Consolidar el papel del Trabajo Organizado en la construcción de una economía más justa y sostenible III Encuentro Sinodal Fratelli Tutti: “Compromiso de trabajo conjunto entre el mundo del trabajo organizado y la Iglesia”

III Encuentro Sinodal Fratelli tutti en Washington
III Encuentro Sinodal Fratelli tutti en Washington

Un encuentro histórico que ha permitido avanzar en la agenda de cooperación sobre trabajo digno y el cuidado de la Casa Común entre organizaciones del trabajo organizado y redes eclesiales

Se definió fortalecer el espacio de diálogo Norte-Sur, ampliando la participación de organizaciones del trabajo, comunidades organizadas y redes internacionales que promuevan el bien común

“Poder entender mejor lo que tenemos en común como Iglesia, buscando como defender la dignidad del ser humano”, y junto con eso, “poder extender la mano a personas con otras perspectivas, como parte de la misión de la Iglesia”

Un encuentro histórico que ha permitido avanzar en la agenda de cooperación sobre trabajo digno y el cuidado de la Casa Común entre organizaciones del trabajo organizado y redes eclesiales. Así ha sido definido el III Encuentro Sinodal Fratelli tutti: Diálogo Socioambiental Norte-Sur, realizado en Washington DC, los días 28 y 29 de julio, en la sede de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), del que se acaban de conocer sus conclusiones en un comunicado final.

III Encuentro Sinodal Fratelli tutti

Colaborar para un trabajo digno y una economía inclusiva

De hecho, “fue una experiencia muy enriquecedora, ya que se estableció un compromiso de trabajo conjunto entre el mundo del trabajo organizado y la Iglesia”, como reconocen los organizadores, el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM) y la Pontificia Comisión para América Latina (PCAL). Del encuentro participaron más de 40 organizaciones del Trabajo Organizado de América del Norte, Centro y Sudamérica, junto a representantes de organismos internacionales y redes eclesiales, representantes sindicales, empresariales y de las comunidades organizadas de América Latina y Norteamérica, que acordaron fortalecer la colaboración con la Iglesia y organismos internacionales en favor del trabajo digno y una economía inclusiva. Junto con ellos, organismos multilaterales como la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Comisión Católica Internacional para las Migraciones (ICMC).

Los participantes, como recoge el comunicado final, “asumieron el compromiso de fortalecer la cooperación intersectorial Norte-Sur y colaborar con la agenda del Papa León XIV y de las Conferencias Episcopales, aportando propuestas para consolidar el papel del Trabajo Organizado en la construcción de una economía más justa y sostenible”. Un encuentro que contó con la orientación del obispo de Jales (Brasil), Reginaldo Andrietta representando al Sur, del obispo de Brownsville (Estados Unidos), Daniel Flores, por el Norte, y del Nuncio Juan Antonio Cruz, observador permanente de la Santa Sede ante la Organización de Estados Americanos.

Una Iglesia abierta al diálogo con todos

En los dos días de reunión se debatieron “los desafíos de la transición justa, el trabajo digno, el desarrollo humano integral y el cuidado de la Casa Común, en línea con el llamado del Papa Francisco a ‘construir puentes de reconciliación, inclusión y fraternidad’ y con la exhortación del Papa León XIV a una Iglesia abierta al diálogo con todos”, reconoce el comunicado.

Como parte de los acuerdos alcanzados, se definió fortalecer el espacio de diálogo Norte-Sur, ampliando la participación de organizaciones del trabajo, comunidades organizadas y redes internacionales que promuevan el bien común. Se acordó también realizar un encuentro en Roma en 2026, ampliando la convocatoria a representantes del Sur Global y a sectores estratégicos de la energía, la tecnología y la industria alimenticia, claves para construir una economía más justa y sostenible. No puede ser ignorado que las organizaciones participantes representan a millones de trabajadores y a comunidades organizadas centrales en toda América, mientras que las organizaciones empresariales agrupan a sectores muy relevantes de las economías del continente.

Mons. Lizardo Estrada

Presencia episcopal

Un encuentro para “caminar juntos, encontrar en el diálogo, en la escucha, las cosas que favorezcan al mundo en este momento”, en palabras del secretario general del CELAM, Mons. Lizardo Estrada, que insistió en crear puentes para favorecer el diálogo y encontrar puntos comunes para el bien de la humanidad. Fueron días para “escuchar y entender mejor las condiciones, especialmente de los trabajadores, a los inmigrantes, a los empresarios y con los desafíos que estamos viviendo como comunidades”, subrayó Mons. Daniel Flores. Para el obispo de Brownsville se trata de “poder entender mejor lo que tenemos en común como Iglesia, buscando como defender la dignidad del ser humano”, y junto con eso, “poder extender la mano a personas con otras perspectivas, como parte de la misión de la Iglesia”, siendo un “tiempo de realmente escuchar para entender”.

Por su parte, el obispo de Jales, Reginaldo Andrietta destaca que “este diálogo socioambiental es una iniciativa de Iglesia católica, pero abierta también a muchos participantes del mundo laboral”. Para el obispo, “estamos potencializando el diálogo Iglesia y sociedad en un punto que también es muy urgente, que son los problemas ambientales asociados a los problemas sociales”. Desde ahí hizo un llamado a unirse, algo que se lleva a cabo con “una articulación muy amplia de todos los que quieren cambios profundos en el modelo económico, que es predatorio del medio ambiente y también no es razonable socialmente”. Por eso, subrayó “la importancia también de estar uniendo fuerzas vivas de la sociedad latinoamericana y del Norte de América para que juntos podamos encontrar soluciones para estos problemas urgentes de la sociedad mundial”.

Tender puentes con todos los sectores

Desde el mundo sindical, Alejandro Gramajo, de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) de Argentina, resaltó el debate en torno a temas de carácter estratégico, tratando de encontrar respuestas a problemas comunes que tiene la humanidad, desde la cultura del encuentro y con la idea de tender puente con todos los sectores para encontrar respuestas a los problemas del trabajo, al problema del medio ambiente, a los problemas de la de la pobreza y a los problemas de desigualdad que está atravesando nuestro mundo. Un encuentro que puede ser un modelo para repetir en todos los países, según Clete Kiley de Unite Here/Chicago Federation of Labor.

Una oportunidad muy buena para fortalecer las alianzas sociales con participación del movimiento sindical”, algo que considera muy importante el uruguayo Juan Pablo Martínez, coordinador político de la Confederación Sindical de Trabajadores y Trabajadoras de las Américas. Dice estar convencido de que “para contribuir a la justicia social, a la democracia, a la de los derechos humanos, necesitamos construir un espacio de articulación del sur global y de todo el mundo con el norte global basado en este tipo de alianzas estratégicas de los actores sociales que hoy actuamos en nuestros países, en nuestras regiones y en el mundo”. De ahí la importancia del encuentro para conocer otras organizaciones, también la Iglesia católica, que “abre un espacio muy importante para fortalecer la acción conjunta”, teniendo como resultado ideas, propuestas y “la convicción de continuar en este proceso de trabajo conjunto”.

Ataques contra la democracia

Fredrick Redmon, representante de American Federation of Labor and Congress of Industrial Organizations (AFL-CIO), mostró la importancia de la reunión “debido a los ataques contra la democracia, que exigen que en este momento se unan las personas de fe, los sindicatos, las personas y las comunidades de buena voluntad que creen en la justicia y la libertad”.

En la misma línea, Gerardo Martínez, secretario de Relaciones Internacionales de la Confederación General del Trabajo de Argentina, subrayó la importancia de la diversidad de pensamiento presente: empresarios, la Doctrina Social de la Iglesia y representantes sindicales, que ofrece “un razonamiento amplio de cómo actuar, cómo proceder para lograr un mundo mejor, un mundo más solidario, con justicia social, donde se comprenda el vínculo que debe haber entre el capital y el trabajo”. Llamó a un camino conjunto entre empresarios y trabajadores y de la necesidad de “lograr una región donde la justicia social, el bienestar, la calidad de vida y el cuidado ambiental sean valores que representen los pilares de la gran América”.

Rocío Sáenz, de Services Employees International Union afirma la importancia de “poder tener una voz en este momento importante y que la Iglesia nos haya puesto junto con movimientos populares, organizaciones, empresarios”, para abordar el cuidado de la casa común y buscar acciones en vista de la mejora de las condiciones de trabajo, de la vida en comunidad y en las familias, para poder tener un mundo mejor.

Milena Poloni

Avanzar juntos

Desde el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra, de Brasil, Milena Poloni, subraya el valor de estos encuentros intersectoriales para discutir, debatir y proponer soluciones reales para la vida de los pueblos de las Américas, buscando “soluciones y salidas a los problemas y dilemas que vivimos hoy en día en nuestros países, porque todos compartimos los problemas y las contradicciones, y estamos aquí precisamente para analizarlos, llegar a un consenso, pero también, sobre todo, para avanzar juntos, para superar todas estas crisis y contradicciones.

Un encuentro para “intercambiar diversas perspectivas entre distintos actores sociales del mundo del trabajo organizado”, según la peruana Ana Facho Ortiz, de la Juventud Obrera Cristiana de América. El también peruano, Ítalo Cardona, de la Organización Internacional del Trabajo, afirmó la urgencia en el mundo actual de un diálogo sobre la justicia social. De ahí la importancia del encuentro para escuchar los retos y dificultades, “para construir juntos y juntas soluciones que nos puedan orientar para avanzar en nuestra historia, defender nuestra casa común y poder avanzar en la construcción de un nuevo contrato social con miras a impulsar la justicia social”.

Para José Medina Mora Icaza, de la Confederación Patronal de la República Mexicana, el propósito de la empresa es la formación integral de los colaboradores y esto lo entendemos en las cuatro esferas: intelectual, física, social y espiritual.

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