El Santuario Nacional de Aparecida acoge el lanzamiento Inicia el Tercer Año Vocacional en Brasil: "Hablar de los carismas que Dios da a cada uno"

Lanzamiento del Tercer Año Vocacional en Brasil
Lanzamiento del Tercer Año Vocacional en Brasil

"Una Iglesia de comunión, una Iglesia de sinodalidad, que sea una Iglesia del Vaticano II, que tenga el espíritu de una Iglesia misionera, una Iglesia en salida, una Iglesia abierta a los pobres, una Iglesia que se ponga al servicio de Jesucristo en su vida entregada a la humanidad de hoy, según las necesidades de nuestro tiempo"

La vocación laical nos remite al "verdadero sujeto eclesial, maduro en la fe, testigo del amor a la Iglesia, al servicio de los hermanos, que permanece atento a la Palabra de Dios, obediente a la inspiración del Espíritu, que tiene el valor de dar testimonio en defensa de los hermanos"

Aprender con los jóvenes, a estar con ellos, a sentir y vivir lo que ellos viven

Este domingo, 20 de noviembre, la Iglesia en Brasil iniciará su Tercer Año Vocacional con el tema "Vocación, gracia y misión" y el lema "Corazones en llamas, pies en camino". En el ámbito nacional, el año comenzó con la celebración de la Eucaristía en el Santuario Nacional de Aparecida, precedida de una conferencia de prensa que contó con la presencia de Mons. Joao Salm, presidente de la Comisión de Ministerios Ordenados y Vida Consagrada de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), la hermana Maristela Ganassini, asesora del Sector de Juventudes y Vocaciones de la Conferencia de Religiosos de Brasil (CRB), y la presidenta del Consejo Nacional del Laicado de Brasil (CNLB), Sonia Gomes de Oliveira.

Dom Salm

Responder a las necesidades de nuestro tiempo

El Año Vocacional 2023 surgió del IV Congreso Vocacional Brasileño, posteriormente aprobado por unanimidad por la Asamblea General de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil. Con el tema y el lema, intentaron "reflejar lo que la Iglesia necesita en este momento, lo que podría ser, de hecho, una respuesta e inspiración para esta experiencia tan especial, todo un año dedicado a la cuestión de las vocaciones", según Mons. João Salm. El presidente de la Comisión para los Ministerios Ordenados y la Vida Consagrada de la CNBB destacó entre los elementos recogidos "una Iglesia de comunión, una Iglesia de sinodalidad, que sea una Iglesia del Vaticano II, que tenga el espíritu de una Iglesia misionera, una Iglesia en salida, una Iglesia abierta a los pobres, una Iglesia que se ponga al servicio de Jesucristo en su vida entregada a la humanidad de hoy, según las necesidades de nuestro tiempo".

El obispo de Novo Hamburgo destacó la importancia de trabajar la vocación como "una experiencia, una realidad que concierne a toda vida humana", insistiendo en que cada bautizado, "todos y cada uno, vive una vocación específica". Recordando la exhortación del Sínodo sobre los jóvenes, el obispo definió la vocación como "un entrelazamiento entre Dios que toma la iniciativa y la persona humana en su libre respuesta", subrayando la dimensión de la libertad presente en toda vocación. De ahí surge la visión de la vocación como gracia, como don, como algo que tiene una dimensión de Misterio, presente en el tema, y el encuentro con Jesús, que hace arder el corazón y nos pone en camino, elemento presente en el lema, insistió Mons. Salm.

Dar a nuestros jóvenes la oportunidad del despertar vocacional

Los otros dos años vocacionales, celebrados hace 40 y 20 años, "aportaron la perspectiva del camino hacia la cultura vocacional”, algo que tiene como objetivo este tercer año, buscando "dar a nuestros jóvenes la oportunidad del despertar vocacional", según la hermana Maristela Ganasini. La religiosa destacó que la primera vocación es a la vida, que luego lleva a hacer una elección por una vocación específica. La religiosa de las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús destacó la importancia de que éste sea "un tema transversal, que atraviese nuestras comunidades, nuestras familias”. Junto a esto, "sensibilizarse, mirar todas las vocaciones", sin quedarse sólo en ser sacerdote o hermana. 

También destacó la importancia de la teología de la gracia, de ser misioneros, de la Iglesia en salida, del acompañamiento personalizado de los jóvenes y de hacer una invitación directa a las vocaciones específicas. Esto con el ejercicio diario de la oración, en un espíritu de comunión que nos conecta con Dios y con nuestros hermanos. Otro elemento que debe estar presente, según la religiosa, son los equipos vocacionales, tratando de fomentar una dinámica que impregne todas las pastorales y movimientos.

Sonia

Vocación a partir del Bautismo

La vocación laical nos remite al "verdadero sujeto eclesial, maduro en la fe, testigo del amor a la Iglesia, al servicio de los hermanos, que permanece atento a la Palabra de Dios, obediente a la inspiración del Espíritu, que tiene el valor de dar testimonio en defensa de los hermanos", según Sonia Gomes de Oliveira, recordando las palabras del Documento 105 de la CNBB. A partir de ahí, la presidenta del Consejo Nacional del Laicado de Brasil reflexionó sobre lo que es un sujeto maduro en la fe, afirmando que "desde el Bautismo hemos sido llamados a ser corresponsables en la evangelización".

La vocación laica, según la presidenta del laicado, "hay que mirarla desde dentro de la Iglesia, mirando al ministerio, pero nuestra misión específica está en la sociedad". Insistió en el testimonio de amor a la Iglesia, "que viene de lo que recibimos de nuestro propio terreno, de la catequesis, de la vida en la comunidad, de la vida en los espacios donde estamos". Junto a ello, destacó el servicio a nuestros hermanos en las periferias, donde la vida está amenazada, siendo un bálsamo y un estímulo. Para ello es necesario escuchar la Palabra para entender que estamos al servicio de Jesucristo y evitar que cada uno se anuncie a sí mismo. Luego, dar testimonio en los ámbitos que necesitan la presencia del laicado cristiano, suscitando vocaciones para cada ámbito, a partir del hecho de asumir el Bautismo, de ser Iglesia.

Maristela

Aprender a estar con los jóvenes 

La hermana Maristela hizo un llamado a aprender con los jóvenes, a estar con ellos, a sentir y vivir lo que ellos viven. Junto a ello, el desafío de estar en el mundo virtual, en las redes sociales, de evolucionar en el lenguaje, de resignificar las relaciones internas dentro de la Vida Consagrada, la espiritualidad. Llamó a no preocuparse por la cantidad sino a que las vocaciones tengan un ardor misionero. Siempre en un trabajo organizado y contando con los materiales que ayudan a vivir el Año Vocacional.

Hablar de vocación es, según Mons. Salm, "hablar de esos carismas que Dios da a cada uno". En un tiempo de transformación, en el que el mundo vive una gran crisis, en un cambio de época, el obispo de Novo Hamburgo hizo un llamamiento para "descubrir la persona de Jesús, encontrarnos con Él, y desde Él empezar a hacer otra obra de renovación de nuestras vidas". Esto en un mundo que ya no es de Cristiandad y que nos desafía a hacer cristianos, recordando las palabras de Tertuliano, partiendo del testimonio de vida, destacando la importancia de saber presentar el modo de vivir de Jesús, llevando al joven a una experiencia donde reflexiona, encuentra respuestas y sigue un nuevo camino.

Ante la crisis, algo que según el presidente de la Comisión de Ministerio Ordenado y Vida Consagrada de la CNBB siempre ha formado parte de la historia, vio esta crisis como un momento de posibilidades, más aún en un momento en el que necesitamos encontrar nuevos caminos, viendo el Año Vocacional como un momento de creatividad, que llama a planificar actividades, a pensar en lo que se quiere conseguir. El Obispo destacó tres áreas en el campo de las vocaciones: la formación, la oración y la llamada directa desde experiencias impactantes que son un apelo para el joven.

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