“El Papa Francisco ha permitido a los pueblos indígenas decir lo que pensamos y proponemos para la Iglesia” Gregorio Díaz Mirabal: “Francisco es la imagen de un Papa que quiere salvar a la humanidad”

Gregorio Díaz Mirabal con el Papa Francisco
Gregorio Díaz Mirabal con el Papa Francisco

Hay muy poco tiempo y por eso es necesario entender “que el mundo es un círculo, que la vida es un círculo, que todo está conectado

Gregorio Díaz Mirabal le dijo al Papa que es muy valiente, “porque ha permitido que, por primera vez en la historia, los pueblos indígenas entren a un debate interno de la Iglesia mundial a decir lo que sentimos”

El Papa Francisco  tiene “enemigos muy poderosos dentro y fuera de la Iglesia

El Papa está pidiendo ayuda a los pueblos indígenas “para poder gritar esto y sólo ustedes lo entienden, en mi casa son muy pocos los que lo entienden

Su mensaje para la humanidad es “que despierte, que salga de su comodidad” y vea la importancia de las cosas básicas, una lucha en la que los pueblos indígenas se empeñan y resisten

Gregorio Díaz Mirabal
Si hay alguien que agradece de verdad todo lo vivido en el Sínodo para la Amazonía son los pueblos originarios, habitantes y cuidadores seculares de esta región. En su nombre habla Gregorio Díaz Mirabal, coordinador de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica – COICA. Él nos ayuda a reflexionar sobre todo lo vivido a lo largo de un proceso del que ha participado activamente, siendo uno de los representantes de los pueblos indígenas en la asamblea sinodal, que tuvo lugar en el Vaticano de 6 a 27 de octubre de 2019.

Cuando Díaz Mirabal habla del Papa Francisco se nota que es alguien a quien admira por su capacidad de lucha, que considera vital para los pueblos indígenas en el mundo. De hecho, él mismo le dijo al Papaque es muy valiente, “porque ha permitido que, por primera vez en la historia, los pueblos indígenas entren a un debate interno de la Iglesia mundial a decir lo que sentimos”, porque ha dado visibilidad a los pueblos y sus problemáticas, aunque también denuncie que hay otros sectores de Iglesia en sintonía con las grandes empresas y los presidentes de los países, “que no han aprendido del Evangelio, ni han aprendido nada de Jesucristo”. Eso le está creando “enemigos muy poderosos dentro y fuera de la Iglesia”, según Gregorio Díaz Mirabal.

Para el coordinador de la COICA, el Papa está pidiendo ayuda a los pueblos indígenas “para poder gritar esto y sólo ustedes lo entienden, en mi casa son muy pocos los que lo entienden”. Los pueblos indígenas le apoyan para “materializar esas aspiraciones que tiene el Papa Francisco”, para plantear “propuestas, soluciones y seguir caminando”, para seguir soñando con la vida, que es “el principal sueño de los pueblos indígenas”, según Díaz Mirabal, lo que “significa que la naturaleza viva”, pero también que “se mantenga el espíritu de la resistencia de nuestros pueblos, que se niegan a que sea destruida nuestra casa”.

Hay muy poco tiempo y por eso es necesario entender “que el mundo es un círculo, que la vida es un círculo, que todo está conectado”. Sólo así será posible “recuperar el daño que se ha hecho a la humanidad, el daño que se ha hecho a los seres humanos y el daño que se está haciendo a la Amazonía”, fuente de agua potable, de aire puro, de culturas y conocimientos indígenas. Su mensaje para la humanidad es “que despierte, que salga de su comodidad” y vea la importancia de las cosas básicas, una lucha en la que los pueblos indígenas se empeñan y resisten.

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¿Qué es lo que ha supuesto para los pueblos de la Amazonía todo el proceso vivido en los dos últimos años con el Sínodo para la Amazonía convocado por el Papa Francisco?

En primer lugar un saludo a todos los hermanos y hermanas de la Amazonía, pero también a todos los habitantes de este planeta, porque la Amazonía, así como el Congo y las siete regiones de los pueblos indígenas en el mundo, son vitales para esta lucha que inició el Papa Francisco con el Sínodo. Como lo hemos dicho desde la COICA, antes de la participación en el sínodo, el llamado del Papa Francisco, para un tema que estaba olvidado, para un tema que no era importante para el mundo, que era la Amazonía y sus pueblos, su gente, ha puesto ante la opinión pública mundial si necesitamos una Amazonía de pié o una Amazonía destruida, una Amazonía sin pueblos, una Amazonía comercializada, entregada al modelo de desarrollo que está destruyendo el Planeta, que está destruyendo la naturaleza, que está acabando con los espacios donde hay agua potable, donde hay selva, cultura, identidad. Sobretodo donde hay conocimientos y pueblos.

¿Qué ha supuesto, no solo para usted como coordinador de la COICA, sino para todos los indígenas que estuvieron en el Sínodo, el hecho de poder manifestarse, poder hablar en una asamblea de obispos de la Iglesia católica?

Las pocas veces que le pude decir algo al Papa Francisco le dije que es un Papa muy valiente, porque ha cometido varios sacrilegios en el poco tiempo que tiene como Papa. Sacrilegios para una Iglesia que ha estado muy lejos de los pueblos, que ha estado muy lejos de los sentimientos de los pobres de la tierra. Hay un sector de la Iglesia que está muy de acuerdo con el modelo de desarrollo actual, depredador, extractivista, y ha caído muy mal la propuesta del Papa Francisco y nuestra presencia en el Sínodo para ese sector.

Le he dicho que ha sido muy valiente porque ha permitido que, por primera vez en la historia, los pueblos indígenas entren a un debate interno de la Iglesia mundial a decir lo que sentimos, lo que pensamos y lo que proponemos para la Iglesia. No ha sido fácil, nosotros lo vimos en Roma, los temas de fondo que ha planteado el Sínodo los han minimizado, le han dado otra atención, como se quisiera decir que el Sínodo es más importante para un sector de la Iglesia que para los pueblos, para la Amazonía o para la humanidad.

En ese sentido, hemos dado un fuerte apoyo al Papa Francisco, porque él quiere sacar a la Amazonía fuera de la Amazonía para que realmente sea valorada en toda su extensión, no solo geográfica o ambiental, también social, de los pueblos que estamos allí, no solamente los indígenas, los campesinos, los afrodescendientes y toda la gente que vive en la Amazonía.

Nosotros hemos tenido dos imágenes, la imagen de un Papa que quiere salvar la humanidad, espiritualmente, materialmente, pero también confrontando la realidad. Un Papa que abre las puertas de la Iglesia, del Vaticano, que es un espacio muy exclusivo, para muy poca gente, las abre para los pobres. La otra imagen es una Iglesia que se quedó en el pasado, en las cuatro paredes, como un poder mundial, que tiene mucho poder y que está en sintonía con las empresas, con los presidentes de los países, con los que mueven el poder del mundo.

Lamentablemente ellos no dan la cara, el Papa sí da la cara, pero los que han dado la cara, han demostrado que no han aprendido del Evangelio, ni han aprendido nada de Jesucristo, que andaba caminando por las calle con mucha humildad, y que la Iglesia era la calle, el pueblo, vamos a decirlo, la selva. Nosotros nos identificamos con esa propuesta del Papa por eso.

Diferentes voces, entre los que participaron de la asamblea sinodal, señalan que el Papa siempre escuchó con especial atención las voces de los indígenas, inclusive hubo un encuentro particular entre el Papa y los indígenas que estaban en el Sínodo. ¿Eso afianza la idea de que lo que realmente le interesa al Papa son las voces que vienen de la periferia?

El Papa está lanzando un llamado al mundo cuando dice que recemos por él, que pidamos que tenga fuerzas, él nos lo dijo particularmente, para platear lo que está planteando, que no es lo normal que plantea la Iglesia en los últimos siglos, nunca se ha planteado. Entonces, es un decir aquí estoy aquí para que me ayuden, para poder gritar esto y sólo ustedes lo entienden, en mi casa son muy pocos los que lo entienden. En primer lugar eso, no solo por lo que él ha dicho que representan las culturas originarias de los pueblos indígenas, lo que representan la sabiduría indígena como un modelo de vida contrario al modelo de desarrollo actual, consumista, donde él plantea que una economía diferente, un modelo de desarrollo distinto, tiene mucho que ver con el pensamiento de los pueblos indígenas.

Al plantear eso, se está echando encima enemigos muy poderosos, dentro y fuera de la Iglesia. Cada vez que le veíamos era esa angustia de decirle al Papa, aquí estoy yo para apoyarle. Pero no es fácil y también va a depender de nosotros asumir ese compromiso como pueblo. Con eso caigo en los compromisos postsinodo, que es el momento más importante, porque ahí es donde tenemos que hacer cosas, donde tenemos que articular. REPAM, la COICA, los pueblos, organizaciones sociales, tenemos que hacer caminar el postsínodo, porque el Papa está ganado para eso, y que esa estructura, que a lo mejor es muy pesada, de la Iglesia, tiene que caminar más rápido con nosotros.

Sabemos que no es tan fácil, porque hay un gran sector de la Iglesia que solamente ha visto el Sínodo, lo de Querida Amazonía, como simplemente una carta, no ven que eso va a caminar. Pero estamos nosotros, porque necesitamos materializar esas aspiraciones que tiene el Papa Francisco y sobretodo los pueblos.

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¿En qué podría ayudar la COICA a los pueblos de la Amazonía para traer de vuelta al territorio todo lo vivido y discutido a lo largo de estos dos últimos años?

Nosotros acabamos de tener una reunión la REPAM hace poco y hemos dicho que necesitamos ver el cronograma del postsínodo, no se puede quedar en Roma eso, la buena intención del Papa, la presencia de nosotros, pero qué vamos a hacer en el territorio. Por ejemplo, la frontera norte de Ecuador, en la frontera con Colombia, donde es la zona más afectada por la minería, por el tema del extractivismo, el petroleo, la contaminación de los ríos, la minería ilegal, donde hay demasiado mercurio, las familias están sufriendo temas de salud graves, como el paludismo, el dengue, invitaremos a la REPAM y a otros actores aliados, para que ese sea el punto de partida.

Queremos plantear propuestas, soluciones, propuestas a nuestros problemas y de ahí seguir caminando, incorporando lo que nosotros planteamos al Sínodo. En este momento la REPAM es la aliada, con quien podemos hablar abiertamente de estos temas, pero también ver cómo lo planteamos ante otros sectores de la Iglesia.

Ha hablado de Querida Amazonía, la exhortación del Papa Francisco, ¿podemos decir que Querida Amazonía, inclusive en el lenguaje, hablando de sueños, ha captado elementos esenciales del mundo indígena y ha tratado de llevarlos a la reflexión de la Iglesia católica?

Es un esfuerzo importante para dar a conocer lo que realmente significa la Amazonía, sus pueblos, su cosmovisión, los diferentes pueblos que en este momento estamos en una encrucijada, con muy poco tiempo para revertir todo el daño que hay en la Amazonía. Pero lo vemos más como un mensaje para otros sectores que si se suman pueden ayudar mucho, si cambian su actitud pueden ayudar muchos, porque la Amazonía, en este momento, está en una crisis casi que terminal. Estamos contra el tiempo, estamos en una situación de nuestros pueblos que lo podemos decir sin miedo, nuestros ríos, nuestras montañas, nuestra cultura se enfrentan a un proceso de extinción en mi corto plazo si no nos organizamos, si no nos unimos, si no hacemos la alianza.

Ese mensaje es un llamado a la reflexión global, más que todo hacia Europa, Estados Unidos, Asia, que es de donde viene esa propuesta tan fuerte de explotación de la Amazonía en términos de desarrollo, recursos naturales, agua, minería, petroleo. Nosotros aspiramos a que realmente, ojalá haya llegado a esos sectores de poder. Pero también nos ha causado mucha indignación que hayan minimizado esa carta al tema si se pueden ordenar las personas que casadas. Es una falta de respeto, una humillación al contenido de la carta del Papa. Como yo lo digo, a veces los salvajes son otros, a nosotros nos dicen salvajes, pero con esa actitud pareciera que ellos fueran los salvajes, porque no entienden el mensaje que está mandando el Papa Francisco.

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Habla de las grandes empresas, de los gobiernos, ¿cómo todo lo vivido en el Sínodo para la Amazonía puede ayudar a tener una postura más firme y enfrentar de una manera más correcta la acción destructiva que llevan a cabo las grandes empresas con el apoyo de la mayoría de los gobiernos?

Nosotros también entregamos una carta al final del sínodo, pidiéndole al Papa que revisara que sectores de la Iglesia están invirtiendo en petroleo, en minería en la Amazonía. También, detrás de todo eso, hay un Pacto de Leticia, que han propuesto algunos gobiernos de la cuenca amazónica, liderados por Colombia, donde participaron algunos presidentes. Ojalá ese pacto se pueda discutir con los pueblos indígenas. Nosotros aspiramos a que el Papa también ayude a realizar ese Pacto de Leticia, para ver como se apoya a la Amazonía.

También está el Tratado de Cooperación Amazónica, que prácticamente está desapareciendo, está inactivo, donde los estados tienen una gran responsabilidad, todos los países de la cuenca. Con estas acciones que se están haciendo a nivel global, nosotros creemos que el Papa Francisco es un aliado fundamental para la articulación de sectores que son progresistas, que nos pueden ayudar, pero va a ser muy importante la actitud que tiene el Papa en este momento, de buscar ese acercamiento, y nosotros también con las actividades que hagamos como COICA, buscar la articulación y generar una propuesta concreta.

Estamos en un momento en que estamos construyendo una propuesta de acción en la Amazonía, sabemos que vamos a contar con el apoyo del Papa Francisco, pero se necesita el apoyo de la gente que está haciendo incidencia en la cuenca amazónica, que son las empresas, los gobiernos, y apostamos por hacer ese esfuerzo.

En el número 14 de Querida Amazonía, el Papa Francisco dice que las operaciones económicas que damnifican a la Amazonía, la falta de respeto a los territorios, la falta de consulta previa, es algo que hay que llamarlo con el debido nombre: injusticia y crimen. ¿Cómo unas palabras tan firmes pueden ayudar a los pueblos indígenas a impulsar todavía más las luchas que llevan a cabo desde hace muchos años?

En este momento, en América Latina en general, desde Chile hasta, vamos a hablar, Estados Unidos, tenemos grandes problemas, como el feminicidio, como el etnocidio. Los países han firmado acuerdos para destruir la Amazonía en busca de recursos económicos. El tema de la consulta previa, de la legalización de los territorios indígenas, de la protección de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario, de la protección a las familias indígenas tiene que ver mucho con lo que está diciendo el Papa, que prácticamente es el grito de todos los pueblos indígenas de América Latina.

Es un escenario muy complejo el 2020, pero también de muchas oportunidades para posicionar una propuesta, exigir esos derechos, que ya están en las leyes y convenios internacionales, pero que no se respetan. Eso es una solidaridad con lo que está pasando en Brasil, el Papa se ha solidarizado con ese mensaje con lo que está pasando también en Colombia, en Bolivia, donde no solamente está muriendo la naturaleza, sino que están muriendo también los líderes y lideresas indígenas por defender el territorio. En este momento, eso está pasando y las más afectadas en este caso han sido las mujeres.

Es grave lo que está pasando con las mujeres, con los líderes y realmente nosotros hemos visto que un mensaje más claro que el que ha dado el Papa Francisco no lo hemos oído en ningún presidente de ningún país, no lo hemos oído en ningún ministro, no lo hemos oído de ningún banco, como el Banco Mundial o el Banco Interamericano, no lo hemos oído ni siquiera de la Unión Europea. El Papa Francisco ha sido muy valiente, ha lanzado un mensaje muy directo, muy claro.

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El Papa Francisco, en el número 7 de Querida Amazonía, nos dice lo que él sueña para la Amazonía. ¿Qué es lo que usted sueña para la Amazonía?

Cuando se hablan de sueños para la Amazonía, el Papa Francisco cuando escucho en el pre-sínodo, cuando llegó a Puerto Maldonado, que oyó a los pueblos de la Amazonía peruana, y luego cuando estuvo en el Sínodo, que oyó a los pueblos de la Amazonía en su conjunto y la consulta que se hizo con la REPAM, yo creo que el principal sueño de los pueblos indígenas es la vida, y la vida significa que la naturaleza viva, que se respeta la vida, que se respete la Madre Naturaleza, la Pacha Mama. Porque si muere, si cae la selva, caen los pueblos, cae la identidad, cae la familia, lo hemos dicho, que si permitimos que la Amazonía sea deforestada, sea destruida, que la frontera agrícola, los agro negocios destruyan la Amazonía, mueren los pueblos indígenas, es una cuestión de vida.

El sueño es que se mantenga la vida, que la Madre Naturaleza, las montañas, los ríos, los conocimientos indígenas sigan respirando, sigan viviendo, porque sino ya sería un genocidio completo. El sueño es que se mantenga el espíritu de la resistencia de nuestros pueblos, que se niegan a que sea destruida nuestra casa. Pero también que sea respetada la lucha de los pueblos, porque ya hay suficientes argumentos científicos para que entienda el otro mundo que la naturaleza debe seguir de pie. Los pueblos indígenas de la Amazonía deben seguir existiendo.

¿Cuál es el mensaje que lanza a la Iglesia católica y a los pueblos indígenas, de cara al futuro, después de todo lo vivido a lo largo de este proceso sinodal?

Que hay muy poco tiempo, hay muy poco tiempo para la Iglesia, hay muy poco tiempo para los pueblos indígenas, hay muy poco tiempo para el Planeta, para la humanidad. Si no entendemos que el mundo es un círculo, que la vida es un círculo, que todo está conectado, va a ser muy tarde recuperar el daño que se ha hecho a la humanidad, el daño que se ha hecho a los seres humanos y el daño que se está haciendo a la Amazonía. La Amazonía, lo que ha hecho ha sido dar agua potable a la humanidad, aire puro a la humanidad. La Amazonía ha dado culturas, conocimientos indígenas para la humanidad y aún así, no recibiendo nada a cambio, todavía la quieren destruir, quieren que la Amazonía caiga con sus pueblos, con su gente.

El mensaje para la humanidad es que despierte, que salga de su comodidad, que salga del aire acondicionado de las oficinas, que vean el sol, que valoren la importancia del sol, de la luna, del aire que respiramos y del agua que bebemos. Si se acaba el agua vamos a morir todos, y eso es lo que estamos haciendo, estamos destruyendo todo lo que queda para la vida. No puede ser, la humanidad no puede seguir durmiendo, tiene que despertar y los pueblos indígenas, en resistencia, estamos diciendo eso.

COICA

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