"Somos de paz, pero no somos cobardes, y no nos escondemos", afirma Monseñor Sergio Castriani La Iglesia de Manaos sale a la calle en busca de paz

La Iglesia de Manaus pide paz
La Iglesia de Manaus pide paz

La Iglesia de Manaos también ha querido salir a la calle para mostrar la repulsa a una realidad cada vez más presente en la región amazónica

Esa situación “no se resuelve armando a la población y dando a la policía licencia para matar, porque están muriendo los desprotegidos, los pobres, los excluidos del banquete

En el marco del Sínodo para la Amazonía, la dimensión de la conversión ecológica tiene una importancia decisiva en la región amazónica

Tantas familias que lloran la falta de los suyos, pero que no pierden la esperanza de ver días mejores

En la calle en busca de paz
La violencia se ha instalado como una realidad cotidiana en la sociedad brasileña, muchas veces tolerada, e incluso fomentada, por un gobierno que promueve el uso de armas y hace la vista gorda ante los continuos asesinatos de líderes indígenas y comunitarios, ante la muerte de inocentes en las periferias de las ciudades. Esa es una situación ante la que la Iglesia católica se ha ido posicionando claramente en contra, con pronunciamientos como el reciente del presidente del episcopado, Monseñor Walmor Oliveira de Azevedo, donde hacía una llamada a la sociedad y al gobierno a tomar postura para superar esta situación.

La Iglesia de Manaos también ha querido salir a la calle para mostrar la repulsa a una realidad cada vez más presente en la región amazónica, donde el número de asesinatos ha alcanzado números alarmantes. De hecho, la capital del estado de Amazonas está entre las 50 ciudades más violentas del mundo, una lista de la que forman parte 14 ciudades brasileñas.

Coincidiendo con la Jornada Mundial de la Paz, que la Iglesia celebra todo 1 de enero, Monseñor Sergio Castriani, administrador apostólico hasta la llegada del nuevo arzobispo, Monseñor Leonardo Ulrich Steiner, el próximo 31 de enero, convocó a todas las parroquias y áreas misioneras a realizar una caminata para pedir la paz, para decir que “somos de paz, pero no somos cobardes, y no nos escondemos”. Lo hacía el 8 de diciembre, fiesta de la Patrona de la archidiócesis, días después de la muerte de un catequista indígena, a manos de “un bando de cobardes que se esconden en el anonimato de grupos marginales, que se colocan como señores de la vida y deciden matar como acto cotidiano para intimidar a las personas y grupos de bien”, decía Monseñor Castriani.

Caminata por la Paz

Ante esa situación, dirigiéndose a la multitud que se congregaba en la celebración eucarística, afirmaba que “no cederemos en la búsqueda de la paz”, exigiendo la intervención del Estado, muchas veces omiso ante una sociedad enferma, que necesidad una mejora en las políticas públicas como instrumento de superación de la violencia. Con palabras fuertes, denunciaba que esa situación “no se resuelve armando a la población y dando a la policía licencia para matar, porque están muriendo los desprotegidos, los pobres, los excluidos del banquete”. De hecho, en palabras del arzobispo, Brasil puede estar caminando hacia una guerra civil.

En las caminatas llevadas a cabo en muchas parroquias de Manaos se ha tenido muy presente el Mensaje del Papa Francisco para esta jornada, que tenía como lema, “La Paz como camino de esperanza: diálogo, reconciliación y conversión ecológica“. Tener esperanza es una actitud fundamental, que en palabras del Papa, “nos da alas para avanzar, incluso cuando los obstáculos parecen insuperables”. Por eso, en consonancia con lo señalado por el arzobispo de Manaos, Francisco insistía, hablando sobre las consecuencias de la violencia, que son situaciones “que no dejan de afectar especialmente a los más pobres y a los más débiles”.

En el marco del Sínodo para la Amazonía, la dimensión de la conversión ecológica tiene una importancia decisiva en la región amazónica, siendo algo que “nos lleva a renovar la llamada a una relación pacífica entre las comunidades y la tierra, entre el presente y la memoria, entre las experiencias y las esperanzas”, según el mensaje, que ve la necesidad de “un cambio en las convicciones y en la mirada, que nos abra más al encuentro con el otro y a la acogida del don de la creación”.

Buscando la paz

En la Amazonía, los defensores de la casa común están en el punto de mira de quienes defienden un tipo de sociedad basado en el expolio de los recursos. Por eso, el Papa Francisco nos indica la necesidad de “preocuparse por las condiciones y modelos de sociedad que favorecen el florecimiento y la permanencia de la vida en el futuro, de incrementar el bien común de toda la familia humana”, una actitud que también debe suponer “una transformación de las relaciones que tenemos con nuestros hermanos y hermanas, con los otros seres vivos, con la creación en su variedad tan rica, con el Creador que es el origen de toda vida”.

La Iglesia de Manaos ha salido a la calle, lo ha hecho para recorrer tantos lugares donde han caído aquellos que han sido víctimas de una violencia deshumana. Ha salido a la calle junto con quienes han visto como los suyos ya no están más con ellos, hombres y mujeres, generalmente jóvenes, que han dejado un vacío irreemplazable en tantas familias que lloran la falta de los suyos, pero que no pierden la esperanza de ver días mejores, en los que la paz domine ante tantas situaciones de violencia instaladas en la sociedad brasileña.

Caminhada Paz

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