Ha fallecido este domingo 2 de abril, después de una larga enfermedad, a la edad de 83 años, Mons. José Jovencio Balestieri, obispo emérito de la diócesis de Rio do Sul, en el estado brasileño de Santa Catarina, como ha anunciado la propia diócesis, según informa la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB).

Obispo desde 1991

Nacido en Massaranduba, estado de Santa Catarina, el 18 de mayo de 1939, ingresó en el seminario el 3 de febrero de 1951, en el colegio de São Paulo, en la ciudad de Ascurra, estado de Santa Catarina. Hizo la profesión perpetua en la Congregación de los Salesianos de Don Bosco, en Taquari, estado de Rio Grande do Sul, el 31 de enero de 1965.

Fue ordenado diácono el 8 de diciembre de 1967, en la iglesia del Colegio de São Paulo, Ascurra y sacerdote el 29 de junio de 1968, en São Paulo, en la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús. Eligió como lema sacerdotal: "Señor, ayúdame a decir sí".

Fue elegido obispo para la diócesis de Humaitá, en el Estado de Amazonas, y recibió la ordenación episcopal el 19 de mayo de 1991, en Guaramirim, estado de Santa Catarina, con el lema episcopal: "¡Aquí estoy! Ya vengo" (Is 6,8).  El 29 de julio de 1998 fue nombrado obispo coadjutor de la diócesis de Rio do Sul, asumiendo el cargo de segundo obispo diocesano el 30 de agosto de 2000. El 19 de marzo de 2008 dimitió por enfermedad y pasó a ser obispo emérito.

Condolencias de la CNBB

En Mensaje a Mons. Onécimo Alberton, obispo de la diócesis de Rio do Sul, la Conferencia Nacional de los Obispos Brasileños, a través de su presidencia ha manifestado que “se une en solidaridad a la Diócesis de Rio do Sul y a los Salesianos de Don Bosco con motivo del fallecimiento de Dom José Jovencio Balestieri, obispo emérito de esa estimada Iglesia Particular y miembro de esta congregación religiosa, el domingo 2 de abril”.

Como recoge el comunicado, “Mons. José Jovencio fue un pastor célebre por su esmero en traducir los documentos de la Iglesia de un modo más didáctico y popular. Fue diácono, sacerdote, profesor, director, ecónomo, maestro de novicios, inspector salesiano y obispo. También fue reconocido como un gran ejemplo de humildad, sencillez, espíritu misionero y amor”.

Desde el episcopado brasileño ruegan a Dios “que consuele los corazones de sus amigos y familiares y conceda a nuestro hermano el descanso eterno”.