El coordinador de la COICA participa del Foro "Del Derecho al Agua al Derecho a la Esperanza" Gregorio Díaz Mirabal: “No queremos la vuelta a la normalidad, que está destruyendo nuestra casa y nos pone en peligro de extinción”

Gregorio Díaz Mirabal
Gregorio Díaz Mirabal

“¿Por qué no se puede incorporar nuestra visión que supere la visión del agua como mercancía?

“La política pública debe partir de la implicación de la realidad, de un camino de conversión que nos ayude a transformar

“Esta pandemia ha destacado la conexión entre el agua, el saneamiento y la salud pública

"El problema del agua es una pandemia silenciosa que provoca millones de muertes todos los años"

Foro Virtual
El diálogo entre diferentes actores siempre ha sido un elemento fundamental en la construcción de caminos de futuro. Está dinámica resulta decisiva en el momento actual, pues así podremos establecer “espacios de aprendizaje que nos lleven a un ámbito dialogal en la gestión de políticas públicas”, como afirmaba Luis Liberman en el tercer encuentro virtual del Foro “Del Derecho al Agua al Derecho a la Esperanza”, organizado por el Instituto para el Diálogo y la Cultura del Encuentro y la Red Eclesial Panamazónica – REPAM.

El tema del encuentro llevado a cabo este 15 de julio ha debatido sobre el tema: “Después de la pandemia, Desafíos para el Estado: gobernanza, regulación y políticas públicas”. Entre los expositores se encontraban representantes de instituciones públicas, del mundo académico, las organizaciones indígenas y la propia Iglesia católica. Juntos han ido avanzando en un diálogo que puede ayudar a entender que “el desarrollo solo puede concebirse para todos y de forma transgeneracional”, como afirmaba Liberman, que como en otros encuentros ha ido conduciendo el debate junto con Gabriela Sacco.

En representación de la REPAM, su secretario ejecutivo, partía de la idea que “la política pública debe partir de la implicación de la realidad, de un camino de conversión que nos ayude a transformar”. En esa perspectiva, Mauricio López destaca la importancia de estos encuentros virtuales como espacio para tender puentes y tejer caminos juntos. No podemos olvidar, que “la política pública es la expresión más alta de caridad y compromiso”, lo que hace que la Iglesia no pueda permanecer al margen ante el dolor ajeno, siendo necesario su compromiso en una actuación eficaz y transformadora desde la política, desde el compromiso, enfatizaba Mauricio.

La Laudato Si debe llevar a reflexionar sobre algunos elementos presentes en ella, como el drama del inmediatismo, olvidando que el tiempo es superior al espacio, la necesidad de generar procesos, más que generar espacios de poder, elementos en los que ha insistido Mauricio López. En ese sentido, él considera la encíclica del Papa Francisco como una “cátedra de discernimiento político, especialmente aplicable en este tiempo de pandemia, un espacio que nos lleva a no eludir la situación y desde ahí delinear una visión humanista con perspectiva de largo plazo”. En esa reflexión, el secretario ejecutivo de la REPAM subraya la importancia decisiva de la presencia de los pueblos originarios, que nos pueden dar claves para la transformación.

Mauricio López con el Papa Francisco

Frente a algunas acusaciones que a veces se lanzan, Mauricio López insistía en que la Iglesia no está en contra del desarrollo, lo que afirma es que se respeten las leyes nacionales e internacionales, que la política esté al servicio de la vida. En ese sentido, en la Amazonía, muchos grandes proyectos que se venden como limpios, en realidad no tienen esa condición, pues afectan decisivamente a la forma de vida de los pueblos. Por eso, es necesario conciliar el derecho al desarrollo con el derecho social y cultural, una idea defendida por el Papa Francisco, lo que se debe traducir en respeto al territorio, a la identidad cultural y a la consulta previa.

Eso es algo en lo que la Iglesia, que asume y pide perdón por los errores, ha participado durante muchos años, a través de mujeres y hombres que se han encarnado y dado la vida por el territorio. Es una Iglesia que despierta, denuncia, que forma parte de los procesos de participación política. En ese sentido, podemos decir, según Mauricio que el Papa Francisco es la consecuencia de un camino histórico que viene del Concilio Vaticano II, gestado en trabajo de denuncia y de formación, que una vez más pone de manifiesto la necesidad de una conciencia de fragilidad y finitud, la necesidad de conexión.

Desde el ámbito institucional, Benedito Braga, presidente de la Sabesp, empresa que gestiona el agua en São Paulo, partía de que en la Laudato Si, el Papa Francisco nos lleva a preocuparnos por el cuidado del agua y del medio ambiente. En la coyuntura actual, “esta pandemia ha destacado la conexión entre el agua, el saneamiento y la salud pública”, según Braga, que destaca la importancia de tener agua segura para la higiene, que antes de la vacuna es la forma de llevar adelante este situación. Él destaca la necesidad de desarrollar resiliencia al riesgo, a través del desarrollo de las instituciones, las infraestructuras y la información.

Desde su gestión en el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento, Enrique Cresto reconocía que millones de argentinos tienen problemas de acceso al agua y al saneamiento. Eso demanda un trabajo en conjunto entre las diferentes instituciones, federales, provinciales, municipales, así como agendas con los organismos internacionales. De hecho, "el problema del agua es una pandemia silenciosa que provoca millones de muertes todos los años", en opinión de Cresto, que demanda la urgencia de entender el tema del agua como cuestión prioritaria dentro de las agendas de los dirigentes y los que elaboran los presupuestos. Junto con eso, debe hacerse un esfuerzo en la ampliación del acceso al agua segura.

Foro del Derecho al Agua

La pandemia actual ha provocado la necesidad de que las instituciones den a las personas las condiciones de tranquilidad para poder estar en casa en este tiempo de pandemia, entre las que se encuentra el acceso al agua, una reflexión que llevaba a cabo Santiago Ochoa, vicepresidente de aguas y saneamiento de EPM, en Medellín. En muchas ciudades, la falta de acceso al agua es algo que siempre ha estado ahí, a lo que nos hemos acostumbrado, generando lo que él denomina un estrés hídrico, motivado por el crecimiento de la población y la concentración en el sector urbano, provocando un desbalance entre donde se genera y se demanda el agua, que exige definir estrategias para armonizar oferta y demanda, buscar como preservar las fuentes de agua y entregar una agua de calidad.

En referencia al agua, Santiago Ochoa ve necesario concienciar de manera holística a los usuarios sobre su importancia. De hecho, se ha ido perdiendo el valor del agua, algo que se ha descubierto en esta pandemia. Eso demanda algunos retos, como seguir innovando en los medios de acceso al agua, mantener la calidad de servicio de lo que ya tenemos construido y evitar la quiebra de las empresas del sector. En esa reflexión sobre el agua, José Luis Gil, ex consejero de Medio Ambiente del gobierno de Cantabria, defendía la necesidad de promover una nueva gobernanza del agua adaptada a las diferentes realidades. Él defiende la necesidad de una relación ambiental estratégica, así como de una directiva marco de agua, que busque el buen estado ecológico de las aguas. De hecho, la importancia del agua es tal que ningún elemento como el agua puede ser una herramienta tan propicia para avanzar en el diálogo, inclusive entre países que están o han estado en guerras recientes.

Los pueblos originarios de la Amazonía viven el momento actual con mucho dolor y luto por el contagio y muertes provocadas por el coronavirus, según José Gregorio Díaz Mirabal. En una región donde “los indígenas somos muy pocos y estamos en el camino de riesgo de un etnocidio”, el coordinador de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica – COICA, dice vivir sentimientos de dolor, rabia, impotencia, pero también esperanza y resistencia por la vida. Él líder indígena dice sentir mucha tristeza, porque “en este momento la humanidad sigue perdiendo la conciencia, no quiere despertar, estamos perdiendo la batalla por la defensa del agua, de la naturaleza”.

Los pueblos indígenas, enfatiza Díaz Mirabal, “ya vamos para 50 años diciendo lo mismo, nuestra cosmovisión de la vida, que todo está conectado, que el agua tiene espíritu, vida, habla”, insistiendo en que el agua tiene un espíritu de sanación y que su visión del agua es muy distinta de la visión del desarrollo. En medio de una crisis mundial moral y política, donde hay una extrema pobreza, con demasiados excluidos y pocos privilegiados, el coordinador de la COICA denuncia “la crisis estructural de nuestros gobiernos, la falta de voluntad política de enfrentar la pandemia de falta de salud, educación, de un diálogo constructivo, de falta de acciones concretas más allá de proyectos y consultorías que no funcionan, porque fueron hechos sin consulta previa”. Junto con eso, denuncia la corrupción en todos los sistemas de gobierno, la falta de cumplimiento de las leyes, nacionales e internacionales, sobretodo las que benefician a los pueblos indígenas.

Gregorio Díaz Mirabal con el Papa Francisco

Partiendo de la idea de que el agua tiene vida, Díaz Mirabal se pregunta “por qué no se puede incorporar nuestra visión que supere la visión del agua como mercancía”, garantizando el acceso al agua a todos los pueblos, frente al sistema actual que beneficia a las actividades económicas. El líder indígena insiste en que “no queremos la vuelta a la normalidad, que está destruyendo nuestra casa y nos pone en peligro de extinción”, afirmando que “no nos entienden, no quieren saber de nuestra cosmovisión”. Eso demanda “un equilibrio entre lo que nosotros pensamos y lo que los gobiernos quieren para sus pueblos”, proponiendo “un diálogo transparente, que genere una propuesta de salvación para la Amazonía, que respete nuestra cosmovisión, nuestra casa y nuestro espíritu”.

La reflexión desde el mundo académico, en este caso de Diane Desierto, de la Universidad de Notre Dame, parte de la idea de que “los gobiernos locales tienen que asumir regulaciones”, enumerando algunos problemas a la hora de concretar el derecho humano al agua, entre ellos la participación y la transparencia en la toma de decisiones. Nos encontramos ante una realidad, todavía más visible en este tiempo de pandemia, en que el derecho humano al agua se ve limitado. Siendo una obligación del estado, Diane Desierto se pregunta por qué eso no se implementa, lo que la lleva a cuestionar dónde encajar el derecho humano al agua, y a pensar en como diseñamos las políticas públicas que hacen referencia al derecho al agua.

En el mismo ámbito académico, Danya Tavela, reflexionaba sobre la pandemia como uno de los primeros eventos universales en que los seres humanos enfrentamos un enemigo común. Sin embargo, falta una coordinación a nivel mundial, pues la OMS no tiene capacidad decisoria, según la vicerrectora de la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires. Como camino de futuro, insiste en la necesidad de cooperación basada en el diálogo y en la construcción de la casa común, sobretodo pensando en como ayudar a las clases más desfavorecidas. En su opinión, la situación de pobreza y vulnerabilidad que va a marcar el futuro, exige una construcción colectiva que otorguen tranquilidad social, una actitud solidaria frente al abismo que sigue.

El ser humano tiene gran capacidad de adaptación, lo que Danya Tavela ve como un riesgo que evita comprender la magnitud del cambio que vamos a enfrentar. Ella defiende la necesidad de un cambio de hábitos y costumbres, algo no posible para algunos colectivos, que no tienen derecho al acceso a recursos universales. Por eso, ante los fuertes cambios que se avecinan, ve la necesidad de espacios de reflexión y diálogo que permitan niveles de consenso que nos permitan salir adelante. Se demanda un nuevo orden más inclusivo, una confluencia de líderes de los diversos sectores sobre como generar los recursos necesarios de una forma diferente, un mundo más igual, políticas distributivas, lo que necesita de acuerdos políticos y sociales.

Para llevar eso a cabo, la vicerrectora de la UNNOBA demanda una inteligencia colectiva para no cometer errores que consoliden las situaciones preexistentes. Eso se conseguirá con un enorme desafío de construir una sociedad más cooperativa, donde las consecuencias del virus van a aumentar las dificultades. Por eso ve la necesidad de líderes que nos unifiquen, un escalafón en el que coloca al Papa Francisco, que nos lleven a respetar la casa de todos y preocuparnos por el cuidado unos de otros. Siempre en la dinámica de construir más diálogo como camino de futuro para la casa común, en comunión con los que más nos necesitan.

Foro del Agua

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