Gran esfuerzo en todo el país para conseguir oxígeno La Iglesia brasileña se pone manos a la obra ante la grave crisis sanitaria en Manaos

Mons. Walmor Oliveira de Azevedo
Mons. Walmor Oliveira de Azevedo

Este viernes, 15 de enero, eran enterradas 213 personas en Manaos, cuando la media antes de la pandemia era de 28. Entre los sepultados, 30 de ellos habían muerto en sus casas, por la falta de lugar en los hospitales

El Regional Norte 1 de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil – CNBB, ha promovido una campaña de solidaridad, llamada "Amazonas y Roraima cuentan con tu solidaridad", que en las primeras horas ya ha recaudado más de 20 mil euros, llegados de todos los rincones del país

“La gravísima situación de la ciudad de Manaos es un llamado urgente para los cristianos y para todas las personas sensibles al sufrimiento de los demás, es hora de ayudar

“No es posible que Brasil olvide al pueblo de la Amazonía en una hora tan cruel y se tapen los oídos ante el clamor de quien está muriendo"

Falta oxígeno en Manaos

La pandemia del Covid-19 está provocando graves consecuencias en las últimas horas en el estado brasileño de Amazonas, especialmente en su capital, Manaos. Ante esa situación la Iglesia católica brasileña se ha organizado para ayudar a enfrentar una situación que está provocando un alto costo de vidas humanas. Este viernes, 15 de enero, eran enterradas 213 personas en Manaos, cuando la media antes de la pandemia era de 28. Entre los sepultados, 30 de ellos habían muerto en sus casas, por la falta de lugar en los hospitales.

La falta de camas y de oxígeno ha hecho de Manaos una ciudad instalada en el caos, donde la policía está protegiendo los hospitales ante posibles altercados. Ante esa situación, la Iglesia de Brasil se ha organizado para buscar recursos que ayuden a aminorar la situación. El Regional Norte 1 de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil – CNBB, ha promovido una campaña de solidaridad, llamada "Amazonas y Roraima cuentan con tu solidaridad", que en las primeras horas ya ha recaudado más de 20 mil euros, llegados de todos los rincones del país, donaciones particulares, de empresas, parroquias, diócesis, congregaciones religiosas, poniendo de manifiesto la solidaridad de los brasileños. Algunas diócesis han anunciado que todas las colectas de este fin de semana serán destinadas a ayudar al estado de Amazonas.

A la campaña se han unido diferentes pronunciamientos desde distintos ámbitos eclesiales. El propio Regional Norte 1 de la CNBB, en una nota, decía que "expresa su preocupación y solidaridad con el pueblo que sufre las consecuencias de la falta de camas de hospital, atención médica y oxígeno". Los obispos han mostrado "nuestra indignación por la situación que estamos viviendo, dado que los informes de los científicos y epidemiólogos, que llevan varios meses anunciando la llegada de una segunda oleada, no siempre han sido escuchados, y no se han tomado las medidas sanitarias adecuadas".

La nota del Regional Norte 1 pide a las autoridades "que hagan todo lo posible por evitar el mayor número posible de muertes, y a la población del estado de Amazonas, que cuiden y respeten los decretos promulgados, como instrumento para ayudar a contener los efectos de la segunda ola de la pandemia". Al mismo tiempo se ha hecho "un llamamiento a la prioridad del Amazonas en materia de vacunas", expresando "nuestra solidaridad y oración por aquellos que viven momentos de dolor y sufrimiento".

Hospital en Manaos

El presidente de la CNBB, Monseñor Walmor Oliveira de Azevedo también ha lanzado un vídeo en el que afirmaba que “la gravísima situación de la ciudad de Manaos es un llamado urgente para los cristianos y para todas las personas sensibles al sufrimiento de los demás, es hora de ayudar”. Su presidente ha afirmado que “la CNBB colaborará para llevar oxígeno a los hospitales de la capital del Amazonas”, pidiendo a los líderes empresariales, emprendedores, clase política, que ofrezcan su ayuda. En sus palabras, una vez más, como ya ha hecho varias veces en las últimas semanas ha renovado el pedido de una vacunación urgente y ha denunciado a “los especuladores que se benefician de las pérdidas de los demás”, algo que también se está viendo en Manaos, donde el precio del oxígeno en las últimas horas ha alcanzado precios exorbitantes.

Como reconoce el presidente del episcopado brasileño, el empeoramiento de la pandemia en todo Brasil evidencia “la fragilidad en la planificación, en las acciones del poder público”. Por eso, ha señalado que somos llamados a actuar, a entender “que cada persona es corresponsable por la otra, usando máscara, cultivando la distancia social, evitando las aglomeraciones”. Monseñor Walmor ha hecho un llamado a “un nuevo estilo de vida, sin ufanismos o negacionismos”. Finalmente ha pedido a Dios “que proteja a todos los brasileños, con especial atención a los pobres, los indígenas, los quilombolas, los ancianos, los enfermos y los vulnerables”.

Otro pronunciamiento importante ha sido el de Monseñor Erwin Kräutler, quien denunciaba que “nuestras hermanas y hermanos están muriendo de asfixia, una muerte terrible”. El presidente de la REPAM-Brasil manifestaba apoyo a los angustiosos llamamientos para que “el gobierno proporcione inmediatamente cilindros de oxígeno a los hospitales de Manaos y de la Amazonía”.

Alguien que es misionero en la región desde hace más de 50 años denunciaba que “no es posible que Brasil olvide al pueblo de la Amazonía en una hora tan cruel y se tapen los oídos ante el clamor de quien está muriendo, y de sus familiares y profesionales de la salud, que no pueden atender a los enfermos por falta de oxígeno y tienen que mirar pasivamente cómo los enfermos mueren asfixiados por la falta de oxígeno, en condiciones terribles”.

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