los objetivos del Tercer Año Vocacional en Brasil, pensado "para que llegue a las comunidades", donde se desarrollarán la mayoría de las actividades.

Animación vocacional en toda la pastoral

El objetivo es llegar a los católicos y especialmente a los jóvenes, según la religiosa, que llama a vivir "la cuestión de la cultura vocacional, para dar a conocer y así establecer esta cultura vocacional", un tema presente desde el Primer Año Vocacional en 1983. La religiosa lo ve como un tema transversal, diciendo que cree que "la animación vocacional tiene que pasar por toda la pastoral, tiene que pasar por los movimientos, tiene que impregnar e interactuar dentro de todos los movimientos de nuestra Iglesia".

En relación con la Escuela Vocacional, tiene esta preocupación por los diferentes ejes: sociológico, psicológico, antropológico, según la hermana Maristela, "precisamente para fortalecer y ayudar a los animadores vocacionales en esta perspectiva formativa, para que no sean personas que no tengan una preparación, ni teórica ni práctica”. Una escuela que busca "ofrecer contenidos, teorías, pero también acciones prácticas, talleres, donde puedan aportar subsidios muy concretos para sus realidades, para su trabajo muy efectivo". La Escuela Vocacional "abre este proceso de crecimiento personal, espiritual y también misionero" en los participantes, insiste la religiosa.

Importancia del camino sinodal

"La Iglesia en Brasil trabaja la pastoral orgánica desde hace décadas, y en los últimos años hemos reflexionado mucho sobre la sinodalidad", según Mons. José Albuquerque de Araújo. El obispo auxiliar de Manaos considera que "el camino sinodal es realmente necesario, urgente, porque es la vía que nos ayuda a dar un testimonio de comunión, de unidad, no sólo en el ámbito eclesial, sino para el mundo entero. Tenemos el sueño de que el Tercer Año Vocacional nos ayude a ver lo bueno que es caminar juntos, planificar juntos nuestras actividades pastorales, lo bueno que es involucrar a los líderes de nuestras comunidades".

Monseñor Albuquerque de Araujo, que es miembro de la Comisión Episcopal para los Ministerios Ordenados y la Vida Consagrada de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil, insiste en que este Año Vocacional no es un evento de la Comisión ni de la Pastoral Vocacional, es de la Iglesia. Sabiendo que se desarrollará en la base, espera que sea un año muy fructífero, viendo el tema y el lema "Vocación, Gracia y Misión", y "Pies en el camino y corazones en llamas", como una inspiración para darse cuenta de que "todos somos vocacionados, todos seguimos a Cristo", insistiendo en que "el Año Vocacional fortalecerá el camino sinodal que estamos haciendo".

Vocación misionera en la Amazonía

En la Amazonia los desafíos son innumerables, según el obispo, "somos pocos, estamos muy distantes unos de otros, los recursos financieros son escasos, aun así, el Espíritu Santo ha estado ayudando a la Iglesia aquí a ser creativa, audaz, profética, y en la Amazonia tenemos esta esperanza, que el Año Vocacional nos ayude a celebrar la llamada que hemos recibido y que esta dimensión misionera sea siempre parte de nuestra Iglesia". Como obispo nacido en la Amazonia, recuerda que "somos una Iglesia que nació de la acción misionera y el Año Vocacional nos ayudará también a ser misioneros, a compartir nuestra pobreza con otras regiones más necesitadas de Brasil y del mundo".

"Aquí, en la Amazonia, la dimensión misionera será siempre una fuente de inspiración para enfrentar los desafíos de la vivencia de la fe y valorar todas las vocaciones, ministerios y servicios que están aquí, especialmente el ministerio de los cristianos laicos, que son la gran fuerza de la Iglesia en la Amazonia", destaca el obispo José Albuquerque de Araújo, que llama a "despertar la vocación misionera en nuestros jóvenes".

María Élida Vital Aragua, indígena del pueblo baniwa, de la diócesis de São Gabriel da Cachoeira, participó en la Escuela Vocacional. Como laica, afirma que "la vocación es aclarar a nuestros indígenas lo que es servir a Dios en el momento de ser llamados". Considera que su participación es muy significativa, "porque llevaré muchos conocimientos y esclarecimientos a mi pueblo". En este camino vocacional, la laica indígena afirma que el mundo indígena está en el camino del trabajo vocacional, como personas que conocen la Palabra de Dios y sienten la llamada.