Una propuesta de la Comisión Episcopal para la Amazonía en Brasil Escuelas de formación en la Amazonía: formar ministros para aplicar el Sínodo
Se trata de concretar “los sueños de nuestro querido Papa Francisco sobre la misión de la Iglesia en Panamazonia después del Sínodo Especial, que tenía como tema definir nuevos caminos para la Iglesia en esta región y para una ecología integral”
“Francisco, en el proceso eclesial puesto en marcha por el Espíritu Santo en el Sínodo, sueña con una Iglesia cada vez más sinodal, es decir, basada en el sensus fidei (sentido de la fe) de todos los bautizados, una Iglesia que sale y va a las comunidades, las escucha y construye con ellas los ‘nuevos caminos’"
Las escuelas de formación, lejos de transmitir “conocimientos teóricos y abstractos a los alumnos, de arriba para abajo”, debe tener un programa “actualizado, innovado, inculturado e involucrado en todo el proceso de la diócesis o prelatura, en el esfuerzo para aplicar el sínodo en la región”
Las escuelas de formación, lejos de transmitir “conocimientos teóricos y abstractos a los alumnos, de arriba para abajo”, debe tener un programa “actualizado, innovado, inculturado e involucrado en todo el proceso de la diócesis o prelatura, en el esfuerzo para aplicar el sínodo en la región”
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
Aplicar el Sínodo en la Amazonía es uno de los desafíos que la Iglesia en la región está enfrentando. A pesar de las dificultades suscitadas como consecuencia de la pandemia del Covid-19, se están dando pasos que pueden hacer realidad una Iglesia con rostro amazónico.
Diferentes diócesis están llevando a cabo experiencias en ese sentido, con la institución de ministerios para hombres y mujeres, de catequistas y líderes comunitarios, ordenación de diáconos permanentes. Entre ellos cabe destacar el cada vez mayor número de indígenas que asumen esos servicios dentro de las comunidades amazónicas.
Desde la Comisión Episcopal para la Amazonía de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), que preside el cardenal Claudio Hummes y tiene como secretario a Mons. Erwin Kräutler, se da valor a esas iniciativas, esperando que sean una referencia para las iglesias particulares que todavía no comenzaron a desarrollar esas experiencias. Se trata de concretar “los sueños de nuestro querido Papa Francisco sobre la misión de la Iglesia en Panamazonia después del Sínodo Especial, que tenía como tema definir nuevos caminos para la Iglesia en esta región y para una ecología integral”.
El Sínodo para la Amazonía, considerado por el propio Papa Francisco como hijo de la Laudato Si, ha llevado a dar nuevos pasos en la reflexión en torno al cuidado de la casa común. Pero también ha sido una oportunidad para adentrarse en la innovación e inculturación en la realidad actual.
La ordenación de diáconos permanentes, la implementación de ministerios laicales y la apuesta por agentes de pastoral locales, especialmente indígenas, ha sido una insistencia del Papa Francisco desde el inicio de su pontificado. Como se señala desde la Comisión Episcopal para la Amazonía, “Francisco, en el proceso eclesial puesto en marcha por el Espíritu Santo en el Sínodo, sueña con una Iglesia cada vez más sinodal, es decir, basada en el sensus fidei (sentido de la fe) de todos los bautizados, una Iglesia que sale y va a las comunidades, las escucha y construye con ellas los ‘nuevos caminos’".
En esa Iglesia sinodal, las escuelas de formación, lejos de transmitir “conocimientos teóricos y abstractos a los alumnos, de arriba para abajo”, debe tener un programa “actualizado, innovado, inculturado e involucrado en todo el proceso de la diócesis o prelatura, en el esfuerzo para aplicar el sínodo en la región”. Se trata de algo que haga realidad reforma que impulsa el Papa Francisco en toda la Iglesia pretende, que lleve a “poner en marcha una Iglesia que derriba muros y construye puentes para salir al encuentro de todos, pero referentemente de los pobres”.
Lo que se busca es hacer realidad una Iglesia “que se hace próxima, 'en salida', evangelizadora, que atrae por su amor gratuito e incansable, que no apuesta por las leyes, por la disciplina, por las estructuras de su propia seguridad, que no señala con el dedo para condenar, sino que atrae por su misericordia”. Sólo la misericordia salva.
El objetivo de las escuelas de formación tiene que ser “preparar evangelizadores misioneros”, algo que presupone ser discípulos, una idea presente en el Documento de Aparecida, que tiene su fundamento en el propio Evangelio. Por eso, desde la Comisión Episcopal de la Amazonía, en una carta enviada a los obispos de la Amazonía brasileña, se insiste en que esas escuelas se multipliquen y unas inspiren a otras desde un trabajo en red.