Un país dividido en relación a los migrantes Instituto Católico de Migración pide al presidente Boric atención a los migrantes en Chile

Migrantes en Chile
Migrantes en Chile

“El que muchos y muchas ingresen por pasos no habilitados, no les hace menos personas

“La solución no es la expulsión, no al menos como regla general para todos quienes hubiesen ingresado irregularmente y que cuenten con familia en el país”

En el escrito se solicita al presidente Boric, “su intervención para que nos hagamos cargo como país de esta problemática”, haciendo ver que “se requiere de parte de las autoridades una actitud activa para responder ante la ciudadanía”

Protestas contra los migrantes en Chile

En una carta al presidente chileno Gabriel Boric, firmada por el presidente del Instituto Católico de Migración (INCAMI), el obispo de Arica Moisés Atisha, se expresa la impotencia que viven las instituciones que trabajan con migrantes y refugiados ante “las dificultades a las que siguen expuestos los migrantes que llegan a nuestro país buscando un mejor porvenir”.

Para Mons. Athisa, “el que muchos y muchas ingresen por pasos no habilitados, no les hace menos personas”, llamando a no fijarse solo en su condición de “indocumentados” y sí a escuchar “los motivos que han causado tal situación o por qué ingresan de este modo”.

Desde el INCAMI se ve con esperanza la nueva normativa en materia migratoria por parte del Estado chileno, pero se denuncia que existe una falta de claridad en su proceso de implementación, citando como ejemplo la llamada “Notificación de Reconducción Inmediata”, ante lo que no está claro los pasos a seguir. Ante esa situación, solicitan tomar una actitud transparente con las personas migrantes en Chile, haciéndose ver la falta de información y demoras en el otorgamiento de respuestas claras acerca de los trámites que se solicitan para regularizar la situación migratoria.

Son situaciones que dificultan la movilidad y restringen derechos garantizados en el país, como es el derecho al trabajo, a la salud, a la educación, a la vivienda, o a la justicia, entre otros. Algo que también sufren los haitianos y venezolanos ya presentes en Chile, con dificultad en los trámites de visa y procesos de reunificación familiar. En ambos casos, señala el texto, por la situación de sus países de origen, “no es tan factible encontrar formas que les permitan presentar la documentación exigida, como condición para la regularidad migratoria en Chile”.

Gabriel Boric

Ante ello se pide transparencia en los trámites y que las legaciones consulares se presten “a dar asistencia a sus connacionales y Chile podría exigir esto de tales autoridades”. También se piden procesos extraordinarios de regularización para quienes han entrado en Chile de forma ilegal, sobre todo para quienes han llegado al encuentro de su familia directa. Reconociendo que “Chile no tiene capacidad para recibir a todas esas personas”, la carta insiste en que “la solución no es la expulsión, no al menos como regla general para todos quienes hubiesen ingresado irregularmente y que cuenten con familia en el país”.

En el escrito se solicita al presidente Boric, “su intervención para que nos hagamos cargo como país de esta problemática”, haciendo ver que “se requiere de parte de las autoridades una actitud activa para responder ante la ciudadanía”, pidiendo “avanzar con empatía”, y hacer los posible para que los migrantes puedan incorporarse al mercado del trabajo.

En busca de mejorar la situación se propone una articulación con el sector privado, visas temporales para quienes tienen estabilidad laboral, albergues transitorios, organizar un nuevo “Consejo consultivo para las migraciones” o en su defecto “alguna instancia que permita a organizaciones como la nuestra aportar al debate y en conjunto construir un país más equitativo para todos y todas”.

Todo ello basado en lo que dice el papa Francisco en la encíclica Fratelli tutti, que llama a dejar de hablar de “los otros”, y pasar al “nosotros”. Todo ello, dirigiéndose al presidente Boric, “esperando su intervención frente al sufrimiento y vulnerabilidad que experimentan tantas personas”.

Con informaciones de INCAMI e Iglesia.cl

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